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Defensa no sancionará al coronel franquista que retó al independentismo catalán

Francisco Alamán también dijo: 'El señor Morenés no tiene cojones de hacerme callar'. Defensa alega para no actuar que está en situación de retiro

A.M.

El coronel del Ejército de Tierra Francisco Alamán Castro, ferviente defensor de la 'gigantesca obra' de Franco, no será sancionado por retar al ministro Pedro Morenés ('no tiene cojones de hacerme callar') o por amenazar a los independentistas catalanes: '¿La independencia de Cataluña?, por encima de mi cadáver'. 'Que no provoquen demasiado al león, porque ya ha dado pruebas sobradas de su ferocidad a lo largo de los siglos'.

Pese a esos excesos verbales, el Ministerio de Defensa no tomará ninguna medida disciplinaria contra Alamán, debido a que está retirado desde el año 2003, según argumentaron a Público fuentes del departamento que dirige Pedro Morenés, directamente aludido por el coronel. La situación de retiro impide sancionar al militar, que en ese caso no tiene más limitaciones a la libertad de expresión que las de cualquier otro ciudadano.

Fuentes militares indicaron que, si se hubiese tratado de un miembro de las Fuerzas Armadas en activo, sus palabras relativas a la independencia de Cataluña podrían haberse incardinado en el artículo 7.31 del Régimen Disciplinario Castrense, que castiga 'la expresión pública de opiniones que supongan la infracción del deber de neutralidad en relación con las diversas opciones políticas'. Alamán ha vertido sus dicterios públicamente en un medio digital.

En enero de 2006, el entonces teniente general jefe de la Fuerza Terrestre, José Mena, aprovechó la celebración de la Pascua Militar para criticar la propuesta del Estatut de Cataluña y sugerir la aplicación al respecto del artículo 8 de la Constitución, que establece que 'las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional'. El entonces ministro de Defensa, José Bono, le impuso un arresto domiciliario de ocho días por infringir el artículo 7.31 del Régimen Disciplinario, y unos días después le destituyó de su cargo a petición del jefe del Estado Mayor de la Defensa, Félix Sanz Roldán, hoy director de los servicios secretos (CNI).

Respecto a Alamán, y en cuanto a su falta de consideración al ministro Morenés, el artículo 8.32 de la misma Ley sanciona como falta grave emitir expresiones contrarias a los mandos y autoridades militares. Tampoco le podrá ser aplicada por estar ya apartado del Ejército.

Pese a no poder sancionarle, el ministro de Defensa deberá contestar en el Congreso de los Diputados al PSOE y a Esquerra Republicana de Catalunya por las palabras del coronel Alamán. El parlamentario Alfred Bosch ha pedido la comparecencia del ministro y ha registrado varias preguntas al considerar las referencias del militar retirado como una amenaza a los nacionalistas catalanes. 'En un país de tradición democrática, si un militar amenaza a la población civil es un escándalo mayúsculo y se lo destituye inmediatamente. En España, no', dijo Bosch. Por parte de los socialistas,  la diputada del PSC y secretaria tercera de la Mesa de la Cámara Baja, Teresa Cunillera, preguntará a Morenes por sus actuaciones ante las palabras de 'un militar retirado en favor de la intervención de las Fuerzas Armadas en comunidades autónomas'.

Alamán declaró el pasado mes de julio: 'El señor Morenés no tiene cojones de hacerme callar y evitar que siga dando mis opiniones sobre el estado de nuestra patria. Los militares tenemos algo que la mayoría de los políticos de la casta desconocen: patriotismo y honor'.

 En la misma entrevista, no ocultaba su admiración por el dictador Francisco Franco: 'Luego está la hipocresía de querer enterrar la memoria de Franco, pero no su gigantesca obra. Se destrozan las estatuas de antes, pero se conservan los paradores de turismo. Se quita el nombre a las calles de los franquistas, pero no sus frutos en forma de industrias, pagas extraordinarias, seguridad social, pantanos, universidades populares, trenes, aeropuertos, autopistas, puertos pesqueros, altos hornos y, sobre todo, una gran clase media que nunca antes había existido'. 

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