Este artículo se publicó hace 13 años.
Doce detenidos en un violento desahucio en Jerez
La carga policial para desalojar a un matrimonio y tres hijos se salda con seis heridos
Una docena de personas fueron detenidas ayer por agentes del Cuerpo Nacional de Policía durante la batalla campal que se produjo en el desalojo de una familia de una vivienda en la barriada rural de Los Llanos de Caulina, en Jerez de la Frontera, según la Subdelegación del Gobierno en Cádiz.
Unos 30 miembros de la plataforma Stop Desahucios trataron de impedir el cumplimiento de la orden judicial, que afectaba a una familia de cinco miembros (matrimonio y tres hijos). Los agentes se emplearon a fondo contra ellos usando las porras e incluso disparando bolas de goma con las escopetas antidisturbios. Al menos seis manifestantes resultaron heridos durante las cargas. Otros tantos policías también levantaron partes de lesiones.
Los afectados afirman ser víctimas de una estafa inmobiliaria
La familia desalojada aseguró que ha sido víctima de "una estafa organizada por especuladores inmobiliarios". El hijo mayor, José Gutiérrez, mantiene que al abogado de oficio que los representó es el "culpable". Según el afectado, la deuda que origina el desahucio es de 24.000 euros, "pero Caja Granada la ha ejecutado contra la finca, tasada en 300.000 y vendida después por sólo 45.000". "¿Hay o no chanchullo?", preguntaba entre llantos. José señalaba ayer a la finca vecina, donde se llevan a cabo movimientos de tierra y acometidas "para una promoción de viviendas que engullirá estos terrenos".
Los intentos de desalojo empezaron a las 10.30 horas, cuando unos 15 policías trataron de romper por la fuerza la cadena humana que impedía el paso por el acceso principal a la vivienda. Primero intentaron sin éxito romper los eslabones que se unían codo con codo. La tensión subió aún más cuando cuatro policías armados con una maza acudieron sigilosos a la puerta trasera para echarla abajo.
Descubiertos por los manifestantes, estos se tiraron al suelo a la desesperada, a los pies de los agentes, formando una piña. La Policía se empleó con mayor dureza y algunos miembros del 15-M fueron expulsados del grupo por los tirones y empellones de las fuerzas del orden. Al final, los agentes decidieron retirarse y la puerta fue cegada con cuerdas.
Algunos detenidos fueron arrastrados y arrojados como paquetes al furgón
Agentes de refuerzoLa carga definitiva llegó tras el mediodía, cuando el operativo se reforzó con la llegada de 25 miembros de la Unidad de Prevención y Reacción de la Policía de Sevilla. Tras pedir por megafonía la retirada de los concentrados, los agentes cargaron equipados con cascos, chalecos, escudos, porras y escopetas. Después de varios disparos de escopeta de bolas, golpes y forcejeos, los policías lograron disolver el grupo sentado frente a la casa. Hubo vecinos que, más alejados de la acción, recibieron algún porrazo tras gritar en contra de la Policía.
Los que más se resistían terminaron arrastrados de los brazos o las piernas hasta los furgones, adonde algunos fueron arrojados como paquetes. Al final, usando balas de goma, desalojaron los terrenos de toda la finca expulsando a los inquilinos, vecinos y curiosos a la carretera, que tuvo que ser cortada por la Guardia Civil para evitar atropellos.
La familia desahuciada, cuyo cabeza de familia está ingresado en un hospital desde el miércoles por un infarto e hiperglucemia, no sabe dónde irá.
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