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"Si fuera hostelera, lloraría sangre"

Voluntarios recogen firmas a favor del dueño del asador de Marbella, quien cree que la Junta prevarica al ordenar su cierre provisional por incumplir la Ley Antitabaco

HENRIQUE MARIÑO

Confluencia de la calle Preciados con la Puerta del Sol. Punto de encuentro para madrileños y turistas, escenario favorito de reporteros televisivos y, por un día, lugar elegido por el dueño del Asador de Guadalmina de Marbella para recoger firmas contra la Ley Antitabaco, que se ha negado a acatar. Sin embargo, a primera hora de la tarde, las únicas peticiones en la comercial arteria capitalina eran para afiliarse a una ONG: ni rastro de José Eugenio Arias-Camisón, dueño del restaurante, a quien la Consejería de Salud de la Junta ha ordenado hoy que proceda a su cierre provisional

Algunos transeúntes, sin embargo, pasean con la polémica norma en la lengua y con el pitillo en los labios. ¿Conversación casual o humeante indicio de la presencia del empresario protabaco? Las pistas conducen a Casa Labra, donde Pablo Iglesias tuvo a bien fundar el PSOE, cuya terraza está más bulliciosa que nunca. Entre banderillas de atún en escabeche y tajadas de bacalao rebozado, dos chicas recaban apoyos entre la parroquia. 'Me esperaba más de este grupo', tercia una, aferrada a una carpetilla con varias hojas de firmas.

Buscan a José Eugenio para entregarle los folios y, mientras no lo encuentran, aprovechan para seguir cubriendo la papeleta. Acaban de llegar de Plaza de Castilla, donde comenzaron su misión, a razón de una plantilla cada cinco minutos, total 30 rúbricas. La campaña del dueño del Guadalmina, que ha creado la asociación Reforma (de la Ley Antitabaco) o Ruina (de la Hostelería), persigue entregar 500.000 al Defensor del Pueblo y al Congreso para tratar de derogar la polémica norma.

'Creo que la ley es injusta porque no concede el derecho a elegir, por eso, tras entrar en contacto en Facebook con otros detractores, me puse a recabar apoyos', explica Elisa, que lio a su amiga para la causa, convencida de que si otras personas como ella colaboran podrán alcanzar tal cifra. 'E incluyo a los no fumadores que están en contra de las prohibiciones', añade esta madrileña de 22 años, estudiante de Turismo en la Universidad de Valladolid.

'Los propietarios deberían tener libertad para elegir si se fuma o no en sus establecimientos. ¿Cómo les pueden decir lo que tienen que hacer en su local? ¿Y los que gastaron miles de euros en reformarlo? Si fuese hostelera, lloraría sangre y me tiraría de los pelos', se queja Elisa, que no ceja en su empeño de completar la página. 'Y tú... ¿por qué no firmas?', lanza sin tapujos la pregunta, cazada al vuelo por su compañera. 'Pero no ves que está a favor de la ley'.

Mientras, al otro lado del teléfono, la secretaria del dueño del asador aclara por qué su jefe no se encuentra en el punto acordado para recoger las firmas. Ésta vez no ha sido la policía —que, según Arias-Camisón, le impidió ayer hacer lo propio en las inmediaciones del estadio Santiago Bernabeu—, sino la 'resolución provisional de cierre del local' por incumplir 'reiteradamente' la Ley Antitabaco anunciada esta mañana por la consejera andaluza de Salud, María Jesús Montero, que también ha amenazado con una sanción de 145.000 euros en caso de incumplimiento.

- ¿Pero no se ha enterado de las últimas noticias?

- Sí, de hecho les llamé precisamente hace una hora y les informé del cierre.

- Pues eso, que ha dejado las firmas en Madrid y está regresando ahora mismo a Marbella.

Elisa y su amiga se quedan en Preciados, donde prosiguen la infructuosa búsqueda del propietario del Guadalmina, que ha declarado a Efe que la Junta incurre en 'prevaricación, con lo cual tendrán su castigo'. En la misma línea, su despacho de abogados considera que la resolución 'no tiene sustento jurídico' al estar basada en la Ley General de Sanidad en lugar de la Ley Antitabaco, que 'no permite el cierre del local', por lo que presentarán una demanda.

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