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Chile Chile celebra la fiesta del primer aniversario de la revuelta social con una manifestación multitudinaria

La convocatoria se transcurre de forma pacífica y en un ambiente festivo, justo a una semana de celebrarse el referéndum constitucional.

Un grupo de manifestantes observa como arde la iglesia de San Francisco de Borja, actualmente destinada al servicio religioso de Carabineros de Chile, este domingo durante una manifestación en los alrededores de la Plaza Italia de Santiago (Chile), rebaut
Un grupo de manifestantes observa como arde la iglesia de San Francisco de Borja, actualmente destinada al servicio religioso de Carabineros de Chile, este domingo durante una manifestación en los alrededores de la Plaza Italia de Santiago (Chile). EFE/Stringer

Se venía anunciando con bombo y platillo desde hace meses y la expectación era alta para el primer aniversario del estallido social chileno. Las predicciones se cumplieron. Este domingo, 18 de octubre, miles de personas se congregaron en la Plaza Italia de Santiago, bautizada por los propios manifestantes como Plaza de la Dignidad, para conmemorar la efeméride. 

Según la policía, que en estas convocatorias suele cifrar a la baja, 25.000 personas participaron en la concentración. Si bien hubo afluencia de gente a lo largo de todo el día –más jóvenes y menos personas mayores, en esta ocasión–, durante la tarde la asistencia fue mucho más masiva. La protesta se desarrolló de forma pacífica, en un ambiente familiar y festivo que recordó las fechas históricas del último trimestre de 2019, cuando cada viernes los manifestantes se contaban por cientos de miles. "Ha habido una liberación y celebración frente a los tiempos de cuarentena, los encuentros se extrañaban y por eso muchos asistieron. Es una sensación de carnaval, como de cumpleaños, de enhorabuena", explica el profesor y comunicador Carlos Montes.

Montes: "Hay puestos de personas vendiendo mascarillas con la iconografía de la revuelta popular"

"Hoy ha estado muy tranquilo y no se vio policía alrededor", señala Paula, una de las voluntarias de salud de la Brigada MP, que atiende a las personas que resultan heridas en el contexto de las protestas.

La novedad de este octubre ha sido, sin duda, la mascarilla, que fue utilizada por la mayoría de los manifestantes. "Hay puestos de personas vendiendo mascarillas con la iconografía de la revuelta popular, pero la distancia física es difícil de mantener por la gran cantidad de gente", comenta Montes. La mitad de la población del país, sobre todo fuera de la zona metropolitana, está en cuarentena total o parcial. Eso se notó en las ciudades de estas regiones, donde las convocatorias fueron mucho menos masivas. La pandemia ha dejado más de 490.000 contagios y 13.635 fallecidos confirmados en el país.

Llamados a aprobar una nueva Constitución

"He visto una lógica de organización más fuerte, la gente más agrupada en colectivos y agrupaciones. Estamos en una fase avanzada de desconfinamiento y, aunque todavía está la sombra de los contagios, la ciudadanía se manifestó de forma importante en las calles como una necesidad natural de organización y de hacer sociedad", apunta el profesor y comunicador. La periodista Natalia Figueroa, por su parte, observa que la manifestación de este año evidenció "mucha más la claridad sobre cuáles son las peticiones y las demandas concretas de la ciudadanía, se veía en las pancartas y en los gritos".

"A un año del despertar, ni dormidos, ni ignorantes. El pueblo sigue adelante". El mensaje se leía en uno de los lienzos desplegados en los edificios aledaños a la plaza. La periodista cuenta que "la mayoría de los lemas y consignas que se exhibieron este domingo reclamaban a favor de los derechos humanos y del 'Apruebo'", en referencia a una de las opciones (aprobar o rechazar una nueva Constitución) que incluirá el plebiscito convocado para el próximo domingo. En la cita la ciudadanía decidirá el futuro de la Carta Fundamental vigente, aprobada el 1980 en plena dictadura de Pinochet.

Montes: "Se ven muchas banderas mapuche y muchas pancartas para reclamar justicia por las víctimas de la revuelta popular"

"Se ven muchas banderas mapuche y muchas pancartas para reclamar justicia por las víctimas de la revuelta popular y exigir la liberación de los presos políticos", apunta Montes. Sofía Purran, madre de uno de los jóvenes universitarios detenidos en el contexto del estallido, ha acudido a la cita: "Estamos aquí para pedir justicia por los presos políticos. Hay muchos chiquillos adentro. Estamos a un año y aún siguen presos. Hemos tenido la prisión preventiva más larga de la historia", critica la mujer.

Según las últimas cifras entregadas por la Fiscalía, 5.000 personas han sido procesadas en el contexto del estallido social. La mayoría, por saqueos, incendios (o porte/tenencia de artefactos incendiarios) y desórdenes públicos, entre otros. Las estadísticas incluyen 75 agentes del Estado acusados por violencia institucional, de los cuales 25 se encuentran en prisión preventiva y uno condenado. Sin embargo, se presentaron más de 8.800 denuncias por violencia perpetrada por cuerpos de seguridad del Estado y, hasta la fecha, hay casi 4.700 causas vigentes.

Piñera guarda silencio

40.000 policías se desplegaron a nivel nacional durante todo el día, según informó Carabineros. Sin embargo, la jornada transcurrió sin presencia policial en la plaza, excepto a en un momento de la mañana, cuando los carros lanza-aguas aparecieron para dispersar un grupo que pintó de color rojo la estatua del general Manuel Baquedano, situada en el medio de la plaza.

Al final de la jornada, en los alrededores, se registraron enfrentamientos aislados entre algunos manifestantes y Carabineros y algunos incidentes. Dos iglesias ubicadas en las inmediaciones de la plaza fueron incendiadas por desconocidos. La Parroquia de La Asunción resultó ser la más perjudicada, luego de que las llamas propiciaran el desplome de su cúpula. Hasta el cierre de esta nota, la policía había detenido cinco personas por la quema de los templos, una de las cuales era funcionario de la Armada. También se registraron enfrentamientos entre grupos de aficionados de los clubes de fútbol Universidad de Chile y Colo Colo.

El presidente Sebastián Piñera, fuertemente cuestionado desde el inicio de la crisis, hace un año, optó por guardar silencio durante toda la jornada. En la noche, el ministro de Interior, Víctor Pérez, condenó los incendios: "Es una expresión de brutalidad", dijo, y destacó que "la gran mayoría de los chilenos hoy vivió una jornada de paz; millones, estuvieron tranquilamente en sus casas". Cerca de las 10 de la noche Carabineros apareció para dispersar a los pocos manifestantes que a esa hora quedaban en la Plaza de la Dignidad.

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