España afina la puntería de cara a las semifinales

La selección española de fútbol sala certificó su pase a las semifinales del Mundial de Brasil como primera de su grupo tras derrotar por 4-1 a Paraguay y ahora se enfrentará por alcanzar su cuarta final consecutiva con Italia, actual subcampeona mundial.

El partido sirvió para ver la mejor versión de Fernandao, que paulatinamente va afinando la puntería, algo fundamental de cara a la fase decisiva del torneo. El hispano-brasileño anotó tres goles y fue clave para confirmar al combinado nacional como el mejor del grupo F y dejar sin opciones a un rival al que le faltó más ambición y calidad para crear problemas a los de José Venancio López.

El seleccionador, como era de esperar, aprovechó el partido para otorgar descanso a alguna de sus piezas claves. Así, Juanjo, que realizó una gran primera mitad, sustituyó a Luis Amado en la portería, mientras que Torras, una de las piezas claves hasta el momento, tampoco jugó porque arrastra una contractura en el glúteo.

Sin embargo, si bien Paraguay apenas asustó, Venancio López tuvo el susto de Daniel. El hispano-brasileño, que se lesionó de gravedad en la rodilla en el mes de febrero y que estuvo cerca de perderse la cita, se tuvo que retirar de la cancha tras una acción fortuita en un disparo en la segunda mitad, pero se marchó a vestuarios por su propio pie, lo que invita al optimismo.

Salvo este contratiempo, España no pasó demasiados apuros, quitando la primera mitad, cuando Paraguay, mermada por las sanciones de Chilavert y Rotella por los incidentes en el partido de Rusia, intentó igualar el rápido gol, producto de un error defensivo sudamericano, de Alvaro.

Juanjo se mostró ágil a partir de ese momento y evitó el empate de los paraguayos, que nada más iniciar el segundo tiempo recibieron el primer golpe de Fernandao. La bicampeona mundial se hizo con el dominio absoluto aprovechando el golpe moral del 2-0 y Paraguay apenas inquietó, aunque se metió en el choque a falta de cinco minutos con un tanto de penalti de Alcaraz. Fernandao y sus dotes goleadores aparecieron en su esplendor para acabar con cualquier duda.