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Gaza mon amour "¿Todavía hay alguien en el mundo que crea que los palestinos se merecen lo que les están haciendo?"

Fotograma de la película ‘Gaza mon amour’, de los gemelos Tarzán y Arab Nasser.
Hiam Abbas y Salim Dau, protagonistas de la película 'Gaza mon amour'. Karma Films.

230 palestinos han muerto -65 niños, 17 ancianos y 39 mujeres- en los ataques israelíes en la Franja de Gaza desde el pasado 10 de mayo. Ese diminuto punto en el planeta, en el que viven 2 millones de personas, está ocupado desde hace dieciséis años y ha sufrido ya cuatro guerras por parte de Israel. A pesar de todo, sus habitantes siguen aferrados a la vida. Los gemelos Tarzán y Arab Nasser, palestinos nacidos en 1988, cuarenta años después del comienzo de la ocupación y cuando los cines de Gaza llevaban un año ya cerrados, empuñan el cine como arma y se empeñan en retratar el día a día de la ciudad en sus películas. Debutaron con Dégradé (2015), que fue a Cannes, donde sorprendió el humor negro de aquella historia, trece mujeres atrapadas en un salón de belleza en medio de un conflicto. Ahora reaparecen con Gaza mon amour, una historia de amor en la Gaza asediada. Isa, un pescador de 60 años, está enamorado de Siham, interpretada por la poderosa actriz Hiam Abass. Ella trabaja como modista en el mercado local. Cuando Isa se decide a confesarle su amor, encuentra una antigua estatua griega del Dios Apolo en una de sus redes de pesca y se la lleva a casa a escondidas. Ese tesoro va a complicar bastante su vida y sus planes.

Su película se hizo antes de la Cuarta Guerra contra Gaza, ¿cómo creen que cambiará la percepción de la película?

Hoy Gaza está sufriendo la Cuarta Guerra y la percepción ha cambiado en todo el mundo a la hora de mirar la causa palestina. Lo que no ha cambiado es la vida allí dentro y eso es lo que muestra la película. Hicimos la película después de las primeras tres guerras y la película llega a los cines ahora, después de la cuarta. La gente de Gaza sigue aspirando a tener una vida justa. ¿De verdad, todavía alguien en el mundo cree que toda esta gente se merece lo que están haciendo contra ellos? ¿El mundo necesitaba una cuarta guerra para entender que en Gaza viven bajo represión y tratados injustamente?

¿Qué responderían ustedes a esas preguntas?

Que la última guerra ha llamado la atención sobre los palestinos. Es verdad que en las otras guerras también creció la solidaridad con Palestina, pero esta vez es diferente, mayor. Es normal, porque se están atacando los Derechos Humanos. Todo el mundo tiene que saber lo que pasa allí.

Su película muestra la vida diaria en Gaza…

…Allí la gente ha intentado hacer vida normal. Desde siempre la gente se ha aferrado a su existencia, todos quieren mantenerse vivos. Todos los personajes de la película son como las personas que existen en la realidad. No tienen armas ni misiles en sus casas, ni nada por el estilo, son personas que se buscan la vida como pueden.

El cineasta palestino Tarzan Nasser.
El cineasta palestino Tarzan Nasser. Guillaume kazoakiewicz

Pero aunque intenten hacer una vida como cualquier persona, ¿es eso posible?

Desde luego la vida no es igual que la del resto del mundo, pero las personas sí son iguales. En Gaza intentan seguir hacia delante, cualquier ser humano lo hace, pero allí no son las mismas circunstancias. Es una realidad especial y muy compleja y las consecuencias de las guerras se ven en la vida de la gente.

¿Ustedes apuestan por el amor, con o sin guerras, para sobrevivir?

Sí, el amor y la relación del amor con la vida. Aferrarse a la vida es un reflejo del amor. La gente allí quiere sobrevivir a través del amor. En Gaza viven todos encerrados, sin horizontes.

¿De dónde sale la mirada positiva que hay en sus películas siendo la situación de Gaza la que es?

Nosotros hemos vivido allí hasta los 20 años, solo llevamos diez años fuera. En las películas que hacemos, vemos la vida como es en realidad y con las películas no buscamos empatía. Habrá quien crea que los palestinos se merecen los que están recibiendo, cada uno es libre de pensar lo que quiera. Buscamos lo positivo, pero también reflejamos lo otro, hay cosas negativas que vienen del asedio. Este influye de un modo excesivo en la realidad vivida.

Una escena de 'Gaza mon amour', (2021).
Una escena de 'Gaza mon amour', (2021). Karma Films

Son muchos años de asedio.

Quince años de asedio. En ese cerco viven dos millones de personas, es un gueto, son unos cuantos kilómetros cuadrados y ya han hecho cuatro guerras contra esas personas. Nuestra familia, nosotros decimos, que ha aprobado la Cuarta Guerra, como si se hubieran graduado. Es un ataque muy fuerte contra una superficie muy reducida. Con el número de bombas que han lanzado ahora, ha sido como lo de Hiroshima, pero la gente supera la guerra ¿qué van a hacer?

En su cine podrían haber apostado por películas más directas, pero han elegido el humanismo, ¿es su manera de reivindicar la causa palestina?

Sí. Y es una manera de reflejar la realidad palestina. Es la decisión que hemos tomado, hablar del ser humano. Para nosotros, cualquier cuento va a ser humano a pesar de que la gente en Gaza vive en condiciones inhumanas.

¿La fábula contra el victimismo?

Justo. No queremos ese discurso del victimismo. Esta es una historia de amor, pero añadimos muchos detalles porque la realidad de Gaza es triste y la vida está degradada. No le pedimos a nadie que sienta empatía, solo que disfruten de la película. ¿Para qué vamos a complicar una realidad que ya es muy complicada?

La historia de la estatua que cuentan en la película ¿es real?

Sí. En 2014 hubo un ataque y se descubrió una estatua en una casa que Israel había bombardeado.

La estatua de Apolo de la historia.
La estatua de Apolo de la historia. Karma Films

La película muestra cómo el gobierno palestino, en quiebra, hace negocios incluso con el arte. ¿Es así?

Sí, así es. El gobierno quiere sacar shekels (moneda de Israel y Palestina) de cualquier lado, de debajo de las piedras. Todo lo que contamos en la película es real, hicimos una copia de la estatua y lo único que le añadimos fue el miembro viril, que hacía falta para la historia.

La pareja protagonista vive reprimida, pero en el caso de él es personal, en el de ella es una represión social. ¿Cómo vive hoy la mujer en Palestina?

En todo el mundo el hombre siempre consigue más que la mujer, donde pisemos habrá machismo, pero nosotros mostramos la imagen de la mujer tal y como es allí. La mujer de la película representa a las mujeres de allí, independientes, con carácter, con muchas responsabilidades. Diez hombres no podrían con las responsabilidades de esta mujer. En Gaza la mujer es un símbolo de la revolución. En la historia de Palestina hay personajes femeninos muy influyentes e importantes. Pero con la ocupación todo ha ido hacia atrás, vuelve a ser normal ser un retrógrado. Se puede entender, allí no hay horizontes, no se renueva la vida.

Por cierto, que es una pareja de unos sesenta años, ¿eso es una especie de homenaje a esa generación?

Sí, estos personajes son nuestra historia. Pudieron nacer en 1948, testigos de la Nakba y de todo lo que ha venido después y de lo que ha pasado ahora. El cine se fija casi siempre en los jóvenes.

¿Qué pasa con los jóvenes hoy en Gaza?

No se les puede reprochar que se quieran ir. Nuestro hermano menor es del año 2000, la Segunda Intifada. Luego en 2005 hubo la partición de Palestina. Está perdido, buscando una oportunidad para salvarse a sí mismo, ¿qué se puede pedir de él? Es igual que la hija del personaje de la película. Allí vive con tres o cuatro horas de electricidad, en un gueto…

¿Qué futuro le espera a Gaza si los jóvenes se van?

Es un peligro muy grande y esperemos que no lleguemos a esa situación, aunque lo más probable es que vayan a salir todos. Es el resultado de la ocupación y es una cosa buena para Israel, claro.

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