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Tranströmer, un poeta espontáneo en los Nobel

La ceremonia de los Premios Nobel en Estocolmo se escribió, hoy más que nunca, en sueco

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La ceremonia de los Premios Nobel en Estocolmo se escribió, hoy más que nunca, en sueco, con la entrega del galardón de Literatura al poeta Tomas Tranströmer, que fue saludado con una cerrada ovación y que protagonizó los momentos más espontáneos del acto.

Desde su silla de ruedas, Tranströmer, aquejado de una apoplejía, fue el protagonista de la parte más emotiva de la ceremonia, cuando llegó al centro del escenario para recoger su Nobel, un honor que ningún sueco recibía desde hacía 37 años. En ese momento los 1.570 invitados dedicaron una cerrada ovación al poeta, que regresó a su sitio entre el resto de los premiados, pero no por ello dejó de centrar la atención.

Mientras sonaba un fragmento de Rosamunde, de Schubert, el poeta sintió curiosidad por ver la medalla y el diploma y pidió a sus colegas que le ayudaran a abrir el estuche y la carpeta para poder contemplarlos. Unos pequeños momentos que se escaparon al protocolo en el Konserthuset, donde la sobriedad fue la nota dominante, según la agencia Efe.

El encargado de la presentación de Tranströmer fue el profesor Kjell Espmark, que destacó que se trata de 'uno de los muy pocos escritores suecos con influencia en la literatura mundial' y citó pasajes de algunos poemas, como Carrillón o Schubertiana, cuajados de 'brillantes metáforas' y con referencias a su otra pasión, la música.

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