La neozelandesa Jane Campion cumplió con las expectativas y logró el Óscar a la mejor dirección gracias a El poder del perro, por lo que consiguió volver a recoger una estatuilla 28 años después de El piano (en esa ocasión, al mejor guion original).

Campion se convierte así en la tercera mujer en conseguir el reconocimiento de la Academia de Hollywood a mejor dirección, después de Kathryn Bigelow (En tierra hostil) en 2010, y Chloé Zhao (Nomadland), quien se coronó el año pasado.

Campion partía como la favorita en esta categoría, con una película que sumaba esta 12 nominaciones: la adaptación del western de Thomas Savage de 1967, El poder del perro. La directora neozelandesa anunciaba en 2020 que volvería a rodar para la gran pantalla (su anterior película, Bright Star, se había estrenado en 2009). 

A la categoría de Mejor Dirección estaban también nominados Kenneth Branagh por Belfast, Steven Spielberg por West Side Story, Ryūsuke Hamaguchi por Drive My Car (ドライブ・マイ・カー) y Paul Thomas Anderson por Licorice Pizza.

Leyendo por momentos un folio doblado y no especialmente nerviosa, la directora quiso acordarse del resto de finalistas, a los que se dirigió con un "podría haberlo ganado cualquier de vosotros".

Campion llegaba a los Óscar con una trayectoria impresionante. Comenzó ganando el León de Plata de la Mostra de Venecia a la mejor dirección y su labor fue premiada en los Critics Choice, en los reputados Bafta británicos, en los Globos de Oro o en los Directors Guild of America.

"Me encanta esta profesión por poder contar historias en profundidad", declaró la directora de El poder del perro, una cinta que, entre otras cosas, diseccionar temáticas como la sexualidad reprimida o la masculinidad frágil.