Este artículo se publicó hace 12 años.
Dívar dimite por el daño a la justicia pero se considera una víctima
Los vocales que le han forzado a irse reconocen su labor una vez constatada su renuncia. De Rosa y Xiol le sustituirán interinamente en el CGPJ y el Supremo
Carlos Dívar renunció hoy a su cargo de presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo al perder la confianza de toda la institución tras el escándalo de sus viajes de fin de semana a Marbella y otras ciudades cargados a las arcas del CGPJ. Al anunciar su dimisión al Pleno, la primera de un presidente del Consejo en la historia, admitió el daño causado a la imagen de la justicia por dicha causa, pero no se consideró culpable sino víctima de una campaña, inusitadamente dura, orquestada en su contra.
La primera consecuencia resultante de su salida del Consejo, que será oficial cuando se publique en el BOE, será una bicefalia, inédita hasta la fecha, en la cúpula del poder judicial, de modo que el hasta ahora vicepresidente del CGPJ Fernando de Rosa -ex conseller de Francisco Camps-pasará a presidir la institución, y el presidente de Sala más antiguo del Supremo, Juan Antonio Xiol, hará lo propio en el alto tribunal. Los dos de forma "interina y en funciones", según recalcó hoy en rueda de prensa el propio De Rosa.
El vicepresidente del Consejo informó de la dimisión de Dívar en una rueda de prensa muy escueta, ante la atenta mirada de los otros 19 vocales, que le observaban y medían sus palabras desde la primera fila de la sala de conferencias. Como explicación oficial de la dimisión, dijo que el hasta ahora presidente estaba convencido que era lo mejor para los jueces y para el conjunto de los ciudadanos, ante el daño a la imagen de la justicia causado por el caso de sus viajes y especialmente por la incidencia que haya podido tener en el trabajo ordinario de los jueces.
Fuentes del CGPJ completaron estas razones señalando que Dívar confesó al Pleno que no se considera culpable del asunto sino víctima de una campaña injusta y dura por hechos en los que no admite haber cometido ninguna irregularidad penal ni moral.
Fernando de Rosa señaló que, tras constatar la dimisión, los vocales mostraron "por unanimidad" un reconocimiento a la labor de Dívar en sus tres años y medio al frente de la institución y por sus 43 años de servicio en la carrera judicial. Una mención a sus méritos que sonó como una fórmula de cortesía al ser expresada por parte de quienes, también por unanimidad, manifestaron el pasado sábado haber perdido la confianza en su presidente.
Los vocales mostraron "por unanimidad" un reconocimiento a la labor de Dívar
El escenario que se abre a partir de ahora no quedó hoy despejado. Una vez que la dimisión se comunique al Ministerio de Justicia y al Rey, y se publique en el BOE, De Rosa y Xiol ocuparán en funciones las presidencias de CGPJ y Supremo, respectivamente. A partir de entonces, con la mayor rapidez posible, pero sin plazo fijo, los vocales intentarán nombrar a un sustituto de Dívar que presida las dos instituciones, como marca la Constitución.
El vicepresidente destacó que la provisionalidad de sus puestos no se traducirá en una "interinidad" en el trabajo del Consejo, que continuará con sus tareas habituales, entre las que mencionó la colaboración en la salida de la crisis económica mediante una justicia rápida, ágil y eficaz. No quiso pronunciarse, por no tener conocimiento oficial de planes al respecto del Ministerio de Justicia, sobre una eventual reducción del número de vocales del Consejo de los 20 actuales a 5. Y reiteró que el plan de austeridad y transparencia que preparan para que no se repitan situaciones como la que ha forzado a Dívar a dimitir, se tratará en el Pleno del próximo día 28.
Dívar llegó al Consejo en coche a las 9:15 horas de la mañana. Tras anunciar al Pleno su dimisión, se fue a su despacho y volvió a irse del edificio en su vehículo oficial antes que De Rosa comenzase su rueda de prensa. No volverá a presidir ninguna comisión ni reunión en el Consejo, aunque quiere despedirse de la Sala de Gobierno del Tribunal Supremo.
El vicepresidente dijo desconocer cuál será "el motivo vital" de Dívar a partir de ahora, y le deseó lo mejor. El dimisionario pasará a la situación de jubilación, al haber cumplido el año pasado la edad legal para los jueces que es de 70 años. Dívar, según fuentes del Consejo y en línea con sus fuertes convicciones religiosas, dijo hoy a sus compañeros, tras dimitir, que no guardaba rencor a nadie por la campaña de la que se considera víctima.
De Rosa no quiso pronunciarse sobre si Dívar debía devolver dinero de los viajes que le sufragó el Consejo, aunque recordó que la Fiscalía y el Supremo han descartado que malversará fondos públicos.
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