Este artículo se publicó hace 15 años.
Un rapero contra las barreras
Juan Manuel Montilla, 'El Langui', cantante de La Excepción, personaje musical del año. Colgó gratis en Internet su nuevo disco, fue la revelación en los Goya, ha publicado su autobiografía y dirige un program
Al otro lado del teléfono, el director de cine Santiago Zannou conecta un superlativo tras otro al hablar de Juan Manuel Montilla (Madrid, 1980), El Langui, pero nada suena tan convincente como cuando dice: "A mí me parece hasta guapo". Los piropos de Zannou, como la belleza, pueden ser subjetivos, pero los datos no: las insólitas hazañas del Langui, cantante del grupo de rap La Excepción, le han convertido en el músico de 2009.
Un músico que en un año le dio una patada a su discográfica (Warner) y colgó su álbum gratis en Internet, que ganó dos Goyas (al mejor actor revelación y la mejor canción) por su participación en la película El truco del manco, que acaba de publicar un libro autobiográfico que agotó la primera edición (15.000 ejemplares) en sólo unas semanas. Y, por si esto no fuera suficiente, un músico que dirige un programa en Radio 3 donde caben humor, rap y entrevistas. Y, en unas semanas, nacerá su segundo hijo.
Zannou, director de El truco del manco, le conoció ya hace años, cuando preparaba el disco de debut de La Excepción en un estudio de grabación de Pan Bendito, el barrio del extrarradio madrileño donde El Langui ha vivido toda su vida. Ese mismo día, tuvieron una conversación en el portal de la casa del rapero que, como si de un antes y un después se tratara, se quedó grabada en la memoria de Zannou: "Hablamos del compromiso del artista, del esfuerzo, de Camarón... Nos dimos cuenta de que compartíamos el mismo sueño, él en la música y yo en el cine".
Frente a la minusvalíaPero aquella noche sucedió algo más, algo que terminó de convencer a Zannou de que El Langui era el actor no-actor que buscaba para un proyecto que estaba rumiando, el germen de El truco del manco. "Era la primera vez que estaba a solas con él. Debido a su parálisis, se cayó al suelo. Cuando intenté ayudarle a levantarse, me dijo que no me preocupara, que le pasaba a menudo y que podía levantarse solo. Me impactó su perseverancia, su tesón". Ya en el rodaje, El Langui insistía en que "si se caía, no parara de rodar. Quería hacer las cosas reales", recuerda el director.
"Tú te quedas ahí cortadísimo y él sigue metiendo el dedo en la herida"
La palabra clave es igualdad. Nunca se sintió inferior por su minusvalía. Hacía lo mismo que todos sus amigos: iba a la montaña, a la playa, jugaba al fútbol "Incluso cuando jugábamos a baloncesto el tío se las apañaba para acabar lanzado a canasta", recuerda Gregorio Guillamón, amigo desde la infancia y su compañero en el programa Radio Taraská, de Radio 3.
Su ídolo era Santillana. Una Navidad, mientras estaba ingresado en el hospital para someterse a una de las muchas operaciones que sufrió, el futbolista merengue visitó la planta infantil. No se perdía ni un solo partido del Madrid, por eso su familia se extrañó cuando, en lugar de la camiseta de Santillana, El Langui se puso la de Arconada. "Es para pararle los tiros", soltó.
El músico tiene un instinto especial para saber rodearse, para percibir el talento en el otro y conectar con él. "Siempre dice que todo lo ha aprendido de mí", cuenta Gitano Antón, su compañero al micrófono en La Excepción. "Le conocí con 12 o 13 años. Yo por entonces ya hacía mis cositas, mis rimas... Y un día en el poli vi que él andaba rapeando. Me hizo gracia, porque lo hacía bastante bien. A los pocos minutos, ya me estaba diciendo: Oye, ¿por qué no nos juntamos?".
Musicalmente, El Langui cuenta con el respeto de toda la escena del hip hop nacional. La Excepción dio el salto a la escena a principios de esta década con unas características peculiares que la diferenciaban del resto de formaciones. El lenguaje callejero ("Le damos muchas patadas al diccionario, como cuando sale la palabra humildez, pero no nos avergonzamos, porque es lo que somos", dice Gitano Antón), el humor y la aguda crítica social (desde la perspectiva de tres individuos que han mamado barrio toda su vida) los convirtieron en una de las formaciones más conocidas del rap español.
Juan Manuel cuenta musicalmente con el respeto de la escena del hip hop
Como es normal, Gitano Antón afirma que El Langui es uno de los mejores raperos de España. No es el único. Incluso uno de los MCs más cotizados, Zatu, de los sevillanos SFDK, no escatima elogios hacia él. "Me gusta mucho su manera de rapear, estructura bien las canciones y tiene letras muy sentías. Personalmente, me quedo con las canciones en las que habla de él, cuando cuenta los recuerdos de su infancia de una forma desenfadada. Me gusta cuando se ríe de sí mismo", indica Zatu.
Todos coinciden: El Langui persigue la risa y la atrapa aunque se oculte bajo una montaña. El día que le dieron dos premios Goya también se rió, esta vez ante millones de telespectadores: "Agradezco a mis padres que me pusieran el Nesquik en el armario más alto para que tuviera que esforzarme y superarme a mí mismo". En ocasiones, incluso, se le va la mano. "Es un bromista nato y a veces se pasa. Siempre lleva las bromas hasta las últimas consecuencias. Tú te quedas ahí cortadísimo y él sigue metiendo el dedo en la herida. El Langui es una persona inteligente", cuenta Guillamón.
Un rapero cabezotaSin embargo, lo del Nesquik, por una vez, no fue una broma. Le van los retos. Por ejemplo, acaba de comprarse una casa y, aunque las escaleras no son precisamente sus mejores aliadas, la ha elegido de dos pisos, porque quiere que sus hijos tengan suficiente espacio y piensa en instalar un estudio de grabación. Más que encontrarse barreras, parece que las busca. Dicen que si se le mete algo en la cabeza, no hay quien lo pare hasta que lo consigue. "Y si tiene que llamar a 15.000 personas o reunirse con 50, lo hace. Cuando le preguntas por su hiperactividad, siempre dice que él ahora está en su momento y tiene que aprovecharlo al máximo. Se está sacrificando mucho", añade Guillamón.
"Y si tiene que llamar a 15.000 personas o reunirse con 50, lo hace"
Olga Adeva es editora de Espasa. Fue otra de las telespectadoras que quedó impactada por el discurso de El Langui en los Goya. Ese chico que hablaba en el televisor tenía un libro en su cabeza. "Ahí había una historia muy potente. Era un ejemplo de voluntad, superación y trabajo. Luego, cuando lo conocí personalmente, me di cuenta de lo valiente que era", comenta Adeva. El músico decidió la estructura del libro, estableció un guión básico y comenzó a grabar. Registró, capítulo a capítulo, todo el libro en una grabadora. Estaba en contacto permanente con Isabel Blasco, la editora de Espasa que le ayudó con la redacción. "El libro lo escribía por la noche, con lo que había veces en que llamaba a Isabel ya de madrugada para pedirle consejo sobre un capítulo", revela Olga Adeva.
Con tantos frentes abiertos, el futuro de El Langui es una incógnita. Gregorio Guillamón lo ve en la tele, "que es lo único que le queda por hacer", mientras que Santiago Zannou opina que, aunque sea polifacético, "lo suyo es la música y ahí tiene un futuro tremendo". Gitano Antón no concreta un camino, pero asegura que "él no ha tocado techo". Hay El Langui para rato.
Las virtudes y los defectos de un chico del barrioSantiago Zannou, director de ‘El truco del manco’
“Sus mayores virtudes son el tesón y el humor. ¿El defecto? Es muy cabezota. Durante el rodaje de ‘El truco del manco’, no había quién le hiciera ir al servicio, porque decía que una película vale dinero y que no iban a estar parando por él”.
Javier Ibáñez, DJ de La Excepción
“Él sigue siendo igual que hace 12 o 13 años. Vive en el barrio, con sus amigos de siempre... La fama, muchas veces, a quién cambia es a la gente, que te empieza a mirar de otra manera porque sales en la tele”.
Olga Adeva, editora de Espasa
“Con él teníamos un problema y es que nunca acababa el libro. Es muy perfeccionista. Cuando ya tenía una versión definitiva, quería cambiarlo todo. Pensábamos que nunca llegaríamos a imprimir el libro”.
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