Las ideas —dicen los científicos— parecen bailar al ritmo de una música que no podemos oír, dirigidas por normas que aún desconocemos. Nadie sabe muy bien cómo y de dónde surgen, pero haberlas haylas. Dan fe de ello los 50 idea makers [creadores de ideas] que desde este miércoles se reúnen en Madrid para airear sus neuronas entre los centros culturales de Daoíz y Velarde, y Medialab-Prado.

Pero ojo, la bacanal de ocurrencias que se viene no pretende perderse en disquisiciones de orden ontológico y/o metafísico, más bien al contrario, son propuestas de una practicidad que abruma, y lo que es más importante, buscan frenar los dejes antidemocráticos de nuestras sociedades e impulsar las voces excluidas en el debate público y en los procesos de toma de decisiones. Piensen, por ejemplo, en una ‘máquina para ser otro’ que te hace ver el mundo a través de los ojos de otras personas, o en una aplicación de móvil que permita buscar empleo a inmigrantes, piensen también en una plataforma para el mestizaje culinario o en un espacio que divulgue online el arte de una minoría determinada… Y así hasta llegar a 50.

“La radicalización, el nacionalismo, el populismo, están levantando muros en nuestras comunidades y la fragmentación ha reemplazado a la solidaridad, lo que supone una amenaza a los valores propios de una sociedad abierta, inclusiva y democrática”, comenta Katherine Watson, directora de la European Cultural Foundation, que junto al Ayuntamiento de Madrid y la organización cultural Platoniq, coproduce este proyecto que cumple su tercera edición y que lleva por nombre Idea Camp.

Por su parte, la concejala del Área de Cultura y Deportes, Celia Mayer, ha querido hacer hincapié en la importancia de este tipo de proyectos como “catalizadores de propuestas que hacen converger comunidades ya que por lo general los contextos dificultan que haya ese espacio común de creación”. Un proyecto que, según Mayer, tiene mucho en común con la candidatura de Ahora Madrid. “Compartimos con este proyecto valores muy claros, nuestra apuesta política es una apuesta que nace básicamente de la cooperación social y de la innovación democrática”.

El tridente responsable de llevar a cabo Idea Camp queda completado con Platoniq, organización cultural encargada del diseño de la metodología implementada en el proyecto. Como explica Susana Noguero, directora gerente de esta organización, “la idea es tratar de ser la palanca que haga que las cosas pasen, esa es nuestra esencia”. Para ello, el planteamiento de Platoniq tiene por objetivo convertir el germen de una idea en acciones que permitan construir sociedades más robustas y democráticas. “Nos movemos entre lo digital y lo presencial —continúa Noguero— porque trabajamos con algoritmos pero sobre todo con personas y comunidades”.

Y precisamente de esos algoritmos surge el Digital Roadbook, una de las más originales aportaciones a esta suerte de congregación de startups cooperativas. Consiste en una plataforma donde la comunidad tiene la posibilidad de continuar trabajando en su idea más allá del encuentro, así como manteniendo el contacto e iniciando colaboraciones. De esta forma, el público puede ir siguiendo también la evolución del encuentro y acceder a un archivo donde se recopilan los contenidos.

De las 50 propuestas habrá 25 que serán seleccionadas y contarán con una beca de investigación y desarrollo dotada con hasta 10.000 euros. Una apuesta poco habitual en el entorno de la cultura que da alas a proyectos en estado embrionario y que, de paso, permite que puedan ser testeados sobre el terreno y así poder comprobar su impacto transformador.