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Series Saida Benzal: "La serie habla muy bien de la autenticidad de las personas, estén en el barrio en el que estén"

HBO estrena este miércoles 'Por H o Por B', serie de diez episodios creada por Manuela Burló Moreno a partir de ‘Pipas', historia nominada a mejor corto de ficción en los Goya de 2013

Por H o por B. / HBO - VIRGINIA MARTÍN CHICO
Por H o por B. / HBO - VIRGINIA MARTÍN CHICO

Hache (Marta Martín) y Belén (Saida Benzal) son las protagonistas de Pipas. Dos amigas hablando de sus cosas mientras comen pipas que llegaron a los Goya de la mano de Manuela Burló Moreno, creadora y directora, y que ahora, siete años después de aquello, dan el salto a Malasaña y HBO como una serie de diez episodios de media hora producida por Globomedia (THE MEDIAPRO STUDIO) y Lacoproductora. La familia ha crecido sumando nombres como Brays Efe e Itziar Castro al reparto para convertirse en Por H y Por B, una historia que, como la define su autora durante su entrevista con Público, "no se queda en una mera comedia al uso" ya que "muchos espectadores podrán hacer de ella una lectura sobre esta generación y esta etapa de la vida que nos ha tocado vivir".

Cuando en 2013 el germen de aquel corto comenzó a florecer para convertirse en algo más grande aún, Manuela Burló Moreno informó a sus dos ‘escuderas’ y siguió haciéndolo puntualmente cada vez que había novedades. La idea de partida de esta aventura está en ahondar en la relación entre Hache y Belén con la mudanza de la segunda a Malasaña, icónico barrio del centro de Madrid muy alejado de su Parla natal y en el que su amiga de toda la vida y con la que llevaba unos años sin hablarse ya está más o menos instalada desde hace un tiempo. Con un planteamiento así y unas protagonistas como estas, el choque cultural era inevitable. En cómo este se desarrolla y se abordan infinidad de temas está la gracia.

Marta Martín, quien da vida a Hache, recuerda aquel 24 de abril de 2019 –día que comenzó el rodaje de Por H y Por B– como "algo mágico, algo que no se puede olvidar". Después de tantos años trabajando en ello, remando en la misma dirección, ahí estaba, "emocionada" tanto por "volver a retomar este personaje" como por "volver a juntarnos las tres". Sobre el momento que lo cambió todo, la actriz recuerda como anécdota cuando Manuela la llamó para contarle que HBO había comprado la serie. "Me pilló en el supermercado y me puse a llorar", comenta entre risas recordando el desconcierto de quienes allí estaban en ese momento.

Para su compañera de rodaje, el reencuentro con Belén y Hache fue igualmente emotivo, aunque reconoce que nunca han estado lejos de ellas ya que siempre han seguido los pasos del proyecto. "A lo largo de estos años hemos estado pensando y anhelando que llegara ese momento. Ese primer día lo vivimos con muchas granas, porque son personajes totalmente entrañables, que la gente recuerda mucho del corto y verdaderamente quieren y les tenían ganas. Tanto Manuela, como nosotras, como el público", ha comentado.

Ahora que el barco ha llegado a puerto y ambas han desembarcado en Malasaña, a lo que deben hacer frente estas dos amigas es a los prejuicios de quienes les miran por encima del hombro por su forma de vestir y de comportarse, al precio desorbitado del alquiler en una gran ciudad como Madrid, a la inestabilidad laboral y emocional y a un sinfín de aventuras disparatadas y divertidas en las que unas veces se meten ellas solas de cabeza y, otras, se ven abocadas sin remedio fruto de la mala suerte. Siempre, eso sí, desde la comedia que irradian ambos personajes y con mucho más calado que la risa superficial. Basta con prestar cierta atención y no quedarse en la primera capa para encontrar infinidad de temas espejo de una generación.

Sobre su forma de abordarlos y darles cabida, Burló explica que no se hace una lista, sino que "simplemente hago un retrato de una realidad que nos ha tocado vivir y a la que nos ha tocado pertenecer". Sus personajes, tanto Hace y Belén como una buena parte de los que les rodean, son hombres y mujeres en la treintena anclados a un tiempo muy distinto al de sus padres. Aquella ha sido una generación que a su edad, los treinta, "tenían hijos, un trabajo estable y una casa, hipotecada pero comprada". Unas décadas después, todo ha cambiado. Entonces, comenta la directora y guionista, "las relaciones eran más estables, más duraderas… aquí todo es un poco de quita y pon".

Con todo eso como trasfondo, "esta serie, a pesar de que está con un envoltorio de comedia, sí que es verdad que tiene varias capas y trata determinadas cosas que realmente a día de hoy a los jóvenes nos preocupan". Porque Por H o Por B es la historia de dos mujeres con una amistad sólida basada en el apoyo mutuo que buscan su sitio y hacen frente a problemas propios de su tiempo. "El hecho de dónde cabes si no encajas en ningún lugar; el hecho de tener que pertenecer a algo para sentirte querido; el decir dónde vives y dependiendo de en qué zona eres más o menos; el universo dañino que a veces tienen las redes sociales..." todo eso y más son algunas cosas de las que se "retratan".

Uno de los aspectos más divertidos de esta serie reside en la imagen que se da del hípster, de su cultura y de sus contradicciones. Verlo provoca risa, pero Saida Benzal señala que no es algo que se haya hecho para 'reírse de'. "No es una cuestión de reírse, sino de mostrar una fusión de ambas cosas y esa diversidad", aclara. Dicho esto, añade que lo cierto es que a día de hoy "vivimos en un mundo del postureo y de las apariencias, presente en todos lados, en todas las tribus, en Instagram y en todo". De ahí que insista en que no se trata de mofarse de una tribu o un colectivo concreto, sino de "que todos nos riamos de una situación que es la que es".

La conclusión, desde su punto de vista y que resultará palpable para quien vea Por H y Por B, es que esta serie "defiende la autenticidad de que estos dos personajes puedan llevar esas vestimentas y venir de donde vienen, pero que son gente absolutamente real, no son estereotipos. Creo que la serie habla muy bien de la autenticidad de las personas, estén en el barrio en el que estén". Se trata, y es lo que buscan todos sus protagonistas, de "ser como uno es realmente, no de cómo te dicta la sociedad".

Dar cabida a todo eso entronca con la idea original en la que se basó Pipas y que aquí se amplia. Por un lado está esa parte "autobiográfica entre comillas de una chica de Murcia de un pueblo que se va a vivir a Madrid y termina en un barrio que desconocía y en el que se tiene que hacer", como comenta Burló. Por otro, algo que influye mucho en la manera de ver las cosas y el uso de las redes sociales. "Vengo de la generación en la que no había redes sociales y por eso el germen del corto. Antes para entretenerte te ibas a un banco con una bolsa de pipas a hablar con tu amiga. Ahora no. Ahora estás más vinculado con lo exterior que con lo interior y digamos que hay muchos elementos muy atractivos que la serie abarca. No se queda con una mera comedia al uso, sino que hay unos subtextos, sin ningún tipo de pretensión de mensaje ni nada, pero sí que muchos espectadores podrán hacer una lectura sobre esta generación y esta etapa de la vida que nos ha tocado vivir", analiza su creadora.

Las 'chonis' de Parla, los 'hipsters' de Malasaña. Dos culturas, dos estereotipos. Ambos muy localizados en el mapa que, en una plataforma como HBO, se internacionalizan. Cómo puede ser vista fuera una serie tan local en cuanto a argumento y localizaciones es algo que no se planteó su autora a la hora de darle forma. Sin embargo, como puntualiza, "lo que cuento es más universal de lo que creemos. Es decir, creo que toda persona tanto en Japón como en Alemania como en Noruega se puede identificar con esas personas que vienen de un pueblito, con unas tradiciones, con una manera de ver la vida, y terminan en una gran ciudad y en un barrio en el cual todo el mundo va con una estética muy peculiar y muy diferente a la que tú llevas".

Ahí es donde reside la conexión con una historia que, analiza Burló, "a pesar de ser una serie, como tú bien dices, muy auténtica y muy de aquí que refleja la España cañí y el snobismo de ese barrio de Madrid, sí que es extrapolable a cualquier otro lugar. Más auténtico que es Almodóvar… y ha llegado a todos los rincones del mundo. Confío plenamente en que va a ser más internacional de lo que en su momento pensamos de origen. Quizá no conozcan Malasaña o Parla, pero creo que está muy bien retratada la diferencia de un mundo y del otro".

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