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Berlusconi resucita una reforma para blindarse

El Gobierno quiere ratificar la ley que da inmunidad a ‘Il Cavaliere'

DANIEL DEL PINO

Tener un ministro de Justicia que se llama Angelino y ser un magnate de la comunicación es algo que, para Silvio Berlusconi, no puede tener precio. Lo primero da seguridad. Angelino Alfano, ángel de la guarda del primer ministro italiano, llevó este viernes al Consejo de Ministros la reforma de la Justicia, un borrador olvidado en el fondo del armario el año pasado y que fue aprobado por unanimidad. Dentro de dos semanas, una vez pasado a limpio, tendrá que ser ratificado, introduciendo, entre otras cosas, la inmunidad parlamentaria de Il Cavaliere.

Lo segundo, la comunicación, sirve para mandar globos sonda en el momento adecuado. Los ministros decretaron que el 17 de marzo sea fiesta nacional en conmemoración del 150 aniversario de la unidad de Italia. La noticia era inevitable, pero teniendo como únicos socios estables de Gobierno a la secesionista Liga Norte, el barullo mediático estaba asegurado. Así pasó. El partido del 'Padania is not Italy' lo calificó de 'locura'. Pero no hay nada que Berlusconi no pueda solucionar con una cena con el líder de la Liga, Umberto Bossi, así que es posible que las quejas se queden sólo en daños colaterales.

Lo que realmente importa ahora en el Gobierno es blindar al mandatario. Y para ello se retorna a la reforma de la Justicia, uno de los caballos de batalla de Il Cavaliere desde el inicio de la legislatura. El texto había sido aprobado en una comisión parlamentaria en octubre del año pasado, pero tras la ruptura entre Berlusconi y el presidente de la Cámara Baja, Gianfranco Fini, se abrió una crisis de Gobierno que terminó con este último formando su propio partido, Futuro y Libertad (FLI), y con el decreto ley aparcado durante meses.

El anuncio del juicio inmediato para Il Cavaliere por abuso de poder y prostitución de menores en el marco del caso Ruby no ha hecho sino acelerar los tiempos. La reforma introduce cambios sustanciales en el funcionamiento de la Justicia, separando las carreras de jueces y fiscales, dividiendo en dos el Consejo Superior de la Magistratura y dando más poderes al ministro de Justicia. Pero, además, acepta la suspensión automática de todos los procesos judiciales del primer ministro por el hecho de ser primer ministro.

Todo esto no es suficiente. Berlusconi reactivó otras dos leyes históricas: la conocida como 'Bavaglio', que prohíbe los pinchazos telefónicos que tanto daño le han hecho en el caso Ruby; y el 'Proceso breve', una amnistía que eliminaría de un plumazo miles de juicios. Para sacarlos adelante necesita una mayoría más compacta en el Parlamento, porque tras la salida de Fini y los suyos sólo junta 316 votos, los necesarios, pero no para estar tranquilo.

Mientras, ayer los diarios La Repubblica y L'Espresso comenzaron a publicar 4.000 cables de Wikileaks, en los cuales los diplomáticos de EEUU califican a Berlusconi como un 'bufón' que 'daña la imagen de Italia'.

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