Este artículo se publicó hace 15 años.
Bellvei, el pueblo que ve en su prostíbulo una empresa modélica
Los vecinos respaldan al alcalde que elogió el local por su implicación en la vida de la localidad
La prostituta visible a pie de la carretera nacional que conduce de Tarragona a Bellvei es ajena al debate abierto en esta localidad de 2.000 habitantes. Lo suyo es, simplemente, trabajar. "Mira, mi amor, yo de leer periódicos más bien poco y de la tele, sólo los documentales de La 2", ironiza, indiferente a la polémica desatada por el alcalde de CiU, Josep Fonts, que alabó en un pleno municipal el prostíbulo Club Estel como una de las mejores empresas del polígono industrial.
"Lo único que dije afirma el edil es que me gustaría que todas colaboraran económicamente con el pueblo como hace Estel. La portavoz del PSC, Núria Güell, tergiversó mis palabras". Fonts, harto de tanto revuelo, aprovecha para denunciar la "doble moral de algunos periódicos que por las páginas de detrás están llenos de anuncios que no quiero comentar". El alcalde se pregunta "si ahora no vamos a poder tocar el dinero que viene de una empresa totalmente legalizada y que ayuda a la comisión de fiestas en una época de crisis. Y aceptarlo no es una cuestión de la pela és la pela, es sentido común".
"Todo el país debería tener locales como éste", proclama un vecino
En un extremo de la barra del bar, Francesc, un vecino, genera un debate encendido. "Todo el país debería tener locales como éste: las chicas se evitarían la calle y dispondrían de asistencia médica. Y el sexo es necesario tanto para los solteros y los viudos, qué caray", exclama mientras uno de sus compañeros se pregunta si hay descuentos para la tercera edad.
"El prostíbulo lleva abierto 10 años y nunca ha provocado ningún problema", añade Josep, de treinta y tantos, mientras María, la joven a cargo del bar, remata que "no se obliga a nadie a ir y está fuera del pueblo". "Me gustaría saber si Núria [Güell] habría rechazado el dinero del Estel. ¿Como mujer? Pues también lo encuentro bien", continúa esta camarera. Otro cliente asegura que "es patético que el resto de empresas no colaboren con las fiestas del pueblo".
Una denuncia sin repercusión"No es lo mismo un taller que un prostíbulo", insiste la portavoz del PSC
Sin embargo, para la socialista Güell "estas empresas pagan impuestos y generan puestos de trabajo. Y no es lo mismo un taller que un prostíbulo, donde no hay demasiadas trabajadoras voluntarias". La edil se muestra "satisfecha" de su denuncia, aunque no ha socavado los cimientos de la mayoría absoluta convergente. El alcalde asegura haber tenido que proporcionar el número de teléfono de la portavoz socialista a una periodista que no encontraba en el pueblo nadie contrario a sus palabras.
El equipo de fútbol base de la localidad (niños de entre 3 y 5 años) lleva impreso en el chándal y las sudaderas el anagrama del prostíbulo, lo bastante sutil como para que parezca un anuncio de agua mineral. "No me gustaría que mi nieto jugase con una camiseta que anuncia una casa de putas. ¡A ver cómo le explicas lo que es!", exclama Joan, otro residente. Pere, padre de un jugador y miembro de la junta del equipo de fútbol, relata la historia: "Hace un año estábamos jugando en un día de mucho frío. El propietario del Club Estel tiene a su nieto en el equipo y nos preguntó qué nos parecería si nos proporcionaba equipamiento. No vimos problema, porque el anagrama sólo está en el material de entrenamiento".
La implicación en el pueblo de la familia propietaria del local parece modélica. El hijo del responsable compró nada más llegar la plaza de taxi del pueblo. La licencia de actividad como hotel da cobertura legal porque permite a las prostitutas pagar una cantidad al día a cambio de habitación y pensión completa. Lo que hagan después con los clientes es cosa suya. Hasta aquí la teoría.
De vuelta a Tarragona la meretriz ya no está a pie de carretera. Para ella no hay chándal ni sudadera.
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