Este artículo se publicó hace 13 años.
"Me planteé dimitir de la Academia de Cine"
Álex de la Iglesia, presidente, e Icíar Bollaín, vicepresidenta, acaparan el mayor número de candidaturas a los Premios Goya (15 y 13)
Como en una gala televisiva exprés, el anuncio de los finalistas a los premios Goya tuvo ayer un poco de todo: dos actores-presentadores con problemas para pronunciar el inglés (Jorge Sanz y Marta Etura), muchos medios de comunicación para inmortalizar el momento y algunos chistes para amenizar lo aburrido que da en pantalla leer una ristra de nombres propios. Chistes a costa del presidente de la Academia de Cine, Álex de la Iglesia, que ayer tenía la cara boba por la felicidad que da saber que tu película, Balada triste de trompeta, es la cinta con más nominaciones (15). Le siguen Pa Negre (14), También la lluvia (13) y Buried (10), con las que forma las cuatro favoritas, candidatas entre otros, a los dos premios más importantes: Mejor Película y Mejor Dirección. Por detrás de las diez quedan Biutiful (8), Lope (7) y Habitación en Roma (4).
Como una cebolla hecha con capas de celuloide, lo de ayer da para hacer varias lecturas. La primera, y obvia, es que este año en los Goya asistiremos a un cara a cara entre el presidente de la Academia y su vicepresidenta, Icíar Bollaín, que la semana pasada estrenó en cines También la lluvia y que acaba de llegar de mostrar su cinta a los académicos de Hollywood, de cara a los Oscar. A pesar de las bromas, el propio De la Iglesia se planteó en su día no presentar Balada triste de trompeta a los premios por posible incompatibilidad con el cargo. "Pero la otra opción era dimitir, algo que se iba a interpretar mal de cualquier manera", reconoció ayer. La duda quedó en "un absurdo: hubiera hecho daño al equipo de la película. Que ocurra lo que tenga que ocurrir. La Academia es democrática y esto ya me ha pasado antes: partiendo como favorito, al final no he ganado nada".
De la Iglesia: "Hay que separar el cine de la política: es importante"
Bollaín también compareció ante la prensa poco después del anuncio de las nominaciones. Para ella, el hecho de que presidente y vicepresidenta estén entre los favoritos (además de "miembros de la junta directiva que también son candidatos") es "un buen síntoma: la gente de la Academia está en activo y hace películas que funcionan".
Nada de políticaOtra lectura es la ofrecida por la presencia de Pa Negre y Buried entre las cuatro candidatas a Mejor Película, y de sus directores, Agustí Villaronga y Rodrigo Cortés, en la de Mejor Dirección. La primera se rodó en catalán, la segunda, en inglés y con el mercado norteamericano en el objetivo. Es decir: cine español que va de lo local a lo global. Para De la Iglesia, también es un buen síntoma: "Hay que abrirse. La manera de superar todas las crisis es espabilar y cambiar. Cambiar de modelo de mercado, de manera de vender las películas, cambiar la relación con el público, la manera de disfrutar y de verlas".
"La manera de superar todas las crisis es espabilar y cambiar"
Donde no hay lectura posible es en el hecho de que en tres de las cuatro finalistas se trate de una manera u otra la historia de España, de la colonización a la posguerra y la Transición: "Ese tipo de lecturas suele ser errónea. También se dijo que se hacían muchas películas sobre la Guerra Civil, e hicimos un estudio: al final no eran más del 10%".
Y hablando de lecturas políticas, con la llamada Ley Sinde como una de las prioridades de la industria, De la Iglesia negó ayer que la gala se vaya a aprovechar para hacer alguna reivindicación, política o de otro tipo: "Son dos cosas distintas. Y quiero que la gente entienda por qué hacemos estos premios. Dependemos de ello, como en EEUU dependen de los suyos. Y es importante ir a los Goya para disfrutar. El espíritu de la Academia es a-ideológica. No toma partido aunque sus miembros no son neutrales. Hay que separar el cine de la política: es importante". De la Iglesia subrayó que los Goya tienen una intención comercial por encima de cualquier otra. Y de manera parecida se mostró Bollaín, para quien la gala "es una fiesta. Es el momento en que elegimos lo mejor de la cosecha. Y si alguien quiere decir algo por obligación moral, me parece muy bien. Lo que no habrá nunca será una posición oficial de la Academia".
Los otros premiosBardem, Tosar, Antonio de la Torre y Ryan Reynolds, a por el Mejor Actor
Javier Bardem (Biutiful), Luis Tosar (También la lluvia), Antonio de la Torre (Balada triste de trompeta) y Ryan Reynolds (Buried), finalistas al Goya a la Mejor Interpretación Masculina, "forman una terna que me da miedo: son los mejores actores del momento", dijo ayer Bollaín. Su contrapartida femenina son las actrices Elena Anaya (por Habitación en Roma), Emma Suárez (La mosquitera), Belén Rueda (Los ojos de Julia) y Nora Navas (Pa Negre), candidatas a la estatuilla a la Mejor Actriz del año.
Precisamente entre los intérpretes hubo ausencias. "Echo de menos a Carlos Areces [protagonista de Balada triste de trompeta]", dijo ayer De la Iglesia, que sí se mostró muy contento con su candidatura al Mejor Guión Original, ("me encanta este premio)", para el que deberá enfrentarse, de nuevo, con Buried y También la lluvia, además de Biutiful. Por el de Mejor Dirección Novel compiten Jonás Trueba (Todas las canciones hablan de mí), Emilio Aragón (Pájaros de papel), David Pinillos (Bon Apetit) y Juana Macías (Planes para mañana).
Y si el año pasado, el director de La comunidad consiguió que Pedro Almodóvar pisara la gala y se reconciliara con la Academia (tras darse de baja en 2004), para este año "me encantaría que Pedro [Almodóvar] y José Luis [Garci] vinieran". Y lanzó dos nombres de tirón popular: Mario Vargas Llosa ("quiero que dé el premio al Mejor Guión, pero está delicado de salud y no puede viajar") e Iker Casillas.
Este año, con motivo del 25 aniversario de los premios, la gala abandona el Palacio de Congresos de Madrid y se celebrará en el Teatro Real (el próximo 13 de febrero), que para De la Iglesia "es una virguería artística" y "un inmenso artilugio de decorados". "Y no hay sitio más cinematográfico que la Plaza de Oriente", reconoció. Aunque el director de la Academia aseguró que "no tiene presupuesto" para jugar con un escenario como el del Real, baraja ya algunas ideas, especialmente colocar una unidad móvil en el back-stage. Y otra idea para el año que viene: llevarse a Barcelona la gala. Al Liceo.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.