Este artículo se publicó hace 18 años.
Paseo contra nadie
El Barcelona goleó sin apuros al Stuttgart alemán en un partido sin trascendencia

Visto lo visto ayer, habría que habilitar el Camp Nou para partidos de solteros contra casados. Barça y Stuttgart ofrecieron un espectáculo impropio de la mejor competición del mundo, lleno de concesiones defensivas y presidido por una relajación absoluta en ambos equipos.
La próxima vez que alguien acuda a Nyon, sede de la UEFA, para exigir que la Champions recupere un formato más competitivos, debería hacerlo con una cinta del partido de ayer. Con sus destinos ya sellados, unos y otros se entregaron a una alegre pachanga.
La cosa empezó prometedora: el único aliciente del choque, la posibilidad de que Bojan batiera el récord de precocidad europea dio con los huesos del pequeño delantero en el banquillo en beneficio de Ronaldinho. Y a los dos minutos, un regalo de Jorquera tras una falta botada por Da Silva sirvió a los alemanes para celebrar con euforia el 0-1.
Pero la pasividad del Stuttgart era total: Gudjohnsen parecía Sócrates y el Barça se hinchó a crear ocasiones. El más beneficiado de ello fue Giovani, que aprovechó la juerga para chutar a puerta siete veces en media hora hasta que encontró el gol a pase de Ronaldinho. El Barça jugaba sin oposición, y en el primer acto sumó ocho ocasiones claras y nueve saques de esquina.
El Barça siguió con su arrollador trantrán en el segundo tiempo para cercar el área rival. Etoo certificó su vuelta con un tanto antes de dejar su puesto a Bojan. Después, Ronaldinho machacaba una perfecta asistencia de Sylvinho en el que pudo ser, si abandona el club este enero, su último choque en Champions como azulgrana. Fue un partido entretenido, pero en ningún caso digno de la Liga de Campeones.
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