Un 30% de los delegados da la espalda a Griñán

Ganó, pero no arrasó. De hecho, fue el segundo peor resultado obtenido por un secretario general socialista en Andalucía. La palma se la llevó Manuel Chaves 18 años atrás en el congreso de Granada de 1994, con apenas un 65%. Esta vez no se esperaban sorpresas en el resultado de la votación del único candidato a la secretaría general de los socialistas andaluces, pero tampoco que casi un 30% del medio millar largo de delegados negaran su apoyo a José Antonio Griñán, que obtenía así la renovación de su mandato con unas cifras de respaldo muy alejadas de la mayoría búlgara lograda en el congreso socialista de 2010.

Aquel cónclave fue muy diferente a este: Griñán ya era entonces presidente de la Junta de Andalucía por decisión de su antecesor Manuel Chaves, pero esa fortaleza institucional contrastaba demasiado con su desnudez orgánica. El presidente reclamó las llaves del partido y el congreso socialista se las entregó. Griñán, además, iba a ser el candidato a las autonómicas que se celebrarían dos años después y habría sido un suicidio político negarle la secretaría regional que venía exigiendo, en contra por cierto del criterio de Chaves y de la vieja guardia socialista que había patrocinado su ascenso.

Este congreso de 2012 se celebra en condiciones muy distintas a aquellas. Griñán no ganó las elecciones de marzo pasado, pero conservó la Presidencia de la Junta de Andalucía gracias, desde luego, al apoyo de los 12 parlamentarios de Izquierda Unida, pero gracias sobre todo a que acertó de pleno en su estratégica decisión de separar las elecciones andaluzas de las generales adelantadas al 20 de noviembre de 2011. Si Griñán hubiera unido su suerte electoral a la de Rubalcaba, hoy sería un cadáver político. Que no lo es lo demuestra no sólo el hecho de que conserva la llaves del Palacio presidencial de San Telmo, sino también el holgado porcentaje de apoyos obtenidos esta mañana para renovar su mandato.

Griñán: "Hay que ser leales al mandato que nos trajo aquí"

La votación fue, en cualquier caso, un toque de atención a las maneras políticas de Griñán, que un sector significativo del partido considera altivas, poco dialogantes y no lo bastante integradoras. Tal vez por eso, Griñán dijo estas palabras ante el plenario tras conocerse los resultados: "Creo sinceramente que he sido un buen militante, un buen compañero y siempre he buscado al que está a mi lado para hacer cosas juntos por Andalucía". Los dirigentes socialistas más severos con el secretario general siempre le han reprochado el poco tiempo que ha dedicado a la actividad orgánica desde que es militante del partido.

Un dirigente de Sevilla explicaba el significado político de la votación en estos términos: "No se puede gobernar el partido de la manera en que lo hace Pepe. Un 30% es mucho, sobre todo cuando no se tiene ninguna candidatura alternativa que te haga sombra. Es claramente un voto de castigo". ¿Tomará nota el presidente de ese resultado y procurará hacer una Ejecutiva Regional que dé cabida a los críticos? "Lo dudo. Cada uno es como es. En su intervención de anoche [por el viernes por la noche], al replicar a las intervenciones críticas de los compañeros estuvo muy duro, muy poco dispuesto a encajar los reproches. Dudo que quiera dar entrada a gente incómoda en la nueva Ejecutiva".

No todos pensaban así, desde luego. Un destacado dirigente de Almería veía las cosas de forma muy distinta: "¿Un 30% de votos en blanco? ¿Y qué? Se puede gobernar perfectamente un partido con ese 70% de apoyo". Preguntado sobre si creía conveniente hacer un esfuerzo de integración en la composición de la dirección regional que se vota mañana, el responsable almeriense fue bastante explícito: "¿Tú ves a Rajoy, que ha ganado las elecciones, metiendo en el Gobierno a gente del PSOE? ¡Claro que no! Uno mete en su casa a gente que está dispuesta a trabajar, a colaborar, no al que sólo al quiere dar por culo".

Un sector significativo del partido considera que las maneras políticas de Griñán son altivas y poco dialogantes

En un encuentro informal con los medios posterior a la votación, Griñán no ocultó su malestar por el resultado, hasta el punto de asegurar que se sentía respaldado "por el 90% de la militancia", en alusión a los apoyos recibidos en los congresillos provinciales de elección de los delegados al congreso. Por eso en su intervención abierta ante el plenario tras la votación dijo, algo crípticamente: "Hay que ser leales al mandato que nos trajo aquí". El secretario general interpretaba que buena parte de los delegados que no le dieron su voto favorable no estaban siendo fieles al mandato de los militantes que los habían elegido para representarlos en el cónclave de Almería.

Las discrepancias internas ya habían aflorado a primeras horas de la jornada de hoy sábado, cuando trascendió que la dirección del congreso pretendía que no hubiera una sola urna en la que se depositaran todos los votos, sino cinco urnas, en cada una de las cuales votaban los delegados de una provincia y una pequeña parte de otra. La secretaria de Organización del PSOE de Jaén, Josefa Lucas, fue la primera en plantarse y amenazó con impugnar el congreso. Entendía la dirigente jiennense, al igual que otros delegados críticos, que la multiplicación de urnas era una manera de tutelar el proceso controlando qué votaba cada provincia. Hubo marcha atrás y finalmente se votó como siempre: todos en la misma urna.

La gran pregunta que queda por responder en este congreso, aparte de los nombres que integren la nueva dirección, es qué porcentaje de votos obtendrá mañana la Ejecutiva Regional que se va a negociar a lo largo de esta tarde del sábado. Un respaldo inferior al casi 71% logrado por el secretario general haría más amarga la victoria de este. Y no sólo eso: un respaldo por debajo de ese porcentaje auguraría unos congresos provinciales, que se celebran la semana que viene, bastante movidos.