Este artículo se publicó hace 14 años.
"La Guerra Civil en Asturias la hicieron los obreros"
La asociación Todos los nombres recopila los nombres de 20.500 víctimas de la represión franquista en Asturias
"No se trataba de un ejército regular sino de grupos de obreros que salieron a morir sólo para luchar por la legalidad vigente. Murieron en combate pero no llegaron a ser soldados". Luis Miguel Cuervo hace el recuento de las víctimas de la represión franquista en su tierra y le salen unas 35.000 personas. De ellas, 20.500 ya están recogidas en Todos los nombres de Asturias, un proyecto surgido hace tres años que pretende recuperar las identidades de los represaliados por el Franquismo, pero también de los caídos en la lucha que cita al principio.
Un mero repaso de los nombres desvela precisamente que muchos fallecieron en combate, pero Cuervo insiste en que son tan víctimas como los paseados, los ajusticiados o los que dieron su último haliento entre rejas. "La Guerra Civil en Asturias la hicieron los obreros", asegura el presidente de la asociación homónima responsable de la recogida de los datos, que en su día se personó como acusación particular en la causa del juez Baltasar Garzón contra el franquismo por crímenes contra la humanidad.
La iniciativa —que se ha extendido a otras comunidades como Andalucía o Galicia, con su trabajo Voces e Nomes— recopila sus nombres y apellidos, edad, estado civil, profesión, nombre de los padres, lugar de nacimiento y residencia, fecha de la defunción y causa de la muerte. "La web nació con 5.000 nombres y ahora llevamos más de 20.000", explica Cuervo, aunque todavía faltan por añadir los de muchas víctimas, así como completar las fichas existentes. "En total, al margen de las cifras recogidas, calculamos que en total hubo más de 17.000 muertos en combate, 4.000 ajusticiados despues de ser sometidos a la farsa de los juicios franquistas (consejos de guerra, agarrotados o fusilados) y 12.000 paseados. Además, otras 2.000 personas perecieron por sus malas condiciones de vida en campos de trabajo, cárceles y batallones de trabajadores".
- Empezaron con 5.000 nombres y enviaron unos 17.500 a Garzón. ¿Cuántos esperan recopilar?
- Ahora tenemos 20.500, aunque nacimos con 5.000. Nos falta muchísimo, porque calculamos que hubo 35.000 víctimas. Hablamos de gente muerta en Asturias (nacida aquí o fuera) y de asturianos muertos en otras regiones españolas y en el extranjero.
- Al contrario que el estudio realizado en Galicia, que sólo recoge a los represaliados, ustedes incluyen a los muertos en combate.
- En Galicia no hubo Guerra Civil. En Asturias, sí, y duró 15 meses. Los órganos de poder y el Ejército quedaron en manos de los sublevados. Entonces hubo muchos obreros que salieron a defender a la República y murieron. Les hicieron frente, pero no eran militares sino milicias populares que defendían la legalidad vigente. No sería justo dejar fuera a la gente normal, que estaba en su casa tan tranquila y decidió proteger el régimen establecido.
- ¿Cómo se vivió el alzamiento nacional?
- Asturias tuvo que soportar una invasión desde Galicia y desde León. Fue parada por grupos de obreros, que sitiaron Oviedo, donde estaba concentrado el Ejército, y los cuarteles militares de Gijón. Los obreros hicieron un cerco en la capital durante 15 meses y conquistaron los cuarteles de Gijón, hasta que Franco se hizo con el poder. Pero nuestro estudio no se queda en esa época: llega a la Segunda Guerra Mundial y abarca a los que fallecieron en los campos de concentración nazis.
- Entre las víctimas en combate, además de los obreros, ¿no hubo militares?
- Los fieles a la República serían un puñado, unas pocas docenas. Más que nada, unos 150 guardias de asalto de Gijón y unos 250 carabineros que estaban por la zona de la costa, que fue fiel a la Republica. Y algunos comprometidos con ella, claro.
- ¿Tienen cifras de los desaparecidos?
- Hay dos tipos. Por una parte, los paseados, asesinados y enterrados en fosas comunes. Son unos 7.000 y, sólo en Gijón, hay 2.000 personas en una única fosa común; en la del cementerio de Oviedo, 1.400; en la de Turón (Mieres), 500; en Grado, 500, y luego hay cientos de ellas en Asturias. Por otra, habría que añadir que, cuando se desmorona el frente de Asturias, pasan por las armas a cientos de milicianos en las trincheras, que son tapados con tierra allí mismo. Las trincheras se van utilizando a lo largo de la represión franquista como fosas comunes. Se aprovechan para no tener que cavar.
- ¿Cómo surgió el proyecto, el primero en España, según ustedes?
- Empecé buscando datos familiares hace bastantes años. Cada vez que encontraba con algún fallecido, cogí la costumbre de apuntarlo. Cuando me di cuenta, tenía cientos de informaciones de personas fallecidas. La denominación Todos los nombres se va extendiendo y, ahora mismo, hay iniciativas similares en Andalucía, Valladolid, Galicia, Catalunya... Tenemos socios en toda España, alrededor de un centenar, así como una delegación en Francia, compuesta en su mayoría por descendientes de asturianos.
- ¿Cuándo darán por terminado su trabajo?
- Falta la última fase, cuando las familias completan la base de datos. Por ejemplo, una persona entra en la web, ve que en la ficha de su abuelo no consta el sitio donde nació y nos manda todo lo que falta. Nos está escribiendo bastante gente y, cuando lo completemos dentro de unos meses, publicaremos el listado en papel. Editaremos un libro a precio de coste para que pueda ser consultado por la gente mayor que no accede a Internet.
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