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Asesinados los detectives de la masacre de 72 migrantes

Aparecen los cadáveres de los dos investigadores de la matanza de México

 

MARIA JOSEP SÍSCAR

El horror de la masacre de 72 migrantes por narcotraficantes en el estado mexicano de Tamaulipas, a 160 kilómetros de la frontera con EEUU, no tiene fin. No sólo mostró descarnadamente el drama de los centroamericanos que cruzan México, sino que ahora ha revelado que los cárteles de la droga son implacables hasta con los policías. Las autoridades mexicanas hallaron el martes, a 50 kilómetros del lugar de la matanza, los cadáveres del detective Roberto Suárez Vázquez y del jefe de la policía local Juan Carlos Suárez Sánchez. Estaban encargados de investigar las 72 muertes.

Los cuerpos encontrados llevaban sus identificaciones encima, pero la fiscalía ha asegurado que se les someterá a un análisis de ADN para certificar su identidad.

El cártel Los Zetas ficha' a inmigrantes con la promesa de llevarlos a EEUU

Los cadáveres de los 72 inmigrantes indocumentados fueron descubiertos por el ejército el pasado 23 de agosto después de un enfrentamiento con presuntos miembros del cártel de Los Zetas, de los cuales mataron a tres y detuvieron a un cuarto, Eduardo Pérez.

En su declaración ante la fiscalía, Pérez confesó que Los Zetas solían reclutar a sicarios e informadores en Guatemala, Honduras y El Salvador con la promesa de que después de un tiempo les ayudarían a cruzar la frontera hasta EEUU. Les pagaban 5.000 pesos al mes (unos 300 euros) por vigilar, extorsionar o hasta matar.

Sin embargo, Pérez explicó que en el caso particular de la masacre no fue así, sino que interceptaron dos camiones en los que viajabanlos inmigrantes, 72 de los cuales fueron ejecutados y al menos tres sobrevivieron, después de que se negaran a colaborar con la banda.

Por unos 300 euros mensuales, vigilan, extorsionan e incluso asesinan

Además de Pérez, hay seis responsables más 'plenamente identificados', aseguró el lunes el portavoz del Ministerio mexicano de Seguridad, Alejandro Poiré. Pero estos seis están muertos. Además de los tres que fallecieron en el enfrentamiento con el ejército, Poiré explicó que el Gobierno encontró otros tres cadáveres la semana pasada gracias a una llamada anónima.

Un superviviente de la masacre que colabora con la investigación, de origen hondureño, los identificó como algunos de los asesinos. De los otros dos inmigrantes que se salvaron, el ecuatoriano Luis Freddy Lala regresó a su país y un salvadoreño, que no ha querido darse a conocer, se encuentra ya en EEUU.

 

 

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