Este artículo se publicó hace 2 años.
Bolsonaristas exigen un golpe de Estado a las puertas de los cuarteles de Brasil
Los partidarios de Jair Bolsonaro impugnan el triunfo de Lula da Silva desde que se conocieron los resultados de la segunda vuelta celebrada el pasado domingo.
Madrid-Actualizado a
Miles de partidarios de Jair Bolsonaro se han concentrado este miércoles en cuarteles de Sao Paulo, Brasilia y Río de Janeiro, donde reclaman un golpe de Estado tras la victoria del líder de izquierdas Luiz Inácio Lula da Silva. Estas manifestaciones se han convocado paralelamente a las protestas de camioneros que, en la misma línea, exigen una "intervención militar".
De hecho, los manifestantes han organizado vigilias durante la pasada noche frente a estos edificios del Ejército y han convocado algunos actos similares por el Día de los Muertos, que es festivo en Brasil. Los bolsonaristas impugnan el triunfo de Lula desde que se conocieron los resultados de la segunda vuelta celebrada el pasado domingo.
Mientras, Bolsonaro no ha reconocido de manera pública y directa la derrota, aunque su equipo ha señalado que "está dispuesto" a llevar a cabo la transición del poder para el futuro Gobierno, que estará liderado por el Partido de los Trabajadores. Sus palabras no han sido suficientes para que sus seguidores dejen de alentar por el golpe de Estado y de cortar algunas vías del país.
La estrategia de deslegitimación de la extrema derecha
No obstante, la Policía Federal de Carreteras (por sus siglas en portugués, PRF) ha informado de que las concentraciones de camioneros están perdiendo fuelle y se están desconvocando muchas de las manifestaciones. El organismo ha indicado que de los 500 bloqueos registrados este lunes se ha pasado a unos 150, según recogen varios periódicos brasileños. Estas interrupciones afectan a 24 de los 27 estados del país.
El boletín oficial difundido por la PRF recogía que también se han producido 1.992 avisos relacionados con la obstrucción de carreteras. Bolsonaro pronunció un discurso marcado por la ambigüedad 45 horas después de que concluyera el escrutinio. Algunos de los que reclaman el golpe militar comparten fragmentos de sus declaraciones para impugnar la democracia brasileña.
En la línea de las extremas derechas de todo el mundo, el líder radical brasileño ha optado por no cumplir con el pacto no escrito en cualquier democracia y que sirve para avalar los resultados electorales, que es reconocer la derrota y felicitar al adversario por el triunfo. Una estrategia que Donald Trump llevó a cabo hasta el final y que desembocó en el asalto al Capitolio. En España, PP y Vox optaron por la vía de definir como "ilegítimo" al Gobierno de coalición pese a los riesgos que desentrañan este tipo de discursos, pues contra lo "ilegítimo" cabe cualquier cosa, también la violencia, como promueve la extrema derecha brasileña.
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