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Diez años sin historias de la mili

El servicio militar dejó de ser obligatorio en 2001. Trillo no acude al acto conmemorativo

IÑIGO ADURIZ

Hace diez años se acabaron las novatadas, las despedidas obligadas y el aprendizaje forzado de la guerra para todos los españoles varones mayores de 18 años. El fin del servicio militar obligatorio, el 9 de marzo de 2001, provocó sus reticencias entre quienes seguían considerando la mili como la inevitable transición entre la adolescencia y la edad adulta y como un instrumento de reafirmación de la hombría.

El Ministerio de Defensa celebró ayer esta efeméride en un acto en Madrid. La ministra, Carme Chacón, aseguró que el fin de la mili fue 'un camino difícil', pero añadió que también fue 'un camino de éxito' que ha contribuido a que las Fuerzas Armadas sea la institución mejor valorada por los españoles.

Como señaló Eduardo Serra, el exministro de Defensa que en 1999 impulsó la ley que estableció el fin del servicio, el acto pareció más un acontecimiento a favor de la mili que en pro de la profesionalización de los Ejércitos.

Defensa invitó a varias personalidades que intentaron poner una nota de color en la sobriedad del acto. El directivo del Real Madrid Emilio Butragueño y el secretario general de UGT, Cándido Méndez, se limitaron a transmitir 'buenos recuerdos' de su época en los cuarteles. El primero, porque no hubiera podido ser futbolista sin la ayuda de un sargento que le daba los permisos para ir a los partidos. Y Méndez, porque ejerció de maestro enseñando a leer y a escribir a muchos de sus compañeros.

La polémica la generó la decisión de Chacón de no invitar al exministro de Defensa Federico Trillo (PP), que ocupaba esa cartera en 2001, cuando finalizó la mili. Él fue el responsable político de las identificaciones erróneas en el accidente del Yak-42 en el que murieron 62 militares españoles. Pero el vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, calificó el gesto de Defensa de 'feo, sectario y muy poco democrático', y juzgó que el acto ha sido fruto de 'la guerra en el liderazgo del PSOE', informa María Jesús Güemes.

Fuentes de Defensa se justificaron en que el único exministro al que invitaron fue Serra, porque suscribió la ley que puso fin al servicio. No obstante, indicaron que por la mañana recibieron una llamada de la secretaria de Trillo que preguntó por las razones por las que no había sido invitado y que finalmente le emplazaron a acudir. 'No quiso, como tampoco ha venido a los actos a los que le hemos invitado', explicaron.

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