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"La música manufacturada aburre a la gente"

Nick Gold es el impulsor del sello de referencia de lo que se ha llamado músicas del mundo, World Circuit

J. M. M.

Nick Gold es el impulsor del sello de referencia de lo que se ha llamado músicas del mundo, World Circuit. Ayer estaba nervioso porque hoy se presenta en Cartagena su proyecto más ambicioso desde el superventas Buena Vista Social Club, Afrocubism. Se pasó todo el ensayo delante del escenario, sin mover un solo músculo, concentrado en el sonido que salía de los instrumentos de los músicos y, ojo, dándoles órdenes. Sólo le faltaba sacar a calentar a alguien.

¿Se aleja mucho esta versión de Afrocubism'de la que tenía en menteen 1996?

Bastante. Va más allá de mi idea original. Por entonces, de Mali sólo estaban Bassekou Kouyate y Djelimady Tounkara. Eran casi todos cubanos. La idea era llevar un par de solistas de África y hubiera sido un sonido más cubano. Ahora, con Toumani Diabaté y Kasse Mady Diabaté, el resultado es más profundo.

¿Qué sensaciónle ha quedado conel disco terminado?

Alivio (risas). No, estoy muy contento. Hay momentos en que escucho realmentelo que andaba buscando. Eso te llena.

¿Por qué lo grabaronen Madrid?

Llevábamos hablando de este disco durante años y tuvimos una oportunidad de juntarnos en Madrid a finales de 2008, porque coincidía que tocaban allí Eliades y Bassekou. Encontramos un estudio y trajimos a Djelimady, Kasse Mady y Toumani. En principio, alquilamos el estudio cinco días y la idea era hacer una prueba, conocernos, no pensábamos que de ahí fuera a salir el disco. Cada uno trajo sus canciones y funcionó.

¿Eran canciones nuevas?

En el caso de Eliades sí que hay varias canciones que nunca había grabado, pero los músicos de Mali cogen canciones de su tradición y las interpretan a su manera. No se sientan y escriben una canción nueva.

¿Hubo más sesiones?

Sí, hubo una más, pero en esa primera sesión ya grabamos 15 o 16 canciones. Fue increíble. La música fluía y parecía que sólo le tenías que dar al botón de grabar.

Y eso que no se conocían

Bueno, ocurrió una cosa muy curiosa que me sorprendió. Eliades llevó una canción que había tocado con el compositor justo antes de que este muriera. Cuando KasseMady metió su parte vocal me entraron escalofríos. Lo que no sabía es que Kasse Mady conocía la canción, porque en los sesenta hubo un grupo de Mali, Las Maravillas de Mali, que fue a Cuba para aprender su música. Y Kasse Mady había aprendido con alguno de estos músicos.

En su opinión, ¿qué conecta la música de Mali y la de Cuba?

Son países muy pequeños, sin mucha población, pero con una riqueza musical increíble. Y lo más importante: saben que la tienen. Están orgullosos de su música. No es sólo entretenimiento, es algo más profundo.

En toda su carrera, ¿de qué proyecto está más orgulloso?

Tengo muy buenos recuerdos del disco que hicimos con Rubén González justo después de Buena Vista Social Club. Lo grabamos en dos días, era como la música de mis sueños.

¿Cómo explica el reciente interés occidental por la música africana?

No lo sé, creo que la gente de Europa está aburrida de la música manufacturada, que parece hecha en una cadena de montaje, donde el márketing tiene demasiado peso. Por otro lado, la gente es curiosa y quiere escuchar cosas nuevas, estimular su imaginación. Y creo que la música africana les proporciona eso.

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