Este artículo se publicó hace 11 años.
Surrealista excursión por Madrid 2020
La visita del COI coincide en el trágico Madrid Arena con el rodaje de una película y se topa con las protestas de los trabajadores del Club Casa de Campo
Una buena dosis de surrealismo, que hubiera firmado el mismísimo Woody Allen, con varios protagonistas: una visita del COI, el rodaje de una película y el Madrid Arena donde se produjo la tragedia de Halloween. El penúltimo día de los inspectores olímpicos en Madrid lo tuvo todo.
Habría que suponer que nada estaba preparado -lo que sería hasta peor- pero las caras de los periodistas, acostumbrados ya a todo tipo de sorpresas en estos días de visita del COI, al llegar al recinto que acogería el balonmano en 2020 fueron de verdadero estupor. "Están rodando una película", avisaban desde la seguridad del complejo.
Aumentaba el asombro conforme pasaban los segundos, al verse de pronto en mitad de un parón para comer de, efectivamente, el rodaje de un filme. Los extras del mismo sentados alimentándose con un bocadillo, furgonetas de cátering, etc... Circulaba entre los presentes que el título de la película era Kamikaze, y que el Madrid Arena hacía las veces de terminal de aeropuerto rusa.
La alcaldesa de Madrid no valoró este último detalle en el ya trágico recinto y descartó que los inspectores olímpicos se hubieran interesado por lo acaecido el pasado Halloween. "Ellos [el COI] están enterados, siguen las noticias y saben que la tragedia fue por un mal uso de las instalaciones", agregó.
Ni corrupción, ni Eurovegas, ni Madrid Arena... La crisis como único tema espinoso tratado en estos tres días en la visita a la capital. Y sin ninguna relación con la prensa. "El COI no ha venido a exhibirse ni a hablar con los medios, sino a trabajar", defendía el presidente del COE, Alejandro Blanco, ante las quejas de los medios de comunicación por el nulo trato con los inspectores olímpicos.
La relación comisión-prensa de hoy volvió a limitarse a la foto de familia de los 17 inspectores y la vista muy lejana de algún paseo por una congelada Caja Mágica, así como una cerrada ovación al mítico Manolo Santana. "No me gustaría irme al otro barrio sin que Madrid organizara los Juegos", bromeaba muy en serio el bueno, buenísimo, de Santana.
Justo antes, la excursión, con picnic incluido, había transcurrido de manera premonitoriamente surrealista por el Club de la Casa de Campo, tras comenzar en el Hipódromo. Los trabajadores del recinto habían prometido que protestarían durante la visita del COI al mismo y cumplieron. Decenas de empleados se manifestaron en tres entradas del complejo, con pancartas en las que reclamaban la negociación del convenio y gritos de "¡fuera, fuera!". El autobús que llevaba a la prensa parecía que intentaba evitarlos en todo momento con giros extraños que a punto estuvieron de dar con el vehículo contra varios árboles.
El poco agradable día del martes, eso sí, tornó en sol este miércoles, cuya jornada de trabajo finalizó antes de tiempo por la cena de los inspectores del COI en el Palacio Real con la reina, el príncipe Felipe, la princesa Letizia, la infanta Elena y la infanta Pilar. Sin noticias del rey.
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