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Series Jaime Lorente: "Este Cid no tiene nada que ver con la figura que nos han vendido"

Amazon Prime Video estrena esta viernes 'El Cid, con Jaime Lorente al frente de un reparto entregado a una historia épica llena de aventuras, batallas, amor y estrategia política

Jaime Lorente en el Cid.
Jaime Lorente en 'El Cid'. Amazon Prime

El Cid de la serie creada por José Velasco y Luis Arranz para Zebra y Amazon Prime Video difiere, hasta cierto punto dado el material de partida, de la imagen creada por la película de Anthony Mann y Charlton Heston en 1961, pero también de la que pervive en el imaginario colectivo. En palabras de Jaime Lorente, quien le da vida, este Rodrigo Díaz de Vivar es, "por supuesto, un hombre con bajos fondos y con sótanos, como todos, pero un hombre revolucionario para su época, un conciliador de culturas, un tío que empezó a pensar de una forma diferente".

Ambientada en la España dividida del siglo XI donde cristianos y árabes convivían y luchaban por los territorios a conquistar, la acción recoge a un Rodrigo Díaz de Vivar niño que acaba de perder a su padre y es arrancado por su abuelo del lado de su madre para llevárselo con él a la corte leonesa del rey Fernando (José Luis García-Pérez). Paje, escudero… Ruy comienza su carrera desde abajo, viendo como su falta de cuna le complica esa carrera con espada que ansía para honrar a su familia. Pero su empuje, su coraje y su capacidad de liderazgo le ayudan a progresar y sobrevivir en un mundo, el de nobles y monarcas, en el que emergen las conspiraciones y los puñales por la espalda.

En la historia de El Cid hay mucho de mito. En parte por el cantar de gesta publicado en 1200 que ensalza su imagen como la un hombre desterrado que lucha por recuperar su honor y sus tierras. Lo que se cuenta en El Cid de Velasco y Arranz ocurre mucho antes de llegar a ese punto. Sus creadores han explicado que la que hoy se estrena en Amazon podría ser considerada una precuela de lo contado en el Cantar del mio Cid y en el cine. Decía Velasco en una rueda de prensa virtual celebrada desde la catedral de Burgos que el espectador encontrará "la historia de un hombre" y "mucha realidad", pero sin olvidar que "el Poema del mio Cid es leyenda".

Lorente, quien da vida a este joven Ruy, reconoce no haber sentido la presión de interpretar a un personaje con tanta historia y al que en la pantalla grande dio vida otra leyenda, esta del cine, como Charlton Heston. "Yo vi la película, pero no tenía recuerdo de verla en casa. No me pesa nada. Creo que son productos muy diferentes que nada tienen que ver. También la figura del Cid es muy diferente. Me podía pesar, porque estamos hablando de un gran hombre, pero no he tenido ese lastre, gracias a Dios", comenta en una conversación con Público.

Ahora que conoce mejor al Cid afirma que "esta figura no tiene nada que ver con la figura que nos han vendido". A lo largo de la historia, añade, "se ha abanderado como un símbolo patrio, incluso como figura de la Reconquista. Está muy manipulado. Nos han hecho pensar que era ese término de 'matamoros', que me parece terrible, y nunca fue así. De hecho, él luchó más veces a favor de los árabes que de los cristianos. No sé, creo que ha sido utilizado por toda la gente que ha querido abanderar una figura para hacer política cutre. A mí me dio mucha pena, porque, qué rabia que una figura que tenemos tan importante como esta nos la hayamos cargado también".

Llegar con una imagen preconcebida que se les ha caído es algo que les ha pasado también a sus compañeras de reparto Alicia Sanz y Lucía Guerrero. La primera, que interpreta a Urraca, tenía la imagen de que "Urraca era muy soberbia y muy mala" y por eso para ella se convirtió en algo "muy importante hacerla humana y encontrar esas partes en mí para que fuera un personaje real".

Sobre Jimena, explica Guerrero que ella tenía una idea "bastante superficial" que "luego, indagando, me ha sorprendido. Hay mucha contradicción, también hay lagunas, uno se monta un poco su película con todo lo que va leyendo".

Ambas son dos personajes importantes en la vida de Ruy. Una, por ser su interés romántico. La otra, porque sus decisiones como estratega en la Corte repercuten directamente en el devenir de sus vasallos. Ambas son mujeres y, contra lo que podría esperarse de una serie ambientada en el siglo XI, no son meros adornos o seres humanos de segunda por mucho que la historia les haya tratado como tal y eso se refleje en la pantalla. En la serie Jimena, Urraca y Sancha (Elia Galera) tienen mucho que decir y tanto peso como lo puedan tener el resto de personajes masculinos interpretados, los principales, por Carlos Bardem (Conde de León), Juan Echanove (Obispo), Francisco Ortiz (Sancho VII) y Jaime Olías (Alfonso VI).

Sobre esto, aunque era importante ceñirse a la realidad de una época en la que "la figura de la mujer estaba maltratada y era fácil caer en el tópico", Lorente cree que "que mujeres fuertes ha habido siempre a pesar de lo que la figura del hombre le permitió o no le ha permitido. Querían [los creadores] contar la historia de mujeres fuertes y creo que lo hemos conseguido. Hacen un trabajo espectacular mis compañeras".

Sanz, que tiene en Urraca a uno de los mejores personajes de la serie, piensa, como su compañero, que en la época medieval "también había muchas mujeres que han estado más en la sombra y que merecen que se cuente la historia desde su punto de vista, desde el punto de vista esta mujer más empoderada". Añade Guerrero que "históricamente fueron mujeres que plantaron cara y que fueron muy activas a nivel político, digamos, muy modernas. Eso es real, todo lo que he leído sobre Urraca y Jimena es así. No veo nada forzado" en el reflejo que hace de ellas el guion.

Sin olvidar, eso sí, que El Cid es ficción, que bebe de un texto con mucho de leyenda y que se nutre de una época sobre la que no hay excesiva documentación. Para rellenar los vacíos y ser lo más fieles posibles a la historia de hace mil años, el equipo de la serie contó con el consejo y guía de historiadores y expertos en la manera para narrar hechos históricos, pero también para documentarse en cuanto al modo de vida, las costumbres, armas, vestuario…

Acción, aventuras, política, amor… y fama

Rodada en Soria, Zaragoza, Burgos y Teruel con la mayor parte de sus escenas en exteriores y miles de figurantes, El Cid destaca, entre otras cosas, por el alto nivel de producción. Las batallas se recrean hasta el más mínimo detalle. Algo que se aprecia y valora en la pantalla, pero que también se respiraba en el rodaje. Cuenta como anécdota Jaime Lorente que él se lo pasó como "un niño en un parque de atracciones" y que "el nivel de producción era tan grande" que en una de esas escenas "en mitad de la niebla, con caballos, gente peleándose a mi alrededor, no veía ni la cámara…" todo parecía muy real.

La épica se respira en cada escena de guerra y la sangre casi salpica. Como se respira la tensión continua en la que viven esos reyes y esos nobles inmersos en una conspiración sin fin. Nunca están a salvo, no pueden confiar en nadie y, en cualquier momento pueden ser apuñalados por la espalda. Este Cid está lleno de acción y lucha, pero también de estrategia política, sexo y amor. En medio de todo eso surge la figura de Ruy, al que le sobreviene la fama convirtiéndose en una suerte de influencer del siglo XI al que a su regreso a León tras la gesta le llueven los halagos y los seguidores se le agolpan alrededor. Si no le piden selfies y autógrafos es porque en aquella época la fama se traducía en otras cosas. Aún así, Lorente es consciente del paralelismo de ese ‘paseo de la fama’ con el mundo de hoy en día.

"Es muy fuerte. Recuerdo que grabábamos esa escena y me hacía mucha gracia. Esto lo he vivido yo. Ese reconocimiento que no quieres porque en realidad tu trabajo no consiste en eso. Es terrible lo vigente que resulta. Tenemos la condición siglos atrás y la seguiremos teniendo siglos venideros cambiando el contexto y la forma, pero seremos lo mismo", resume el actor, que alcanzó la popularidad con dos éxitos internacionales como son La casa de papel y Élite.

De momento, esta primera temporada de El Cid está compuesta solo por cinco capítulos de una hora de duración, pero, como apuntaba Maria José Rodríguez, Head of Spanish Originals de la plataforma, "los proyectos en Amazon nacen con vocación de continuar". Material hay de sobra y el recorrido en la vida de Rodrigo Díaz de Vivar no ha hecho más que empezar.

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