¿Un gato callejero puede adaptarse a vivir en una casa?

Seguro que te has cruzado varias veces con el mismo gato callejero y te has preguntado si no estaría mejor viviendo en una casa, tal vez en la tuya. Lo cuidarías, lo protegerías y estaría más seguro que ahí fuera donde todo está lleno de peligros. Pero tal vez ese gato callejero tenga otra “opinión”, porque los gatos que viven en la calle están acostumbrados a ese entorno “peligroso” y no están solos, ya que suelen formar parte de una colonia de gatos ferales. 

A continuación, te explicamos por qué un gato callejero no lo tiene fácil para adaptarse a vivir en una casa y qué pasos debes seguir si finalmente decides llevarte a tu casa un gato que vive en la calle.  

¿Cómo es la vida y el carácter de un gato callejero? 

Gato callejero
Gato callejero/Foto: Unsplash

La mayoría de los seres humanos sentimos devoción por los animales, nos emocionan y nos enternecen, nos quedamos embobados mirándolos, desde un pájaro a un pez. Pero, en no pocas ocasiones, confundimos devoción y amor, con respeto y responsabilidad. Lo primero que debemos conocer es la naturaleza de cada animal, que a menudo no es como la imaginamos.

La ¿domesticación? del gato silvestre 

Así sucede con el gato, un animal que sabe arreglárselas muy bien sin nosotros, a veces “demasiado” bien por lo que puede ser un peligro para otras especies como se ha advertido en numerosas ocasiones. Y es que el gato es un miembro más de la familia Felidae, los félidos entre los que se encuentran leones, tigres, y hasta “panteras negras”. Y todos ellos son extraordinarios cazadores y supervivientes.  

El origen de la domesticación del gato silvestre está en Oriente Medio, pero es relativamente reciente —hace unos 10.000 años— y los expertos aún debaten sobre cómo se llevó a cabo, concluyendo en algunos casos que los gatos no fueron estrictamente “domesticados”, sino que evolucionaron para convivir en entorno humanos beneficiándose de los cambios que en estos se generaron —más roedores para comer—, pero manteniendo su independencia y autonomía, al contrario que los animales de granja o el propio perro.

Las colonias de gatos ferales 

Y las cosas no han cambiado demasiado en los últimos 10.000 años si nos fijamos en las colonias de gatos ferales, aquellos que viven en libertad, pero en comunidad y que se las ingenian para sobrevivir en la calle con lo que encuentran, generalmente cerca de entornos humanizados, beneficiándose de estos a nivel alimenticio.  

Por supuesto, las condiciones de vida en la calle perjudican la esperanza de vida de estos gatos ya que están mucho más a merced de enfermedades y accidentes, por lo que su esperanza de vida no suele superar los diez años, frente a los 15 o incluso 20 de un gato doméstico.  

Como sabemos, mantener el equilibrio en las colonias ferales es fundamental, ya que su descontrol puede tener consecuencias muy negativas. Por un lado, aumentando de forma exponencial la presencia de gatos y, por otro, aumentando los roedores si se eliminan por completo dichas colonias. 

¿Qué debes hacer si te encuentras un gato callejero? 

Gato
Gato

Si es en un entorno que conoces, lo indicado es observar al gato y sacarle una foto en todo caso por si pudiera tratarse de un gato doméstico que se ha perdido, pero esto no es lo habitual. En la mayor parte de los casos son gatos callejeros que están acostumbrados a ese estilo de vida junto a otros miembros de su colonia. Si consideras que el gato está en peligro, se mueve con dificultad o presenta síntomas de enfermedad, ponte en contacto con los responsables públicos para que intervengan.  

¿Y si te lo llevas a casa? 

Como última opción, en caso de que presente síntomas de enfermedad o peligro, puedes llevarlo a casa, pero siguiendo un protocolo muy estricto, ya que tu primera obligación será llevarlo al veterinario para que le haga un examen completo determinando su estado de salud, por si se confirmara que, efectivamente, es un gato callejero que no ha sido esterilizado y nunca ha pasado por el veterinario.

Una vez que el gato esté fuera de peligro y haya recibido el tratamiento requerido, puedes entregarlo a las autoridades para que lo devuelvan a la colonia en la que cual habitaba o tomen las decisiones oportunas sobre su futuro. Si finalmente te lo llevas a casa, debes tener en cuenta diversos aspectos. 

Su carácter puede ser agresivo y/o desconfiado 

Si es un gato adulto que no está acostumbrado a convivir con humanos, lo más habitual es que te tema y trate de alejarse de ti. Es cierto que la mayoría de las colonias frecuentan entornos humanos, pero no conviven con ellos en el mismo hogar. Si bien no nos consideran un depredador, su naturaleza les sugiere que están más seguros siendo independientes, aunque le proporcionemos comida y/o agua. Así que los primeros días en tu casa pueden ser un tanto incómodos para ambos. 

Puede darse el caso de que el gato sea incapaz de acostumbrarse a tu casa por esa costumbre de vivir en la calle, no solo por no estar en contacto directo con humanos, sino porque el hábitat que conoce no es un salón, un baño y una cocina, sino la calle y el descampado. Y no hay que olvidar que los gatos ferales comparten actividades con otros gatos. Y en tu casa tal vez no haya más gatos. 

No lo fuerces a adaptarse 

gatos y feromonas
Gato/Foto: Unsplash

Si persistes en tu idea de que se mantenga en tu casa y el gato va mostrando adaptación, sigue por ese camino, pero no lo fuerces a comportarse como un gato doméstico, porque no lo es. Los gatos que desde que nacen o son muy pequeños crecen en una casa con varias personas se pueden llegar a mostrar extraordinariamente cariñosos con ellas, incluso compartiendo cama y sofá durante horas. 

Pero eso se debe a que en su periodo sensible (primeras semanas de vida) ha estado rodeado de humanos que le han cuidado: su naturaleza ha asumido que ese su “hogar” y sus compañeros de vida, y nunca se olvidará de su “familia”, incluso aunque estés de viaje durante mucho tiempo, cuando regreses, sabrá que tú eres su mejor apoyo.  

Pero en el caso de los gatos callejeros, su etapa sensible, cuando ha formado su carácter, lo ha pasado en la calle con otros gatos. Por lo tanto, cualquier adaptación a un ambiente humano, aunque puede ser parcialmente exitoso y termina por amoldarse, no será idéntico al de un gato doméstico “tradicional”. No obstante, siempre hay que contar con el carácter personal de cada individuo, siendo algunos más permisivos a las caricias y con una adaptación más rápida.  



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