Lo dice dos años y medio después, cuando ya no tiene remedio y el fenómeno es, además, imparable. George Bush no estaba de acuerdo con el nombramiento de Sarah Palin como número dos de la candidatura republicana en las elecciones de 2008. Y cree que su ascenso hace de menos a John McCain como político.

Así lo ha confesado a sus amigos el ex presidente estadounidense, según recoge el diario Daily News. Según Bush, Palin no estaba cualificada para ir en las listas de McCain y, mucho menos, para ser presidenta en un momento dado.

'El nombramiento de Palin provoca que Bush tenga una opinión negativa de McCain como hombre. Él piensa que McCain lideró una campaña perdedora con una compañera sin la cualificación suficiente que acabó por destrozar cualquier esperanza de ganar', confesó un allegado de Bush al diario.

En realidad, lo que demostró el nombramiento de Palin como se ha comprobado después es que McCain ha pasado a un segundo plano en la política estadounidense y Palin ha emergido como una candidata lista para batirse con Obama. No tanto por su preparación, pero sí por el apoyo que recoge de la masa más conservadora gracias a grandes dosis de populismo.

Con el tiempo se ha demostrado que Sarah Palin ha rentabilizado las elecciones y McCain noEn estos dos años, Palin ha servido de catalizadora de la ideología del Tea Party que triunfó en las pasadas elecciones legislativas y es hoy su máximo exponente.

De ahí que no sea descabellado pensar que consiga deshacerse del ala moderada de los republicanos y ser capaz de conseguir que se haga oficial su candidatura a la presidencia en 2012.  

A menos de una semana para la publicación de su libro, Decision Points, Bush se muestra bastante más conciliador con la figura de Barack Obama. Al menos porque si a él le va bien debería significar que el país va a mejor.

'Quiero que mi presidente tenga éxito porque si él lo tiene, significa que el país tendrá éxito, y eso es lo que quiero para mi país', suele responder el ex presidente cuando se le pregunta por su sucesor, recuerda el diario.