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EEUU sólo veía Paracuellos como un instrumento "extremadamente conveniente" para hundir a Carrillo

En 1976, ante los rumores del regreso a Madrid del líder del Partido Comunista de España, el embajador estadounidense dedica un cable completo a lo que califica como 'un episodio más de la pesadilla de la Guerra Civil

LUCÍA VILLA

Si un hecho persiguió a Santiago Carrillo hasta el mismo día de su muerte, hace sólo algunos meses, fue el de las ejecuciones de Paracuellos del Jarama durante la Guerra Civil. Los testimonios y documentos sobre la matanza, en 1936, de alrededor de 2.000 presos a manos del bando republicano en las afueras de Madrid han sido investigados por diferentes historiadores sin que se haya llegado nunca a un criterio unánime sobre la responsabilidad de esos hechos atroces.

Lo que sí es cierto, en cualquier caso, es que desde los sectores de la derecha, Paracuellos ha servido como arma arrojadiza contra el dirigente comunista, por aquel entonces consejero de Orden Público en la Junta de Defensa de Madrid, a quien han acusado de ser el responsable directo y de dar la orden de cometer esas ejecuciones extrajudiciales.

Durante los últimos meses de 1976, y ante los constantes rumores de un posible regreso de Carrillo a Madrid y la inminente legalización del Partido Comunista, la memoria de la tragedia de Paracuellos fue rápidamente reactivada desde la ultraderecha para colocarla estratégicamente en el centro del debate público. El ruido mediático fue tal que la embajada de Estados Unidos en España redactó un cable dirigido al Departamento de Estado, fechado el 22 de septiembre, para informar exclusivamente sobre El dirigente del PCE Carrillo y las ejecuciones de Paracuellos, como indica el asunto del documento.

En sus conclusiones, el diplomático Wells Stabler comenta: 'Si Carrillo estuviera presente ahora en la escena política, las ejecuciones de Paracuellos serían, probablemente, un episodio más de la pesadilla que supuso la Guerra Civil y que la mayoría de españoles preferiría olvidar. Sin embargo, Paracuellos, porque está documentado y supone un vehículo extremadamente conveniente para torpedear al PCE, es probable que siga siendo un albatros político alrededor del cuello de Carrillo, incluso dentro de su propio partido'.

'El mismo PCE, quizá más que cualquier otra agrupación política', continúa el informe diplomático, 'desearía que la Guerra Civil fuera considerada como historia antigua. Este refrito diario en los medios sobre Paracuellos va a hacer muy incómodo el liderazgo del PCE y, al final, más que cualquier otra cosa, traerá tarde o temprano el reemplazo de Carrillo'.

'El refrito en los medios sobre Paracuellos traerá, tarde o temprano, el reemplazo de Carrillo'

Pese a que EEUU sabía que la verdadera amenaza a la estabilidad democrática provenía de los sectores de la ultraderecha y ciertos sectores del Ejército, puso especial empeño en quitarse de en medio la figura de Santiago Carrillo ante la posibilidad de que su vuelta revitalizara al Partido Comunista. Cualquier información, rumor o especulación sobre él era tenida en cuenta y seguida de cerca por la embajada, como reflejan los cables de Kissinger compilados por Wikileaks y a los que Público ha tenido acceso.

Pocos días antes de que tuviera lugar su arresto en Madrid, el 22 de diciembre de 1976, Stabler definió a Carillo como 'no sólo un ejemplo de comunismo, sino de las barbaridades comunistas reflejadas en las ejecuciones de Paracuellos'. 'Si el Gobierno lo expulsa, asumimos que, simplemente, volverá', sentenció en un documento enviado al jefe de la diplomacia estadounidense y a otras delegaciones en Europa y la OTAN.

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