Este artículo se publicó hace 2 años.
La crisis de Credit Suisse recuerda más a Deutsche Bank que a Lehman Brothers
La entidad suiza, salpicada en los últimos tiempos por numerosos escándalos, ha perdido el 60% de su valor en Bolsa en lo que va de año por las dudas de los inversores sobre su situación por sus elevadas deudas y los problemas de su banca de inversión.
Mario Betancort (EFE)
Madrid-Actualizado a
La crisis de Credit Suisse por los problemas de su banca de inversión y las dudas sobre su futuro plan estratégico recuerdan más al episodio vivido por Deutsche Bank, que finalmente consiguió reconducir su situación en 2017, que a la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008.
Al igual que Deutsche Bank, el banco suizo se ha visto salpicado en los últimos tiempos por numerosos escándalos, en este caso desde el colapso del fondo de inversión Archegos, que le llevó a provisionar 4.400 millones de francos, hasta el fiasco de la firma Greensill.
Además, Credit Suisse arrastra multas millonarias por soborno y fraude en un escándalo de corrupción en Mozambique, por espionaje corporativo en 2019 y más recientemente por colaborar en el lavado de dinero de narcotraficantes búlgaros.
Todos estos litigios han hecho entrar en pérdidas al banco que, desde que comenzó el año, ha visto desaparecer casi el 60% de su valor en Bolsa: comenzó 2022 por encima de 9 francos suizos por acción y el pasado jueves 29 de septiembre cerró la sesión en 3,8 francos suizos.
Dudas sobre el futuro del banco
El viernes 30 de septiembre, el nuevo consejero delegado, Ulrich Körner, que se estrenó en el cargo a principios de agosto, pedía a la plantilla que siguiera enfocada en su trabajo y destacaba la sólida posición del banco, con una ratio de capital CET1 del 13,5 % y una liquidez del 190%.
La misiva se recibía justo una semana después de que el banco sufriera un batacazo en bolsa del 12,40%, lo que había avivado las dudas sobre el futuro de Credit Suisse a la espera de la presentación de un nuevo plan estratégico, prevista para el próximo 27 de octubre.
Sin embargo, este mensaje del nuevo consejero delegado, lejos de calmar al mercado, recordó a la situación vivida por Deutsche Bank a comienzos de 2016, que sufrió un duro castigo bursátil tras anunciar pérdidas de 6.800 millones en 2015. En aquel momento, el banco alemán, al igual que ahora hace Credit Suisse, aseguraba que sería capaz de cumplir con sus obligaciones.
El entonces consejero delegado de Deutsche Bank decía que el balance de la entidad era "absolutamente sólido como una roca", si bien en 2017 anunció una ampliación de capital de hasta 8.000 millones para rescatar su filial Postbank, con la que el conglomerado chino HNA se convirtió en el mayor accionista del grupo.
A partir de ahí comenzó una nueva etapa marcada por los recortes de plantilla y una estrategia centrada en buscar la rentabilidad del grupo que poco a poco ha ido dando sus frutos.
Algunos analistas coinciden en que la situación actual de Credit Suisse recuerda más a esa etapa que a la quiebra de Lehman Brothers, pero esperan ansiosos a conocer el plan estratégico de la entidad y no descartan que para llevarlo a cabo el banco se vea abocado a ampliar capital para reconducir su situación.
Refinanciación más cara
La principal razón para pensar en una ampliación de capital es que los seguros de riesgo de impago del banco que se negocian en el mercado, y que se conocen en el argot por las siglas CDS (credit default swap), se han disparado en las últimas sesiones hasta rozar los 250 puntos básicos.
Quizá ese repunte tenga que ver más con una apuesta a la baja de los inversores que por los fundamentales del banco, teniendo en cuenta sus niveles de capital y liquidez, pero ello hace que inevitablemente para Credit Suisse se encarezca el coste de refinanciar su deuda.
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