Este artículo se publicó hace 13 años.
"No podemos permitir que Teddy Bautista no dimita"
Centenares de socios de la SGAE se rebelan contra la actual Junta Directiva y piden que se convoquen nuevas elecciones
Primero fue la operación policial. Luego la pormenorizada descripción del desvío de fondos en los medios de comunicación. Y ahora ha llegado el momento de la rebelión interna. Los socios de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) con derecho a voto han decidido salir a la palestra. En tromba. Más de dos centenares de artistas incluidos Alejandro Sanz, Pedro Almodóvar, Fernando Colomo, Daniel Sánchez Arévalo, Inés París, Achero Mañas y José Luis García Sánchez se han adherido a una carta-manifiesto que solicita, entre otras cosas, la convocatoria de nuevas elecciones y la reforma del sistema electoral de la entidad. Achero Mañas, uno de los impulsores junto al dramaturgo Fermín Cabal, es tajante: "No podemos permitir que Teddy Bautista no dimita".
Una desautorización en toda regla de la actual Junta Directiva, a la que se critica por echar balones fuera y atrincherarse en el poder. El enemigo externo, fantasma invocado con éxito durante años por Teddy Bautista y sus colaboradores para mantener la unidad en torno a su gestión, se ha convertido en el enemigo interno. Los días de la recién elegida Junta Directiva pueden estar contados. Eso o la guerra interna.
"La SGAE ha estado secuestrada", denuncia el director Achero Mañas
Por el momento, las armas están sobre la mesa: los socios de la SGAE consultados este viernes por Público exigen que la Junta Directiva dimita de inmediato para poder empezar a reparar los daños. "No pedimos refundar la SGAE. No somos quién para refundar nada. Pero sí creemos que la gestión de los últimos años se ha caracterizado por la opacidad, por las malas relaciones con la sociedad, y ahora estamos pagando esos errores", afirma Cabal, que reconoce que fue él, junto a Mañas, Fernando Colomo y Cristina Rota, quien puso a andar la revuelta.
"No nos gustaron las declaraciones de la Junta Directiva de la SGAE tras las detenciones. Nos parecieron fatal. La Junta se cerró en banda. Se jactó de haber ganado las elecciones por amplia mayoría. Se trata de un tema lo suficientemente grave como para que las decisiones no las tomen cuatro personas. Pretendemos tender puentes entre las diversas corrientes dentro de la SGAE", mantiene Cabal.
Daños y perjuiciosPara el director de cine Daniel Sánchez Arévalo, es fundamental que la gente entienda que son "los autores de la SGAE los principales perjudicados". Achero Mañas habla de "atentado contra los propios socios" al referirse a la presunta trama de corrupción en el seno de la gestora, que implica a los directivos Teddy Bautista y José Luis Rodríguez Neri, entre otros. "Es a nosotros a quienes nos han quitado la posesión de nuestros derechos", insiste.
La otra gran perjudicada: la imagen de la SGAE en la opinión pública. La causa judicial abierta por el juez Pablo Ruz de la Audiencia Nacional no ha hecho más que agravar una imagen ya depreciada por el manejo opaco de las cuentas y las formas caciquiles con las que la entidad recauda su dinero. "Se puede y se debe trabajar de otra manera desde una sociedad de gestión de derechos de autor. Hay una sensación general de que la SGAE ordena y manda, y eso genera cabreo. Hay que encontrar la manera de que se respeten los derechos de autor y se acoten bien las medidas de recaudación", opina Sánchez Arévalo.
"No pedimos refundar la SGAE", afirma el promotor del manifiesto
Achero Mañas va más allá y apunta a que el desencuentro con la opinión pública en los últimos años es una consecuencia de la falta de reciprocidad en la relación entre la SGAE y los ciudadanos. "Se ha trabajado con una actitud soberbia, que debe cambiar con urgencia", estima. "Hay que entablar un diálogo con la sociedad. Si los ciudadanos compran y apoyan nuestras obras, si nos están dando algo, tenemos que ser recíprocos. Habría que crear una obra social de la SGAE, que devuelva un poco todo eso que nos dan. Y lo tenemos que hacer ya. En ese sentido, la SGAE ha estado secuestrada", puntualiza.
Una crisis necesariaLos socios consultados insisten en que la polémica no debe convertirse ni en un linchamiento ni en un juicio a los derechos de autor, si bien, viejos lobos de la SGAE como José Luis García Sánchez, saben que esta crisis debe aprovecharse para "reformular el modelo de la entidad y hacerla acorde al giro copernicano que estamos viviendo en la sociedad en el consumo de cultura", afirma. "Esto es producto de una crisis mucho mayor. De una falta de regulación del nuevo contexto cultural", opina.
Sin embargo, la propuesta más inmediata es democratizar la SGAE, según Mañas y Sánchez Arévalo. "Se deben limitar los mandatos para evitar la corrupción", opina el director de El Bola. "Es un disparate que sólo puedan votar el 10% de los socios de la SGAE. Hay que pedir la ampliación del censo", añade Cabal.
Inés París, guionista y presidenta de la Asociación de Mujeres Cineastas (CIMA), cree que hay que encontrar vías de participación de los socios. La petición de convocar una asamblea general extraordinaria que podría producirse en los próximos días es la medida más urgente, y uno de los puntos del manifiesto que circula entre los socios.
Fermín Cabal es tajante a este respecto: "Si no nos escuchan, deberíamos seguir adelante con la convocatoria de una asamblea en la sede de la SGAE, porque los socios somos los dueños del edificio y tenemos derecho a ser escuchados. A ver si tienen narices y mandan a la Policía a parar la asamblea".
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