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La mujer en las series españolas: florero, sumisa o 'femme fatale'

Un estudio de la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA) determina que las series de televisión en España, dirigidas y creadas en su mayoría por hombres, continúan "retroalimentando la cultura sexista".

'Las chicas del cable'
'Las chicas del cable'.

juan losa

Pocos dudan ya de que las series de televisión se han erigido de un tiempo a esta parte como el gran relato audiovisual de nuestra era. Su influencia en nuestros mapas emocionales determina el universo simbólico que habitamos, ese que nutre desde lo más superficial –una rutinaria conversación de ascensor– a lo mollar –nuestro modo de concebir y perpetuar la realidad–.

A golpe de temporada, las series nos devuelven un reflejo distorsionado y parcial de lo real, como si forjaran un ideal tan sugerente como inalcanzable. Su relato, socialmente compartido, lo fijan en su mayoría ellos, retroalimentando de esta forma "una cultura sexista". Así lo determina el informe Estereotipos, roles y relaciones de género en series de TV de producción nacional, que ha publicado este jueves el Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades (IMIO).

El estudio corre a cargo de la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA), que después de analizar más 300 horas de ficción seriada desvela hasta qué punto el hombre, con sus miedos y sus anhelos, crea unos protagonistas principales que "cumplen con los roles de género más funcionales al sostenimiento del patriarcado". A fin de cuentas son ellos, en su mayoría, los que crean el relato. Vaya un dato, en esta línea, a modo de aperitivo: de las 18 series más vistas en España durante el periodo 2018-2019 solo una es de autoría femenina.

No mejora mucho cuando se trata de la dirección. El estudio señala que el 78% de los puestos de dirección los ocupan hombres, otro 16% es autoría mixta y tan solo un 6% son mujeres, una cifra que representa a las tres directoras de la serie Vida perfecta. "Es un problema de referentes –apunta Cristina Andreu, presidenta de CIMA– al no haber mujeres en esos puestos, no se atreven a presentarse a una televisión con un buen proyecto, hemos de ser capaces de promover su talento, que ellas mismas sean conscientes, que se lo crean de una vez por todas".

Una falta de referentes que no sólo se evidencia en cuestiones de autoría, ya que la cosa no mejora en labores de producción, donde los hombres ocupan dos de cada tres puestos de trabajo, un 66,9%. Despunta, eso sí, en maquillaje, peluquería, vestuario y decorado; ahí sí, ahí alcanzan el 61% de los puestos. "Eso lleva siendo así toda la vida –lamenta Andreu–, necesitamos también directoras de fotografía, guionistas, autoras, productoras...".

Así las cosas, la cuadrícula se estrecha y las posibilidades de que una mujer desafíe los roles prefijados para ella son, cuando menos, improbables. De ahí que nos topemos en la pantalla con la chica buena. Un perfil reincidente que, como explican las investigadoras en el informe, "acata las normas e imperativos sociales sin esfuerzo alguno". Este rol podemos encontrarlo tanto en series juveniles con un formato docu-ficción, como puede ser Skam, hasta series de género thriller como Vivir sin Permiso, dirigidas a un público más adulto.

Otra que acude fiel a su cita es la femme fatale. Un clásico entre los clásicos capaz de embaucar a hombres inocentes sirviéndose de su belleza. La femme fatale es capaz de lo peor, utiliza sus encantos naturales para luego mostrar su rostro más diabólico: "Suele ser de los preferidos por los creadores de series, aparece es series como La Catedral del Mar, donde casi todas las mujeres protagonistas desempeñan este papel, Presunto Culpable o La caza de Monteperdido", se detalla en el informe.

Irrumpe con fuerza un perfil que viene auspiciado por una década de avances, a saber; la mujer moderna. Se trata de una mujer capaz de valerse por si misma, ambiciosa, solvente en lo económico, audaz en lo sexual y que, en definitiva, no es más que el repositorio de una colección de deseos propios que el varón proyecta en esa mujer moderna. La investigación detalla sus hallazgos: "Este rol podemos verlo representado en series como Hierro, La caza de Monteperdido, La Casa de Papel y La que se Avecina".

Trascender estos roles prefijados se antoja urgente. Lo sabe bien Cristina Andreu, para quien este informe no es sino la constatación de que "la imagen de la mujer ha sido tradicionalmente decidida por los hombres". Superar este relato es, también, contribuir al entendimiento: "Si somos nosotras las que nos contamos, ellos nos conocerán mejor, sabrán cómo pensamos y habremos ganado todos, viviremos en una sociedad más justa". 

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