"Si no tengo el balón, estoy muerto como jugador". Diego León (Palencia, 1984) sigue convencido de la clase de futbolista que es. No ha cambiado su concepción creativa del juego, aunque desde que era el mejor juvenil del Real Madrid algunos entrenadores se la quisieron cambiar.

"Siempre he tenido problemas porque por mi estatura decían que era más flojo en defensa. Ahora, soy más completo porque juego en banda y tengo que trabajar más, pero mantengo mi esencia. Moriré con mi juego. Anfield alucinó con mis bicicletas y mis taconazos. Me puse a tirarlos, aunque tenía a 60.000 en contra".

El sábado, el Barnsley protagonizó la sorpresa de la Copa inglesa al eliminar al equipo de Benítez. La hazaña ha puesto de nuevo bajo los focos a Diego León. Campeón de Europa sub-17 en 2001 junto a Torres e Iniesta, una rotura de tibia y peroné y otra en los ligamentos de un tobillo cortaron su progresión. Su último año en el Madrid fue un calvario: "El entrenador del Real Madrid B era López Carom uno de los que no me ponía por bajito o por ser endeble en defensa. Eso ya no pasa, ahí están Xavi e Iniesta".

El Barnsley juega en la ruda First Division inglesa, equivalente a la Segunda española. Un virguero liviano en un fútbol en el que se entra con todo, donde los centrales y los delanteros responden al tópico de que les debe faltar alguna pieza dental para demostrar que hacen bien su trabajo: "Llevo 20 días aquí y la afición está a muerte conmigo. Quieren ver algo distinto. Aquí se juega al límite y prima la fuerza. Hay que estar listo para que no te cacen".

Antes de aterrizar en Barnsley, una ciudad rodeada de la norteña campiña inglesa, Diego León se tuvo que buscar la vida en el Arminia Bielefeld alemán y en el Grasshopper suizo. "Es duro tener que salir de tu país, adaptarse a una ciudad, a un entrenador que no conoce tu idioma... En el Arminia, apenas jugaba y del Grasshopper, me tuve que ir por un tema económico. Me gustaría volver a España".

"Este verano, tuvo insinuaciones, pero nada serio", afirma su agente José Miguel González. El bombo de la Copa quiso que el Chelsea visite Barnsley, escaparate ideal para sembrar el retorno. "A los dos minutos del sorteo, los hinchas ya pedían entradas. Será una gran fiesta para el club y una oportunidad para mí", dice León.