Este artículo se publicó hace 13 años.
"Con la mitad de alumnos por clase se dispara el éxito"
El director del IES Julio Pérez, de Rivas Vaciamadrid, explica por qué la escuela pública debe ser prioritaria. La solución a los problemas de los institutos públicos se aleja cada vez más del discurso pol&iacu
La diferencia entre el discurso de un director de un instituto de Secundaria de a pie con respecto al de los representantes políticos dedicados a la educación es inquietante. Los conceptos son los mismos: calidad, convivencia, rendimiento, diversidad, autoridad, formación... Pero las soluciones que llegan desde la Administración parecen venidas de un planeta muy lejano. "Puedes poner dos horas más a los profesores, pero a lo mejor estaban dedicando cinco más a un plan de convivencia que van a dejar de hacer. Tal y como esta hoy la educación, gran parte del éxito depende de la voluntariedad del profesor", analiza Juan Carlos Hervás, director del IES Profesor Julio Pérez, de Rivas Vaciamadrid (Madrid), centro distinguido por el Ministerio de Educación con el Premio Marta Mata, por su buena trayectoria en la consecución de objetivos educativos.
Hervás, de 45 años, representa de manera espléndida las virtudes de la escuela pública: compromiso social, profesionalidad, experiencia, preparación... Pero, indirectamente, también da cuenta de la fragilidad de un sistema que, sin la motivación de los docentes, puede desmoronarse en un suspiro. "Siempre hay un grupo de profesores solidarios desde el principio. Con esos es fácil trabajar. Pero también hay gente que no es así. Y a esos hay que ofrecerles algo para implicarles. Lo importante es que el profesor vea la utilidad en los proyectos que el centro le ofrece", explica desde la experiencia en su lugar de trabajo.
"La autoridad es básica, pero no se logra por decreto", argumenta Hervás
El IES Profesor Julio Pérez llevan diez años innovando con programas de apoyo a la diversidad y a la convivencia. Uno de sus programas consiste en llevar a un alumno de Bachillerato voluntario a apoyar en clase a los de 1º de ESO (niños de 12 años). "El resultado es magnífico y los profesores ven enseguida la utilidad", explica Hervás. Y añade una anécdota muy ejemplificadora: "Estos proyectos parten del departamento de orientación. Cuando la Logse implantó los orientadores, entre los profesores se les apodó los paquistaníes porque se decía de ellos: ¿Y estos paquiestán? Ahora son el departamento más grande para un centro. Es muy útil".
"No es ideología, es que es útil", reivindica Hervás. La Logse implantada por el PSOE de Felipe González es tildada de cáncer educativo por parte del PP, que asegura que es una ley que ha dilapidado los valores de esfuerzo y disciplina. Como alternativa planean la revalorización de la autoridad del profesor. "La autoridad es importante, pero eso lo conquista cada profesor con sus recursos. Y eso no se cambia por decreto. Tenemos un curso de prácticas docentes y es básico que el profesor conquiste al grupo. Hay gente que por sus problemas personales o porque no se le ha enseñado no sabe hacerlo. Pero por decreto no se soluciona de un día para otro", explica."
"En el fondo, por muchas leyes que haya, la educación son cuatro cosas que el profesor debe tener claras", resume. Para Hervás, la formación de los jóvenes profesores es la clave. "Estamos de acuerdo en que el antiguo CAP (Certificado de Aptitud Pedagógica) era un paripé total. El máster de Secundaria me parece una buena idea. Pero hay que mimarlo. ¿Quién da esos cursos? Los catedráticos que tienen que completar horas lectivas. Echo en falta a gente de Secundaria colaborando en la formación", apunta.
"El presupuesto en educación lo es todo", explica este director de instituto
Pese a los aparentes problemas de vocación de las nuevas generaciones de docente, Hervás encuentra motivos para el optimismo en los jóvenes. "La juventud no es un valor en sí mismo, pero al menos ahora los nuevos profesores vienen con algo aprendido. Es decir, saben que trabajar en equipo o el trabajo de convivencia escolar es básico. Es que yo tenía compañeros que les decías que había que hacer reunión de tutores y se partían de risa. O si les planteabas que había que hacer actividades extraescolares... Ellos se dedicaban a su clase magistral. Ahora no pasa", explica.
Implicación familiarHaciendo balance, este profesor de Matemáticas, que "desde los 13 años" ya quería ser docente, cree que la implicación de las familias es la asignatura pendiente. "Para los padres de alumnos inmigrantes es difícil estar encima y ahora los padres trabajan los dos. Pero la implicación en casa es básica. Mis padres eran de origen muy humilde, pero las cuatro premisas educativas básicas las tenían. Es decir, no sales de casa sin hacer los deberes y si te han echado la bronca en el colegio es que algo habrás hecho. Eso es así", zanja.
Vocación, formación de profesores... pero ¿qué hay del dinero? "El presupuesto en educación lo es todo. Si un grupo de 30 alumnos lo transformas en 15, es decir, la mitad, el éxito académico se dispara. Con las dos horas más que tenemos en Madrid, hay prácticamente un grupo más al que atender. Estoy seguro de que al que pensó los recortes le salían las cuentas, pero no sabe lo que supone tener un grupo más de clase".
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