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García Bragado: "Para ir a hacer
un mero control antidoping en
Rusia tienes que pedir un visado"

Tiene 46 años. Fue campeón del mundo en 1993. Vivirá sus séptimos JJOO en Río 2016 pero la edad le hace mirar con lamento hacia la jubilación. Se mete en el zarzal del dopaje y habla, por experiencia propia, de la mafia destapada en el atletismo ruso. 

Jesús Ángel García Bragado. /EFE

MADRID.- La artrosis no aparece. Sus caderas siguen vivas después de tantas operaciones. Su motivación resiste sin errores. En realidad, Jesús Ángel García Bragado (Madrid, 1969) ya no es el chaval que en 1993 fue campeón del mundo en Sttutgart de 50 kilómetros marcha “y un sábado me metía por la mañana una machacada y por la tarde me iba a un Centro Comercial”. Ahora, ya no puede, sus piernas no le dejan, pero él ha sabido administrarse. “He encontrado un seguro de vida en la natación para recuperar”.

Hoy, apenas se queja de dolores, algo casi insólito en un atleta que este verano sumará siete Juegos Olímpicos en Río de Janeiro, desde Barcelona 1992. Un hombre único en el mundo que habla con la misma naturalidad de Belén Esteban que del dopaje ruso o de su derecho a la jubilación. No hay fronteras en la conversación con García Bragado, el atleta, el político que no se imagina como un hombre encantador: "Es verdad que tengo fama de desayunar un par de niños crudos cada día, pero a veces las apariencias engañan".

Pregunta. “Está reunido”, me dijeron cuando le llamé…

Respuesta. Sí. Cuando uno tiene una edad y adopta estos compromisos en la política… En realidad, te conviertes casi en un malabarista. No sabes como lo haces, pero lo haces, porque luego tienes el entrenamiento, la familia, dos niños, una de ellas en edad adolescente…

Son las siete de la tarde y acaba de terminar la reunión

A las siete y media, tengo otra. Pero la vida municipal en un Ayuntamiento es la que es. Ahora, tendría que irme a entrenar tranquilamente. Pero surgen mil problemas y hay que hacer frente. Yo me crié en San Blas, en Madrid, y los problemas, que encuentro aquí, son de un corte parecido…

En la segunda pregunta ya habló de problemas. ¿En la política se disfruta de los problemas?

Al final, la vida es una lucha continua y tienes que saber cómo solucionarlos y, si uno se lo propone, las dificultades se superan. No me cabe duda, porque, en realidad, esto puede ser como una persona que tiene sobrepeso. Si se afana por lograrlo, lo logra, lo va a lograr, seguro.

Sin embargo, usted nunca tuvo sobrepeso

No, no, yo no, al contrario. Tendría que tener algún kilo más, sobre todo en esta época para evitar resfriados…

Frente a los ataques de la ciudadanía, esos kilos tampoco vendrían mal

No, no, a mí nunca me han pegado, ni siquiera insultado, y menos ahora, que vivimos una época de optimismo. Años atrás en los que, sí, la ciudadanía se sentía enfadada tal vez fuera diferente… Pero ahora, a lo sumo, llegas a soportar a algún comentario desafortunado en redes sociales, pero mientras no atenten contra el honor de uno…

Si atenta contra su honor hablar de dopaje, no hablamos

"Si hablas de dopaje de esto es como meterse en un zarzal en el que es casi imposible que no salgas con arañazos"

No. En absoluto. Lo detesto tan profundamente y estoy tan en contra suya que no me importa decir lo que tenga que decir. Pero sí es verdad que si hablas de esto es como meterse en un zarzal en el que es casi imposible que no salgas con arañazos…

Pero no lo vamos a dejar

No, ya le he dicho que no.

Usted ha entrenado con esos atletas rusos que ahora parecen grandes chantajistas

"Los atletas rusos siempre han sido individuos inaccesibles"

Sí he competido con ellos, pero entrenar no, hasta ese punto no, porque los atletas rusos siempre han sido individuos inaccesibles. Si, por ejemplo, se iban a entrenar a El Algarve te enterabas por otro atleta que les había visto entrenar allí, pero nunca por ellos, jamás. Quizá porque esa es una de las primeras reglas de los señores que se dedican a hacer trampas. Viajan mucho. Son muy discretos y sólo ellos saben donde se encuentran.

La diferencia entre vivir y huir

Pero el objetivo del que se dedica a hacer trampas es que no le descubran. Siempre es así. Mire a Marion Jones en su época. Tenía una cámara en su casa para ver quien la llamaba al timbre y, dependiendo del que lo hiciese, fingía o o no estar en casa. Pero ahí sí es verdad que me coge en una conversación que me sobrepasa. Nunca he tenido ni siquiera un teléfono ficticio. No sabría vivir de un modo tan artificial.

Yo nunca imaginé tanta mafia en Rusia

"Para ir a hacer un mero control antidopaje allí tienes que pedir un visado como si fueses a trabajar"

Se puede explicar. Mire, si uno viaja a Rusia, allí el idioma es casi ininteligible. Yo mismo me he perdido por el Metro de Moscú y soy un hombre que ha viajado por todo el mundo. Pero ya no sólo es eso, sino que para ir a hacer un mero control antidopaje allí tienes que pedir un visado como si fueses a trabajar…, en realidad, son tantas trabas…

Si usted se hubiera dopado, ¿tendría hoy una medalla olímpica?

No lo sé. No acabo de verlo. Pero en todo caso me quedó con esa frase que dijo una vez Josep Marín, “las medallas las gano yo y las pierdo yo”.

En seis JJOO usted la acarició dos veces. ¿Fue su derrota?

Sí, en Atenas, en Atenas, sobre todo, la tuve tan cerca y no pude pelearla por miedo a que me descalificasen. Tuve dos avisos y no pude arriesgar, porque luego ya en Pekín fui cuarto, pero la distancia fue grande…, aunque si ahora vemos los nombres de los que me las quitaron se puede decir que moralmente sí se sido medallista…

Volvemos a Moscú entonces

Volvemos a Moscú, si le parece, ¿por qué no? En realidad, yo no tengo nada que reprochar al pueblo ruso. Al contrario es gente hospitalaria, atenta. Gente que no te conoce de nada y que te invita a comer en su bar. Gente encantadora que es capaz de acompañarte hasta la estación de autobuses, porque ven que tú solo no vas a saber llegar a ella…, y eso son cosas que a mí sólo me han pasado en Rusia.

¿No es usted un tipo encantador?

Eso dicen. Yo tengo fama de desayunar un par de niños crudos cada mañana… Pero no sé si esa fama es justa. Sin ir más lejos, este verano fui capitán del equipo español en el Mundial de Pekín y había atletas que me dijeron: ‘Jesús, no me imaginaba que fueses así’.

Lleva usted muchos años en la política

"La política tiene que tener fecha de caducidad para una persona y se debería limitar en el tiempo"

Pero no. Mire, si dejas que la política te cambie, claro que te cambia, porque te va a hacer más desconfiado y más reservado… Por eso quizá la política tiene que tener fecha de caducidad para una persona y se debería limitar en el tiempo.

¿En qué se parece la política al taxista que fue su padre?

En nada, y menos en una ciudad como Madrid en la que trabajó mi padre. Tenía que invertir miles de horas. Y si llegaba a fin de mes y no reunía el dinero que necesitábamos entonces llegaba más tarde a casa… Era así siempre, pero él perseveraba. Quizá por ese origen castellano suyo de no darse nunca por vencido, de la naturaleza de ese barrio de García Noblejas en el que vivíamos en una calle paralela, por cierto, a la de Belen Esteban.

En la política no se habla con demasiado cariño de Belén Esteban

Pero nos guste o no, es un producto televisivo. No es lo mismo encender la televisión y que esté ella o no esté. Incluso, en Catalunya levanta una expectación enorme, y no, no podemos ser ajenos.

¿Cuántas veces se ha retirado usted del atletismo?

Ninguna, no fastidie. ¿Intentos? Sí hubo, sí, pero ahora me pasa como a los Rolling Stones que nunca se sabe cual podía ser su último concierto…

¿Se imagina en unos JJOO con 65 años?

"El atletismo no se cotiza a la Seguridad Social y yo me hago mayor y tengo que mirar por mi jubilación. Tengo muy poquitos años cotizados"

Es muy complicado, sobre todo porque en esto no se cotiza a la Seguridad Social y yo me hago mayor y tengo que mirar por mi jubilación… Tengo muy poquitos años cotizados…

¿Y eso es ingrato?

Si me comparan con José María Odriozola, el presidente de la Federación, que lleva años viviendo del atletismo, sí… También es verdad que él se sacó su oposición como catedrático. Pero me cuesta ver que pasan los años…

En un país como España todo el mundo desea jubilarse rápido

No, yo conozco personas que no, pero, claro, si hablas de un trabajo como el de mi padre, que se dedicaba a llevar y recoger clientes en el taxi, sí… Es normal que uno se canse y entiendo que trabajos como ese hay muchos y es lógico que si la gente se gana el derecho a dejarlos tenga derecho a cobrar su pensión.

Usted también tendría una pensión vitalicia en otro país con siete JJOO

Si me hubiera ido, a lo mejor, sí, pero ¿iba a hacerme qatarí, por poner un ejemplo? No, hombre. Yo estoy encantado en el país en el que vivo. Es más, España me parece el mejor país del mundo, y de aquí no me iría nunca.

¿Aún tiene derecho usted para pelear por una medalla olímpica?

Mientras hay vida, hay esperanza. Pero me parece complicado. Los tiempos de las medallas ya pasaron para mí. Tuve mi oportunidad, eso sí es verdad; pero hoy ya no, me parece que no.

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