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'Westworld' pone rumbo a la venganza y a un nuevo duelo tan enigmática como siempre

La serie vuelve este lunes a HBO Max tan misteriosa como se fue y dando una nueva vida a sus mejores personajes

Escena de Westworld
Escena de Westworld. HBO Max

La serie de Lisa Joy y Jonathan Nolan vuelve a HBO Max con una promesa bajo el brazo que en realidad es más un deseo, el de encontrar un sitio en el mundo y, a ser posible, la felicidad. Es lo que busca (o dice buscar) una Dolores que hizo saltar por los aires el parque y que irrumpió en el mundo real en temporadas anteriores para regresar ahora mucho más dócil y más parecida a la Dolores de la primera tanda de episodios. Vistos los tres primeros capítulos antes del estreno de este lunes, lo que está claro es que Westworld sigue tan enigmática como fue.

Para quienes han seguido al pie del cañón pese a los cambios de rumbo, estética y giros más o menos acertados, el arranque de la cuarta temporada funciona sin necesidad de revisar el último episodio, emitido en el lejano mayo de 2020. Han pasado más de dos años y en una serie tan enrevesada como esta es fácil que algunos sucesos hayan caído en el olvido. De hecho, sería lo normal. Sin embargo, los guionistas han contado con eso y han salvado con solvencia el obstáculo de las posibles lagunas en la mente del espectador. Una frase aquí, un flashback allí y problema solucionado.

Aún así, sirva como recordatorio que Dolores (la Dolores con la piel de Evan Rachel Wood) fue ¿sacrificada?; que su versión implantada en el cuerpo de Charlotte Hale (Tessa Thompson) de alguna manera se liberó y se puso al frente dando el cambiazo del William humano (Ed Harris) a uno modelo anfitrión; que los caminos de Maeve (Thandie Newton) y Caleb (Aaron Paul) se cruzaron y que Bernard (Jeffrey Wright) se conectó a un dispositivo y se quedó cogiendo polvo.

Los tres primeros capítulos de Westworld –la temporada está compuesta de ocho– sirven para situar de nuevo a los personajes y colocarles, una vez más, en una posición de peligro y ataque o defensa según cada caso. Dolores no es Dolores, sino, como decía en el tráiler, una chica que "todos los días se despierta", que parece ser la única que se da cuenta de que algo no encaja y que solo quiere un final feliz. Cómo ha llegado a ese punto, ya se sabrá. Caleb, su antiguo aliado, ha rehecho su vida. Aunque, sabiendo lo que sabe, siempre está en tensión, alerta. En realidad siempre estuvo así.

En cuanto a los demás, Maeve vive retirada, Bernard sigue siendo Bernard y Charlotte tiene un plan de venganza que llevar a cabo en el que William es pieza capital. De hecho, la nueva temporada comienza con él, en un lugar emblemático de Estados Unidos y conectando lo ocurrido en la anterior con lo que está por suceder. Han pasado varios años, el Hombre de Negro busca algo que le han robado y hará de todo por conseguirlo. Esto también sigue como siempre. No ha cambiado. Como tampoco lo ha hecho el devenir de Westworld, con más preguntas que respuestas, jugando a lanzar misterios uno tras otro confiando en la paciencia del espectador para recibir la información que le ayude a desentrañarlo todo. Es su juego.

No faltan las continuas menciones a dilemas siempre presentes en Westworld como el libre albedrío, si los anfitriones pueden/deben ser considerados y tratados como seres humanos, sus derechos y su lugar en el mundo fuera del parque. Temas que siempre han estado y estarán y que son parte del ADN de esta serie. Difícil saber los caminos que tomará más allá de lo mostrado en sus tres primeros episodios. Lo que sí está claro es que los anfitriones están más presentes en la sociedad de lo que cabría esperar. Charlotte tiene un plan para ellos que implica sangre humana. Su facción quiere venganza y las demás, impedírselo. En los primeros compases de la serie en su regreso cada cual va tomando posiciones para lo que se encamina. A saber, un enfrentamiento y quién sabe si esa felicidad de la que se hablaba en el tráiler. En el universo creado por Joy y Nolan no hay mucho espacio para ella. Y, cuando se da, dura poco.

Qué le ha pasado a Dolores es la gran pregunta. La sorpresa, para quienes no estén al día de la información publicada ni frecuenten mucho las redes sociales, se produce al final del primer episodio con la aparición de un personaje al que más de uno seguro que echaba de menos. Por otro lado, una de las propuestas más interesantes es la dinámica que se establece entre los personajes de Maeve y Caleb y cómo ambos son sacados de su retiro tranquilo para lanzarles a una acción brutal y sangrienta.

Uno de los grandes alicientes de Westworld en sus primeros compases fue todo lo que tenía que ver con la apariencia de western del parque. Después, bucear en la sección oriental del mismo. Ahora, además de la recreación de todo este futuro tecnológico en el que la Ciudad de las Artes y las Ciencias de València tiene tanta presencia, se lanzan a recrear una estética muy de cine de gánsteres que suma. El contexto en el que eso se produce se descubre relativamente rápido y el tráiler contiene un pequeño aperitivo. Otra novedad es el desembarco de Ariana DeBose (West Side Story).

Lo que promete esta temporada de Westworld a lo largo de los ocho episodios que la componen y a tenor de lo visto en los primeros es seguir la línea de preguntas, aparente caos y respuestas escasas que la han hecho ser como es. Quienes han llegado hasta aquí lo han hecho por eso y por personajes como Dolores, Bernard y Maeve. A cambio recibirán lo que cabe esperar con alguna que otra sorpresa y una ampliación del vasto mundo creado por Joy y Nolan.

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