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Berlusconi hace oídos sordos a la petición de primarias

El primer ministro cambiará hoy su Gobierno tratando de aislarse de posibles rebeliones en su partido

DANIEL DEL PINO

Ni dimisión, ni drama. Sólo bromas: 'Estoy demasiado ocupado, así que he tenido que aplazar la fecha de mi funeral', dijo ayer desde Bucarest el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, tras la grave derrota del centroderecha en las elecciones municipales del pasado lunes. Era una de las tres opciones que tenía Il Cavaliere ante la debacle: hacer como si no hubiera pasado nada. Hoy anunciará cambios en su Gobierno y atará en corto a los rebeldes.

Las otras dos eran presentar su renuncia y convocar elecciones o dar paso a un Gobierno técnico hasta el final de la legislatura. Pero mirar a otro lado no va a calmar los ánimos en su partido, que, tras ver cómo la izquierda se hacía con la alcaldía de Milán 17 años después, temen que el final del berlusconismo que anunciaron las urnas se los lleve por delante. Ayer empezaron a reclamar reformas en la estructura del Pueblo de la Libertad (PdL), un nuevo coordinador único y la celebración de elecciones primarias.

El primero en hacerse eco de la necesidad de un cambio en el PdL fue el ministro de Exteriores, Franco Frattini, que el lunes advirtió: 'Debemos reorganizarnos y recurrira las primarias para evitar la balcanización del PdL'. En la misma línea se expresó ayer la titular de Medio Ambiente, Stefania Prestigiacomo: 'No podemos seguir adelante con candidatos impuestos que no representan a la gente. Tenemos que empezar una renovación completa y las primarias son un instrumento interesante para la selección de dirigentes', señaló.

Hasta Maurizio Cicchitto, jefe del PdL en el Parlamento y berlusconiano de pro, pidió 'una amplia renovación interna sin ningún tipo de barrera'. Por último, el alcalde de Roma, Gianni Alemanno, solicitó 'un cambio de nombre del partido'.

Pueden no parecer muchos, pero el hecho de que se pronuncien ya es algo. Uno de los males crónicos del PdL es que siempre que alguien ha osado llevarle la contraria a Il Cavaliere ha terminado fuera. El mejor ejemplo es el presidente del Parlamento, Gianfranco Fini, que comenzó la legislatura con Berlusconi y fue expulsado por oponerse a las leyes ad persónam para proteger al primer ministro de los fiscales y sus constantes ataques contra la magistratura.

Cada vez que alguien ha llevado la contraria a Berlusconi en el PdL ha terminado fuera No es menos llamativo que hasta los periódicos afines a Berlusconi soliciten con urgencia una votación que confirme si el primer ministro sigue teniendo la confianza del partido. Giuliano Ferrara, director de Il Foglio, dijo que 'no hay un minuto que perder porque Berlusconi ha llegado a su última playa'. El resultado electoral 'es un duro golpe' para él y ahora 'debe volver a legitimarse'.

Ferrara, al que Berlusconi puso un programa diario de cinco minutos en la Rai a razón de 3.000 euros por emisión, lanzó ayer en su periódico una idea: 'Celebrar entre el 1 y 2 de octubre elecciones primarias para elegir el líder del partido y todos los coordinadores regionales'.

Por la cabeza de Berlusconi, de momento, no pasa ninguna de estas propuestas. Si acaso, tratará de purgar el partido eliminando las voces discordantes. 'Habrá novedades, tengo las ideas muy claras, pero creo que necesitamos estar muy unidos', dijo ayer. Tenía previsto reunirse con la cúpula del PdL en Roma y comentar los resultados electorales, pero aplazó la cita hasta hoy y prefirió reunirse a la vuelta de Rumanía con sus hijos y el líder de la Liga Norte, Umberto Bossi.

Los dos piensan tirar para adelante poniendo en práctica una serie de reformas económicas y fiscales que puedan servir de zanahoria a los italianos más indignados, sobre todo a los de la Liga. Pero el primer obstáculo es el ministro de Economía, Giulio Tremonti,que no está dispuesto a dese-quilibrar el presupuesto por las prisas de nadie.

Ayer, Bossi y los ministros Roberto Maroni y Roberto Calderoli se vieron con él para sondear el terreno. La respuesta no debió ser positiva porque, después, Berlusconi dijo: 'Al final abriremos el saco de Tremonti. Él no decide, sólo propone'.

Tremonti es una de las personas que suenan como alter-nativa a Berlusconi en el caso de que se recurriera a un gobierno de transición, idea que fue retomada ayer por el líder del Partido Democrático, Pierluigi Bersani. Sobre Tremonti se dice que lleva meses preparando el asalto y que se está guardando las espaldas para, llegado el caso, inyectar una buena suma en la economía y ser visto como el salvador de la patria.

No es la única opción. También está el ministro de Justicia, Angelino Alfano, que se perfila como coordinador general del PdL. Su ascenso puede llegar esta semana pero no sería equivocado entenderlo como un intercambio. Berlusconi le pondría el primero de la lista para sucederle en el control del partido y él debería centrarse en la reforma de la Justicia.

La estrategia de Il Cavaliere para permanecer al mando va tomando cuerpo, pero no tiene asegurada la respuesta positiva de todo el partido. Además, la oposición, reforzada tras los comicios, aún tiene varias balas en la recámara. La primera llega el 12 y el 13 de junio con un referéndum que decidirá el futuro de tres propuestas del Gobierno: la privatización del agua, la energía nuclear y el legítimo impedimento. Si los italianos siguen la ola que partió el lunes de Milán, el resultado de la votación será una nueva derrota.

Y el Parlamento volverá a tomar la palabra la última semana de este mes. Tendrá que dar el visto bueno al nombramiento de nueve tránsfugas como subsecretarios que Berlusconi anunció a principios de mayo (uno de ellos, Daniela Melchiorre, dimitió la semana pasada).

El presidente de la República, Giorgio Napolitano, obligó a Il Cavaliere a llevar su decisión a la Cámara porque ninguno de los nuevos miembros del Gobierno habían sido elegidos en las filas de la coalición en las pasadas elecciones.

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