El ministro de Interior, Antonio Camacho, ha resaltado que la democracia española ha derrotado a ETA sin hacer ninguna concesión gracias, sobre todo, al trabajo de las Fuerzas de Seguridad.

'Son la Policía y la Guardia Civil los que han llevado a la banda a declarar el cese definitivo de la violencia sin conseguir ni uno solo de sus objetivos. Y lo han hecho con trabajo, con tesón, con dedicación y, sobre todo, con mucho, mucho sufrimiento', ha asegurado Camacho en la sede del ministerio en una comparecencia rodeado por los mandos de las Fuerzas de Seguridad. 'Hoy España es más segura que ayer, porque ya nadie tiene miedo a salir a la calle a defender sus ideas', añadió.

El anuncio del cese de la violencia de ETA se esperaba de forma inminente desde hace semanas y se produjo justo un mes antes de las elecciones generales del 20 de noviembre. No obstante, el titular de Interior, que previamente fue secretario de Estado de Seguridad durante la época del candidato socialista a las elecciones generales Alfredo Pérez Rubalcaba al frente del ministerio, avisó de que ahora quedaba la parte más complicada y que la policía seguiría trabajando como hasta ahora.

Camacho en su comparecencia con los mandos de las Fuerzas de Seguridad - EFE

El planteamiento de las autoridades de Interior es seguir trabajando con la misma intensidad, rigor y dedicación que ha permitido el final de la banda armada. 'Ahora queda la parte más compleja: garantizar con la ley que nadie comprometa nuestro futuro', dijo Camacho.

La banda armada, cuyo último atentado mortal en España se produjo hace más de dos años en Mallorca, se encuentra profundamente debilitada por las repetidas acciones policiales que han descabezado su cúpula, lo que contrasta con el poder político que una coalición afín a la izquierda 'abertzale' consiguió en las elecciones locales de mayo.

En la última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas, el terrorismo y ETA quedaron en un cuarto lugar del ránking de principales problemas de España, con tan solo un 3,7% de los preguntados situándolo en el primer puesto, frente al 80% que contestó el paro.