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Condenados dos ejecutivos de una empresa pública y un constructor por un desfalco de 8,7 millones

“Les presionó hasta que consiguió convencerles”

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La gestión de la plataforma logística Plaza, de Zaragoza, ha dado lugar a varias investigaciones por presunta corrupción.

ZARAGOZA .- Cuatro años de prisión. La Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Zaragoza ha cerrado con una condena el primer juicio por corrupción en la gestión de la plataforma logística Plaza y ha impuesto sendas penas de cárcel de esa duración al exconsejero delegado de la empresa pública, Carlos Escó; al exgerente de la misma, Ricardo García Becerril, y al constructor y expropietario del Real Zaragoza Agapito Iglesias, a los que considera autores de un desfalco de 8.7 millones de euros en el llamado caso Pagarés.

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Escó, exviceconsejero de Obras Públicas y hombre de confianza del expresidente autonómico Marcelino Iglesias, y García Becerril deberán responder también, en este caso ante un jurado popular, del presunto cobro de una mordida de más de 600.000 euros en una operación urbanística que les imputa el vendedor de los terrenos. Iglesias, a quien el tribunal permitió realizar un viaje al Caribe mientras redactaba la sentencia (http://www.publico.es/politica/tribunal-permite-viajar-al-caribe.html ), tiene, por su parte, varias causas abiertas, entre ellas una por el supuesto amaño de un partido entre el Zaragoza y el Levante en 2011.

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“Les presionó hasta que consiguió convencerles”

El exviceconsejero de Obras Públicas de Marcelino Iglesias, Carlos Esco, charla con su abogado durante una de las sesiones del juicio del caso Pagarés.

En la sentencia, el tribunal considera –con el voto particular de un magistrado, que considera que los tres debieron ser absueltos- que Esco y García Becerril emitieron cuatro pagarés por valor de 8.710.140’80 euros a favor de una empresa de Iglesias pese a saber que no debían pagar las cuatro facturas que de forma insistente les reclamaba este por unas obras. Se trataba, en realidad, de una deuda de otra sociedad con el constructor, el cual les presionó “hasta que consiguió convencerles de que le pagaran las cuatro facturas”.

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