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Demanda millonaria contra 22 compañías americanas

El autor, un mecánico murciano enfermo de cáncer, aspiró amianto 30 años

DANIEL AYLLÓN

Un mecánico murciano, de 66 años y enfermo de cáncer, ha demandado a 22 empresas norteamericanas que fabricaron durante décadas productos aislantes con amianto, un componente cancerígeno. El demandante, que trabajó entre 1970 y 1999 en el astillero de Bazán (Cartagena) construyendo y reparando buques de las armadas española y estadounidense, estaba expuesto a las partículas contaminantes a diario.

El desplazamiento de una caldera o la apertura de tuberías, bombas o paredes provocaba continuas rupturas de placas de amianto. El polvo microscópico salpicaba el ambiente que respiraban los trabajadores. El mecánico enfermó de cáncer de pleura. 'La empresas y los gobiernos sabían que era cancerígeno y no nos avisaron', reclama ahora.

Procesos similares en EEUU han traído multas de hasta dos millones de dólares

El despacho que le representa en EEUU, Seeger & Weiss, interpuso la demanda en Nueva York en agosto de 2009, un año después de que se le diagnosticase la enfermedad. Los abogados del demandante han negociado ya con una de las compañías una indemnización previa de 35.000 dólares.

El bufete que lleva el caso en España, Oria, Peña, Pajares y Asociados, señala que la indemnización podría alcanzar el millón de dólares. Otros procesos similares en EEUU han alcanzado multas récord de hasta dos millones de dólares.

El juicio comienza hoy en una sala del hotel Alfonso XIII de Cartagena. Aunque el proceso se realiza en EEUU, la corte aceptó tomar declaración al demandante en la ciudad murciana para evitar su desplazamiento, que podría empeorar su salud. El hombre, que no quiere hacer público su nombre, ni su rostro, ni cualquier seña que pueda identificarle a él o a su familia, está débil.

El amianto, cuya producción se empezó a prohibir en el extranjero hace décadas, se utilizó en España como aislante también en los sectores de la construcción y en el ferroviario, entre otros, hasta finales de la década pasada. En 2002, se prohibió definitivamente.

Ha negociado con una de las firmas una indemnización de 35.000 dólares

A falta de advertencias, los trabajadores también utilizaban las planchas aislantes de amianto, parecidas a una manta, 'para tumbarse sobre ellas o taparse durante la siesta', explican fuentes de su despacho de abogados.

En el 85% de las ocasiones, la afección derivó en un cáncer de pulmón o de pleura y en una asbestosis. Esta última enfermedad va limitando poco a poco la respiración de la víctima hasta provocar su muerte.

Ninguno de esos dos últimos males tiene un tratamiento eficaz y, 'en el peor de los casos, permite al paciente vivir únicamente siete meses', afirma su abogada, Andrea Peiró. 'Francia e Inglaterra han creado fondos especiales para los afectados por amianto, pero en España seguimos a remolque', critica.

Desde el bufete, dan por supuesto que el fallo será favorable y que sentará un precedente. Hasta 2030, '50.000 personas morirán en España por cánceres relacionados con la exposición al amianto', aseguran los abogados de la acusación. Hasta ahora, las demandas sólo se planteaban contra las empresas que utilizaban estos materiales. El punto de inflexión se ha producido por la 'mayor concienciación y asociación de los trabajadores', explican.

La vista durará entre uno y siete días, en función del estado del demandante. Para tomarle declaración, se han desplazado a Cartagena un oficial del juzgado, un traductor y un cámara de vídeo, que grabará la ponencia para que los miembros del jurado puedan verla dentro de unas semanas en EEUU. Además, hoy también estará presente uno de los abogados de las empresas demandadas. El resto lo seguirá por videoconferencia.

El amianto no es una sustancia desconocida o marginal. Uno de los casos más sonados fue el de la sede de la Comisión Europea en Bruselas –el histórico edificio Berlaymont–, que estuvo clausurada entre 1991 y 2004 precisamente por sus altos niveles de amianto. Las obras de remodelación y limpieza del emblemático edificio costaron 503 millones de euros. La sede fue inaugurada en el año 1967 y su planta se convirtió en uno de los símbolos arquitectónicos de la modernidad. Aunque el amianto se utilizó durante décadas en la construcción de muchas viviendas, no existe un alto riesgo de enfermedad para los inquilinos mientras no estén en contacto directo con este componente. El riesgo de contaminación era más acusado para los trabajadores que lo manipulaban de manera constante. El bufete español Oria, Peña, Pajares y Asociados desconoce casos de particulares que hayan sufrido enfermedades derivadas del producto.La principal vía de entrada del amianto es la respiratoria. Las fibras de amianto, debido a su pequeño tamaño y forma alargada, pueden permanecer en suspensión en el aire el tiempo suficiente para que representen un riesgo respiratorio. Igualmente, pueden adherirse a la ropa y a la piel.

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