Este artículo se publicó hace 14 años.
Pascal Dusapin, un músico subido a un andamio
El compositor estrena en Madrid su Cuarteto nº7 en el ciclo Música y arquitectura
Le han llamado el Jean Nouvel de la música y, al recordárselo, Pascal Dusapin simula ruborizarse: "Es un honor, sin duda. Le conozco muy bien. Admiro su capacidad para renovarse continuamente". No es habitual que a un músico se le compare con un arquitecto, pero en el caso del francés Dusapin, uno de los compositores más prestigiosos de las últimas décadas, sobran los motivos. Estudió arquitectura, tiene dos hermanos arquitectos y aprendió música con Iannis Xenakis (que también era arquitecto). Por eso le gusta citar a Schopenhauer: "La arquitectura es música congelada".
Si Dusapin admira la reinvención constante de las arquitecturas de Nouvel es porque él sigue esa misma estrategia. "He compuesto seis óperas y siempre me dicen que cada una parece de un compositor diferente. Es lo mejor que me pueden decir", explicaDusapin, que hoy estrena mundialmente su Cuarteto nº 7 OpenTime en La Casa Encendida de Madrid, dentro del ciclo Música de la arquitectura.
Andamios para una sinfonía
Es posible que alguien se esté preguntando qué relación puede haber entre una sinfonía y una casa. Dusapin nos ayuda a resolver este misterio: "Cuando miras un edificio, ¿qué ves? Formas, fuerzas, contrastes, texturas... Lo mismo que en la música. Si escuchas una sinfonía de Mahler encuentras volúmenes, superficies,energías, velocidades... Las dos disciplinas soportan un mismo tipo de análisis".
Dusapin cree que la música no procede de la música, que viene de ideas que no encuentran otro modo de expresión, y finalmente, como si se tratara de un último grito, se transforman en música. "La música procede de algún lugar entre el grito y el miedo. Sin tener un significante, la música puede expresar todo lo que tiene relación con el hombre. En una pieza puedo contarte mi vida íntima sin que te enteres", indica Dusapin,que en 1995 ganó el Gran Premio Nacional de Música que otorga el Ministerio de Cultura francés.
La música no tiene objetivos, no tiene fines concretos, "no está sometida a ningún principio ideológico", cree el compositor, "es como una serpiente que sale huyendo cuando alguien la quiereencasillar".
Hoy estrena su Cuarteto nº 7, una obra muy especial para él porque por primera vez trabaja a partir de la noción de variación. "Son 21 variaciones para una obra larga, de 40 minutos. Aplico el principio de regeneración continúa. El oyente se interna en un viaje y se pierde. Lo único que cuenta es el viaje, no el principio ni la llegada. El oyente siente una sensación de olvido. Nada se acumula", explica Dusapin. Esta noche, el primer viaje.
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