Este artículo se publicó hace 3 años.
El BCE reducirá poco a poco la compra de deuda por la pandemia pero no subirá los tipos de interés
La entidad modera su previsión de crecimiento de la Eurozona para 2022 y eleva "significativamente" la de inflación.
Fráncfort-
El Banco Central Europeo (BCE) ha decido este jueves reducir paso a paso sus estímulos monetarios en 2022, mientras mantendrá los tipos de interés en su mínimo histórico, al contrario que otros bancos centrales que ya han comenzado a subir sus tipos de interés, como el Banco de Inglaterra y el Banco de Noruega, o lo han anunciado, como la Reserva Federal de EEUU.
Ahora que la economía de la zona del euro ha recuperado su tamaño anterior a la pandemia, aumenta la presión sobre el banco para que siga a otros bancos centrales en el cierre de los grifos monetarios. Sin embargo, a los dirigentes del BCE les preocupa que dar un paso atrás demasiado rápido pueda dar al traste con los esfuerzos realizados durante años para reactivar una inflación que antes era anémica.
De momento, el BCE comprará menos deuda de emergencia por la pandemia (PEPP, en sus siglás en inglés) en el primer trimestre de 2022 que en el cuarto trimestre de 2021. Luego, dejará de comprar deuda con este programa de estímulos monetarios a finales de marzo de 2022. Entonces habrá adquirido deuda pública y privada por un total de 1.850 billones de euros, para apoyar a la economía durante la crisis por la pandemia.
No obstante, la entidad monetaria de la Eurozona también ha decidido comprar deuda en el segundo y tercer trimestre de 2022 con otro programa de estímulos monetarios (se conoce como APP, de mayor duración pero más rígido), que tenía antes de la pandemia, porque considera que todavía es necesaria la expansión monetaria.
Duplicará las compras de bonos a una cifra de hasta 40.000 millones de euros en el marco del APP en el segundo trimestre, antes de reducirlas a 30.000 millones de euros en el tercer trimestre. A partir de octubre, las compras se mantendrán en 20.000 millones de euros, durante "todo el tiempo que sea necesario" para reforzar el impacto acomodaticio de sus tasas de interés, dijo.
En la actualidad, el BCE compra deuda por valor de alrededor de 70.000 millones de euros al mes debido a la pandemia, y por valor de más 20.000 millones de euros al mes con el otro programa de expansión cuantitativa.
Además, BCE mantiene el tipo de interés de las operaciones principales de financiación en el 0%, los tipos de interés de la facilidad marginal de crédito en el 0,25% y de la facilidad de depósito en el -0,50%, respectivamente.
A este respecto, la presidenta de BCE, Christine Lagarde, ha asegurado que continúa siendo poco probable que la institución suba los tipos de interés en 2022, desmarcandose así del tono adoptado por la Reserva Federal de Estados Unidos y del Banco de Inglaterra, que ha adoptado este jueves su primera subida del precio del dinero desde 2018. Lagarde ha reiterado que la posición en el ciclo económico de la zona euro difiere de la de estos países por lo que no puede asumirse que si algo pasa con la Fed, pasará con el BCE".
Lagarde, además, ha señalado tras la reunión del Consejo de Gobierno de la entidad que aún sigue siendo necesario una postura monetaria acomodaticia para que la inflación se estabilice hacia la meta del 2% en el medio plazo y ha subrayado la necesidad "mantener la flexibilidad y la opcionalidad" en la conducción de la política monetaria. "Dentro de nuestro mandato, en condiciones de tensión, la flexibilidad seguirá siendo un elemento de la política monetaria siempre que las amenazas a la transmisión de la política monetaria pongan en peligro el logro de la estabilidad de precios", ha defendido.
Revisión de las previsiones
En este contexto, el BCE ha revisado a la baja su pronóstico de crecimiento para la eurozona en 2022, aunque ha mejorado notablemente el de 2023, mientras que ha incrementando "significativamente" sus previsiones de inflación para la región.
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha reconocido que, a pesar de esta revisión al alza de la inflación, la institución sigue confiando en que la subida de precios se relajará a lo largo de 2022 y se situará por debajo del 2% al final del horizonte de las proyecciones macroeconómicas.
De este modo, el banco central espera que la inflación de la zona euro en 2021 sea del 2,6%, frente al pronóstico de septiembre del 2,2%, para acelerar en 2022 al 3,2%, frente al 1,7% anticipado anteriormente, y solo relajarse al 1,8% un año después, tres décimas por encima de lo esperado con anterioridad. Para 2024, el BCE espera que la inflación sea del 1,8%.
En cuanto al crecimiento del PIB de la Eurozona, Lagarde ha reconocido una pérdida de impulso en los últimos meses de 2021 que se extenderá al arranque de 2022, lo que retrasará al primer trimestre del próximo año el momento en el que la eurozona recupere el PIB previo a la pandemia.
En este sentido, el BCE prevé ahora que el PIB de la región crezca un 5,1% este año, para desacelerarse al 4,2% en 2022, cuatro décimas menos de lo esperado el pasado mes de septiembre, aunque ha revisado al alza su pronóstico para 2023, hasta el 2,9% desde el 2,1%. De cara a 2024, el BCE espera una expansión del 1,6%.
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