Este artículo se publicó hace 17 años.
Escobazos de plata
España sumó ayer la primera medalla de su historia en el Europeo y asciende hasta la élite
Pocos deportes como el curling son tan vocacionales. Y más en un país, como España, en el que sus practicantes no buscan dinero ni fama, sino una simple pista donde poder jugar.
Sin embargo, ayer, el equipo masculino del Club Hielo Jaca convirtió esa osadía en una medalla de plata en el Campeonato de Europa B, el primer metal de un deporte con menos de diez años de tradición en nuestro país.
La escasa infraestructura que proporciona la Federación de Deportes de Hielo convierte a José Manuel Sangüesa en el skipper (jugador-entrenador del equipo). "Nos pagamos todas las concentraciones de nuestro bolsillo”, explicaba ayer Sangüesa, mientras guardaba su bolsa de escobas en el hotel de Fusser (Alemania), donde se ha alojado junto a Antonio de Mollinedo, Martín Ríos y David Rodrigo.
Estos cuatro jugadores acomodan sus agendas vía email para convertir su hobby en un deporte serio. “Esperemos que esta medalla sirva para ello porque nuestros amigos y familiares nos dicen que qué hacemos barriendo y limpiando el hielo”, asegura Sangüesa.
Desde hace un par de años, esa obsesión por el curling no hace más que costarles dinero. Antes de cada campeonato internacional o doméstico, estos cuatro jugadores se concentran en Suiza, Escocia y Suecia para aumentar su nivel. Cada uno de estos viajes de mejora suponen un gasto de alrededor de 4.000 euros. “Y eso después de navegar mucho por internet en compañías low cost para viajes y hoteles”. Si, en alguna ocasión, hay dinero sobrante en el escaso presupuesto, este equipo contrata por días a Graham Sloan, un técnico escocés, que les pule defectos en la distancia viendo los vídeos y las estadísticas de sus partidos.
“La verdad es que mejoramos más cuando Graham puede venir a alguna competición con nosotros, pero no siempre podemos estirar tanto el presupuesto”.
Déficit de instalaciones
El otro gran problema de Sangüesa y su equipo es la inexistencia de pistas adecuadas para practicar el curling. “En Jaca, donde yo vivo, la pista vieja la cerraron porque se deshacía el hielo y la nueva no está acabada. Total, que desde abril no tenemos instalaciones para entrenar”, asegura Sangüesa. Él se desplaza a Madrid donde entrena junto a David y Antonio en una pista que tienen que compartir con la gente que patina con diversión. “Y es una pena porque, en ocasiones, gastamos alrededor de 120 euros en una hora de alquiler y no sirve de nada”.
La medalla de plata es el símbolo de un deseo por salir del anonimato. “Especialmente en el caso de Antonio”, prosigue Sangüesa, “empezó a jugar al curling porque quería disputar unos Juegos Olímpicos y vio que este era el deporte más fácil por el escaso número de fichas”.
Del resto del equipo, ni David, ni Martín, ni el propio José Manuel, se engancharon a este deporte por las retransmisiones televisivas. “Es verdad que mucha gente empieza a jugar por lo que ve en Eurosport, pero a ninguno de nosotros nos influyó eso”, comenta Sangüesa. Su vocación apareció al leer un anuncio en un periódico de Jaca solicitando jugadores para el club local.
Con el subcampeonato logrado ayer, el curling español ascendió hacia la élite europea de un deporte que acaparó en los pasados Juegos Olímpicos de Turín más share de audiencia en Italia que el Mundial de fútbol. Entonces, el objetivo será ganar un partido dada la bisoñez del equipo español ante potencias como Escocia o los países nórdicos. “Para entonces, tendremos que haber corregido muchos fallos en el barrido”.
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