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Republicanismo El Azaña más completo se exhibe en la Biblioteca Nacional

Cuando se conmemoran 80 años del fallecimiento del prolífico escritor y político, la BNE reúne cerca de dos centenares de objetos que componen un viaje a través de las diferentes etapas del personaje. Se podrá visitar, de forma gratuita, hasta el 4 de abril de 2021.

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El rey Felipe VI (c) posa para una foto de grupo durante la inauguración de la exposición "Azaña: intelectual y estadista. A los 80 años de su fallecimiento en el exilio", este jueves en la Biblioteca Nacional. (De izq a der) el ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes; la presidenta del Patronato de la Bibilioteca Nacional, Soledad Puertolas (atrás); la vicepresidenta primera, Carmen Calvo; rey Felipe VI; el presidente de Acción Cultura, José Andrés Torres Mora (detrás), la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, y María José Navarro Azaña, sobrina-nieta de Azaña. — Mariscal / EFE

madrid, Actualizado:

Este jueves a mediodía ha tenido lugar la joya de la corona del programa que el ejecutivo ha preparado para conmemorar el 80 aniversario de la muerte de Manuel Azaña en el exilio: una exposición en la Biblioteca Nacional que iba a tener como padres pródigos al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y al rey, Felipe VI, pero que se ha quedado huérfano de uno (quizá el menos pródigo, pues no deja de ser irónico que el bisnieto de Alfonso XIII rinda homenaje a Azaña), ya que el Presidente está en cuarentena por haber estado en contacto el lunes pasado con Enmanuel Macron, positivo en covid. En su lugar han acudido el ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes, la vicepresidenta Primera, Carmen Calvo, y la presidenta del Congreso Meritxell Batet. 

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Manuel Azaña: escritor, traductor, estadista, político, amante de la cultura. Todas las variantes de aquél personaje ensombrecido durante la dictadura que oscureció España tras su marcha al exilio se dan cita en la Biblioteca Nacional de España (BNE), donde una cuidada exhibición reúne casi 200 obras que retratan los momentos más importantes de su vida. 'Azaña intelectual y estadista. A los 80 años de su fallecimiento en el exilio' es el nombre de la muestra que estará presente hasta el 4 de abril de 2021 en la sala Jorge Juan y que rinde homenaje al "gran pensador que creía firmemente en el valor de las instituciones públicas para mejorar la realidad", en palabras de Ana Santos Aramburu, la directora general de la BNE.

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“Izquierda Republicana en vanguardia contra el fascismo internacional” Cartel, 1937. — Petit Guillén / Fundación Pablo Iglesias, Madrid

"El pasado es un faro, no un puerto. No podemos volver a la España de hace 80 años, pero sí debemos aprender las lecciones del tiempo que nos precede", ha declarado durante la inauguración de la exposición José Andrés Torres Mora, presidente de Acción Cultural Española (AC/E), una de las entidades organizadoras. Azaña, quien unió durante su biografía el pensamiento y la acción, se presenta de una forma novedosa a los visitantes. "Ha sido un personaje tergiversado e insultado, así que ahora presentamos su figura en toda su magnitud. Queremos acercar a aquél político e intelectual a las nuevas generaciones para que conozcan el tiempo en el que se desenvolvió su vida", ha aclarado Ángeles Egido, comisaria de la exposición junto a Jesús Cañete Ochoa.

Fernando Martínez López, el Secretario de Estado de Memoria Democrática, ha estado presente en el acto de inauguración, aprovechando la ocasión para recordar que Azaña fue unos de los protagonistas de la edad de plata de la historia de la cultura española. "Para él, la cultura y la educación eran las claves de todo: de la República que vivió pero también del futuro", ha introducido el propio Martínez después de explicar el extenso programa que desde su Secretaría de Estado se está llevando a cabo para conmemorar el 80 aniversario del político en el exilio.

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Manuel Azaña y Lola de Rivas. Fotografía publicada en Estampa (17 de septiembre de 1932). — Llompart / Biblioteca Nacional de España

Comienza el viaje

Si los comisarios de la muestra pueden sentirse orgullosos de algo más allá de su completitud, es el alto grado didáctico que la caracteriza. Seis ejes vertebran un recorrido que repasa desde los primeros pasos que el que llegara a ser Jefe del Estado da en Alcalá de Henares, su ciudad natal, hasta que fallece en Montauban, la localidad francesa en la que continúa enterrado. Dos centenares de objetos, entre los que se encuentran cuadros, fotografías, documentos históricos, libros y cartas llegados tanto de los fondos propios de la BNE como de otras instituciones nacionales y extranjeras, completan un viaje por la vida y obra del intelectual y político.

La primera parte de la exposición está íntimamente relacionada con los primeros pasos que da Azaña. La localidad complutense de Alcalá de Henares, que le vio nacer, siempre tendría un hueco en sus pensamientos. Esos incipientes pasos se encuentran ilustrados con algunas fotografías proporcionadas por María José Navarro Azaña , la sobrina nieta del republicano y familiar consanguíneo más cercano al republicano y que actualmente reside en la casa natal del mismo. Después, el político y el intelectual se combinan en una suerte de simbiosis en la que esas dos parcelas de su faceta se entremezclan, convirtiendo al personaje en una de las mentes más lúcidas de su tiempo y que ya se empieza a desarrollar en la capital, sobre todo al ser elegido como secretario del Ateneo de Madrid.

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El político profesional

A continuación, la Segunda República española y su entrada en el poder político como Jefe del Gobierno. "Aquella Constitución, de la que participó Azaña, fue muy importante: permitió votar a las mujeres, concibió un sistema de autonomías sin renunciar al Estado integral y España, por primera vez, renunció a la guerra como instrumento de política nacional", en palabras de Egido. Así pues, uno de los primeros objetos que destacan en la exhibición es la primera bandera republicana izada en la Península en 1931, en la localidad de Eibar.
Un cuarto capítulo versa sobre su condición de opositor durante la República.

Unos ejemplares de prensa sobre Azaña que se pueden contemplar en la exposición. — Guillermo Martínez

De hecho, una de las obras que más destacan de la muestra es el manuscrito original de 'Mi rebelión en Barcelona', texto que sería publicado en 1935 y en el que contaría el cautiverio al que fue sometido en la ciudad del título. Su calidad de orador también se refleja en la exposición. Grandes discursos, a los que acudían cientos de miles de personas para escucharles, están presentes en esta parte de la muestra, también por documentos audiovisuales poco conocidos hasta la fecha.

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Exilio, muerte y olvido

Una cuidada selección de carteles, en la que prevalece el material suministrado por la propia BNE, imbuyen el relato en la siguiente etapa de su vida: la guerra. Tras ella, el exilio, la muerte. "El exilio quizá es la parte de su vida que menos se conoce. Nadie sabe lo que Azaña sufrió durante esos casi dos años en los que envejece rápidamente. En su rostro se refleja el sufrimiento del pueblo español", determina Egido.

“Viva la República”. Cartel, 1936. — Fundación Pablo Iglesias, Madrid

Cañete, también comisario de la muestra, agrega que "la exposición se planteó con la idea de acabar con los tópicos y deshacer los prejuicios que Azaña arrastra como si fuera un oscuro funcionario". Nada más lejos de la realidad, este experto azañista afirma que fue una persona de "extrema sensibilidad en torno a la cultura que propició la creación de 13.000 escuelas en España, la creación del Museo Sorolla y promovió la primera feria del libro de Madrid". Y advierte: "En este 2021, todas sus obras pasarán a ser de dominio público", una referencia que no ha pasado desapercibida a la BNE, pues la entidad aseveran que pondrán a disposición del público una selección de algunos de sus escritos más importantes.

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Entre los objetos más notables que conforman la exhibición, el visitante podrá observar la última página, firmada por el propio Azaña en 1925, del segundo borrador de 'La vida de don Juan Valera'; la carta autógrafa y telegrama que dirige a Diego Martínez Barrio, renunciando a su cargo de presidente de la II República; y la mesa en la que el político firmó en el exilio su dimisión como Presidente, ya en 1939. Además, estos elementos se encuentran acompañados de todas las primeras ediciones de sus libros y traducciones.

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