El comando Erreka de ETA, guardián del mayor polvorín de explosivos incautado nunca a la banda en territorio español, contaba con un molino eléctrico industrial para moler el nitrato amónico, informaron a Público fuentes de la investigación. Después, lo introducían en una caja especial para secarlo.

Con el nitrato amónico y el polvo de aluminio, los terroristas fabricaban amonal y amosal, dos de las sustancias utilizadas tradicionalmente por ETA en sus atentados. Se sospecha que también pudieron fabricar amonitol, un potente explosivo para el que se necesita nitrometano, un combustible líquido utilizado en el aeromodelismo.

Los dos detenidos que continúan en dependencias de la Guardia Civil, Aitor Esnaola y Lander Etxeberria, recibían presuntamente el material desde Francia y, después de elaborarlo, lo distribuían en zulos donde acudían a recogerlo otros comandos, sin que llegaran en ningún momento a mantener contacto. Esta circunstancia hace que no se haya podido vincular a los detenidos a ningún atentado concreto o cualquier otra actividad terrorista.

En total, la Guardia Civil ha encontrado tres zulos (Zegama, Azpiroz y Baraibar) además del gran escondite en el caserío Olalde, propiedad de la familia Esnaola. Igor Esnaola fue puesto en libertad a media tarde de hoy al considerar la Guardia Civil que su papel en la trama era residual y que, como mucho, conocía la actividad de su hermano. Será interrogado por el juez Fernando Grande-Marlaska, al igual que los otros dos arrestados, a lo largo de mañana.

La Guardia Civil se ha incautado de abundante información que ha arrojado luz sobre el funcionamiento del aparato logístico, precisaron las fuentes consultadas. En total, han sido incautados 1.400 kilos de nitrato amónico, 43 de polvo de aluminio, 17 de pentrita, 100 litros de combustible (posiblemente nitrometano para fabricar amonitol), 100 detonadores artesanales, tres temporizadores y un revólver Smith & Wesson.