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Cristiano Ronaldo lidera un festival goleador para recuperar autoestima

El Real Madrid se impone por 7 a 1 ante un Celta que pareció adueñarse del encuentro durante su primera mitad. El portugués marco cuatro goles en apenas 26 minutos. 

El delantero portugués del Real Madrid Cristiano Ronaldo celebra el cuarto gol que ha marcado frente al Celta de Vigo, el quinto del equipo, durante el partido de la vigésima octava jornada de la Liga de Primera División que se juega hoy en el estadio Santiago Bernabéu, en Madrid. EFE/Luca Piergiovanni

ROBERTO MORALES / EFE

MADRID.- Cristiano Ronaldo ejerció de líder para responder a los silbidos de su afición con cuatro goles de un plumazo en 26 minutos, castigar el atrevimiento del Celta y conducir una goleada del Real Madrid (7-1) con la que el equipo blanco recupera la autoestima antes del regreso de la Liga de Campeones.

Una tarde que pudo torcerse acabó convirtiéndose en el mejor impulso posible para el Real Madrid antes de la visita del Roma y el regreso de la única competición que puede conquistar para salvar su temporada, la Liga de Campeones.

La evolución del Celta con Eduardo Berizzo le invitó a ser protagonista en el Santiago Bernabéu, adueñándose del duelo por instantes en la primera mitad. Superó el inicio con intenciones del Real Madrid en un estadio en el que imperó el silencio general y el castigo con silbidos a errores puntuales, hasta que la entrega impulsó el aplauso.

El Real Madrid jugó con un centro del campo inédito. Sin sus referentes Kroos y Modric, con la entrada de Casemiro, que aporta orden, un Kovacic perdido e Isco con voluntad pero sin brillantez.

El equipo de Zinedine Zidane comenzó con un juego estático, en el que solo los impulsos de voluntad de los canteranos Lucas Vázquez y Borja Mayoral le despertaron del letargo.

El Celta arrancó mejor, con Pablo Hernández ejerciendo dominio en la medular y un tridente repleto de veneno. Orellana y Nolito fueron un examen durísimo para Danilo y Carvajal, mientras que Iago Aspas buscaba el gol con continuidad.

La madera lo evitó en un testarazo ante el que nunca habría llegado Keylor Navas, que respondió en el rechace con una gran parada en el mano a mano.

La voluntad no faltaba en Cristiano Ronaldo. Leyó a la perfección la situación. En los momentos de duda retrasó su posición, quiso imprimir la velocidad que le faltaba al juego y asociarse con sus compañeros. Su primer tiro a puerta lo detuvo a los 20 minutos Rubén, que se ganó el abrazo de sus compañeros cuando, tras varios rechaces, impidió una acción clarísima de gol de Isco.

A bocajarro no colocó su disparo el andaluz y se topó con el portero celeste.
Un momento que marcó el duelo fue la lesión del chileno Pablo 'Tucu' Hernández. Su figura es clave para el equilibrio del Celta. Se dañó una rodilla y dejó su sitio a Radoja.

El bajón del equipo gallego fue patente y a balón parado el Real Madrid comenzó a crear peligro en los últimos compases del primer acto. Voló Rubén a un testarazo de Casemiro tras una falta lateral, pero nada pudo hacer ante un cabezazo de Pepe tras un perfecto saque de esquina de Isco.

El madridismo disfrutó de la imagen de la segunda parte. Aluvión de fútbol blanco para provocar la cara más desconocida del Celta, superado en todas las facetas del juego. Se escucharon silbidos a Cristiano y la respuesta fue contundente. Con una espectacular 'folha seca' con la pierna derecha marcó el segundo. Y el tercero, con una falta a una escuadra para sentenciar el partido.

La velocidad, la entrega, la lucha en cada balón pasaron a ser la característica del juego del Real Madrid. Los futbolistas blancos se quitaron la presión y comenzaron a disfrutar con el marcador a favor. Lucas no marcó por milímetros y Cristiano estuvo desatado. El travesaño evitó otro tanto de falta del portugués, tras un disparo potente que llegó a desviar el portero del Celta.

El tanto del honor vigués llegó en un exceso de confianza de la zaga madridista. Un balón en largo sorprendió descolocados a Ramos y Pepe, sin tomar la marca de Iago Aspas, que definió a la perfección. Se plantó ante Keylor y, con tranquilidad y clase, picó el balón a la red.

Reapareció Gareth Bale, pegado a su banda izquierda, donde más daño hace, pero ningún entrenador del Real Madrid hasta Zidane lo ha querido ver.

Cristiano estaba disfrutando de nueve y allí siguió esperando otro tanto con el que asaltó la clasificación de goleadores. Pidió penalti el Celta en un remate de Wass que dio en la parte posterior de un brazo de Danilo.

La tarde la redondeó la irrupción en el partido de Jesé. Tras ver cómo le ha adelantado en su puesto Borja Mayoral, salió con ganas de comerse el mundo. De un córner bien botado, Cristiano marcó su cuarto convirtiendo al Real Madrid en el equipo que más tantos de cabeza marca. Y nada más sacar de centro el Celta, Jesé robó el balón, desbordó y marcó.

El fin de fiesta goleador lo firmó Bale, con espacios, en carrera y de zurdazo cruzado. El Celta borrará este partido desde el pitido final y el Real Madrid lo saborea para llegar con un nuevo impulso anímico a la competición que separa el éxito del fracaso.

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