Este artículo se publicó hace 18 años.
El partido de las incógnitas
Mientras el madridismo debate acerca del concurso de Guti, los azulgrana se preguntan por el de Ronaldinho y Deco

Convendrán los amantes del fútbol, que dicen se cuentan por legión, que no hay mejor modo de cerrar el año que hacerlo con el clásico del balompié español. Habrá que brindar, pues, por el calendario que, este curso, sin saber de circunstancias ni eventualidades, colocó el Barcelona-Real Madrid justo antes de los atracones navideños y las uvas. Poco podía imaginarse entonces la maquinita repartidora de fechas que el clásico de esta tarde (19.00) llegaría tan cargado de emoción.
Y no sólo por una mera cuestión de clasificación. Llega el Madrid al Camp Nou con cuatro puntos de ventaja y la suerte del partido dictará si el equipo de Schuster se come los turrones con sabor a media Liga -una victoria le colocaría a siete puntos del Barça- o con la sensación de que el dulce se le atragantó –los azulgrana podrían iniciar el año a sólo un punto del Madrid–. En el más insulso de los casos, la cuestión se quedará tal y como está.
Pero incluso en ese supuesto, será el clásico revelador. Porque, tanto como el resultado, importan las jerarquías, los estados de ánimo de los dos primeros clasificados de la liga: quién domina la competición y con qué autoridad.
Menos exigido por su liderato, el Madrid afronta el clásico como una prueba emocional. Un buen resultado reforzaría la moral blanca, como sucedió el curso pasado, cuando el empate alcanzado en el Camp Nou supuso el inicio de la reconquista de la Liga. Igualó un partido que tenía ganado, pero se fue de Barça sintiéndose mejor que los azulgrana.
En el Barça, los casos personales se imponen a la marcha del equipo, impecable en casa. Con Messi fuera de combate, Henry recién recuperado y Etoo de vuelta y ávido de gol, los focos se han concentrado en Ronaldinho, protagonista del clásico más por pasiva que por activa. Rijkaard lo incluyó ayer en su lista de 19 convocados –Márquez, con un golpe en la rodilla, condicionará la defensa azulgrana hasta el último momento–, pero los gestos del técnico durante la semana no invitaban a pensar en su titularidad.
Rijkaard, contento con Ronnie
Sin embargo, Rijkaard aseguró ayer que nunca ensaya con el equipo titular y que está “muy contento” con la actitud de Ronaldinho esta semana. Olvidó el técnico el pasotismo del brasileño en el ensayo del jueves, donde lo alineó con los suplentes, y sus posteriores reprimendas. Aquel episodio pareció el anuncio de la primera suplencia en un clásico del gran símbolo azulgrana. Nunca antes había sucedido algo así y la posibilidad disparó las lecturas.
Mientras en el Madrid se debatía acerca del concurso de Guti, recuperado de su esguince de tobillo, el centrocampista ha entrado en la convocatoria de Schuster, que jugó al despiste con su titularidad, la posible ausencia de Ronaldinho en el once de Rijkaard se entiende como un gesto de más calado.
Hay quien asegura que sería la confirmación del principio del fin de la historia del brasileño en el Barça. Y quien opina que su suplencia –como la de Deco– se trataría, simplemente, de un gesto de autoridad del holandés, que ayer dijo no sentirse “presionado” al confeccionar sus alineaciones. La de esta tarde, según reveló, la decidió hace días. Y puede que sea así. Pero Rijkaard es consciente de la polvareda que levantaría su ausencia en el partido más esperado del curso.
Comentarios de nuestros socias/os
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros socias y socios, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.