Este artículo se publicó hace 14 años.
María Sirvent explora la frustración en la treintena
Ella quiere abandonar su trabajo. También darle al botón de enviar cada vez que le escribe un e-mail a su ex hablándole de su maravillosa (y falsa) vida. Tiene 34 años y es incapaz de hacer ambas cosas. "Está atrapada y amargada. Es patética, pero eso no quiere decir que sea un reflejo de la sociedad ni que todas las mujeres estemos amargadas, eh?", avisa María Sirvent (Jaén, 1980).
Si supieras que nunca he estado en Londres, volverías de Tokio (El Aleph), su primera novela, es una historia fresca, llena de humor, con un lenguaje realista y un armazón hiper contemporáneo: la desazón que provoca un trabajo no deseado y la debilidad de cubrirnos ante los demás con una máscara.
Una novela de e-mails"He trabajado en varias oficinas y he conocido a mucha gente que siempre quería irse, pero no lo hacía. Nunca lo he entendido, porque yo he abandonado trabajos para hacer lo que quería", comenta. De hecho, ella dejó dos ingenierías porque no le convencieron. Sobre la historia de desamor, reconoce que la tomó prestada de una amiga.
La novela está armada a partir de emails. Algunos que se envían y otros que se quedan en la carpeta de borradores. "Fue algo casual. El principio fue un email, pero como estaba en el paro y tenía tiempo, me explayé en este personaje. También me parecía una estructura cómoda", explica.
Escritores como Ray Loriga han admirado esta historia. "Yo no tenía ni idea. Todo empezó porque cuando llevaba 60 páginas las mandé a una agencia y gustaron. Sin más", zanja.
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