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Un thriller sin cobertura

Nino Treush, exejecutivo de una empresa de telefonía, publica 'El conejo blanco', una novela sobre el uso del móvil y la salud

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Nino Treush es capaz de escribir un thriller de 320 páginas sobre los (supuestos) peligros para la salud que representan los teléfonos móviles y, al mismo tiempo, realizar la entrevista... a través de teléfono móvil.

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El autor de Conejo blanco (Planeta) no defiende hasta las últimas consecuencias las ideas que expone en su primera novela. Opta por ser prudente: propone un uso racional de los teléfonos móviles, desligarse, poco a poco, de las ataduras hacia un aparato del que nos sentimos tan dependientes como el fumador del pitillo. "Por supuesto yo también uso el teléfono móvil, siempre con auriculares, y con moderación", aclara. Lo apaga por la noche, comprueba si la llamada entrante es relevante o se puede obviar, no manda mensajes de texto absurdos... "Se pueden aplicar estos cambios sin que varíe la vida de uno", defiende.

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Tras leer varios informes y después de trabajar ocho años en una multinacional de telefonía móvil, Treush comenzó a plantearse preguntas: ¿Hasta qué punto pueden ser dañinos los teléfonos móviles? ¿Qué sabemos de las ondas que emiten? ¿Qué esconden las multinacionales? Las respuestas —sus respuestas— son El conejo blanco, un thriller en el que narra la desafortunada vida de Jan Tes, un hombre que comienza a trabajar en una compañía de telefonía y llega, sin buscarlo, a un secreto guardado bajo siete llaves: los usuarios de móviles están expuestos a una radiación que puede ser mortal.

El autor defiende el uso del teléfono móvil, pero de forma moderada

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Treush comenzó a escribir El conejo blanco en 2004, después de leer una investigación pública titulada Reflex sobre las ondas electromagnéticas y sus efectos sobre el hombre. "El informe me hizo plantearme preguntas. En los últimos siete años han salido más investigaciones, y hay de todo, algunas muy teóricas, otras más optimistas... Todas concluyen igual: se necesitan más estudios", explica.

En vez de plasmar sus inquietudes en un ensayo ("siempre son más complejos de leer", razona) optó por un modelo más accesible: un thriller clásico, de lectura rápida, "a lo Agatha Christie", con las dosis justas de violencia y mucha intriga: "Es un libro con personajes que están muy cerca de la realidad, sin superhéroes. Es una novela de ideas, que plantea cuestiones como por qué tenemos que ser siempre más rápidos, estar siempre conectados, por qué hemos aceptado sin rechistar formar parte de una sociedad donde lo importante es el hoy y el mañana, no lo que ocurrirá dentro de 15 años".

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El escritor alemán es consciente de que no existe ni un solo estudio que confirme que el uso de teléfonos móviles sean nocivo para la salud. Incluso el último publicado, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se limita a sugerir que ve "posible" la relación entre los móviles y los tumores cerebrales. Sin embargo, Treush recuerda que, el año pasado, un juez italiano condenó a una empresa a indemnizar a un trabajador con un tumor cerebral que pasaba seis horas al día hablando por su terminal móvil.

"No va a ser fácil que se hagan estudios a largo plazo", lamenta el autor, quien confía en que "el mundo científico ponga el dinero para hacer investigaciones de este tipo y saquen conclusiones. Ojalá dijeran que no es nocivo". Treush augura que no se publicarán estudios con muestras tomadas durante varios años y, los pocos que vayan  apareciendo, concluirán como mucho de una forma similar a los que existen sobre el tabaco: fumar puede matar, pero es usted libre de encender o no el cigarrillo.

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