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Los candidatos mexicanos queman sus cartuchos

La conservadora Vázquez Mota protagoniza con sus ataques el último debate entre los aspirantes a la presidencia

PÚBLICO.ES / EFE

Fueron dos horas y media de debate entre los candidatos a las elecciones presidenciales de México que se celebrarán el 1 de julio. Era la segunda vez que los aspirantes exponían sus argumentos en televisión. Y la última oportunidad de llegar a a una audiencia masiva con el fin de quemar algunos de sus últimos cartuchos para convencer al electorado. 

El esquema del debate, menos formal que el primero, que se desarrolló el 6 de mayo, fue con una mecánica compleja, hasta el punto que el moderador, el periodista Javier Solórzano, necesitó de ocho minutos iniciales para explicar de quién era el turno y cómo estaban definidos los tiempos.  Se espera que en las próximas horas surjan las primeras encuestas sobre quién fue el ganador del encuentro. Responsables de empresas de sondeos han definido el debate como el último acto que podría influir sobre las intenciones de voto, que ahora favorecen claramente al PRI.

Quizás por ello, la candidata presidencial del partido gobernante de México, Josefina Vázquez Mota, rompió la tónica habitual de este tipo de debates y arremetió contra todos sus rivales. Vázquez Mota, del conservador Partido Acción Nacional (PAN), sabe bien que se encuentra en una situación desesperada por los malos resultados que le dan las encuestas.

Pero el reto apenas fue aceptado por sus dos principales rivales, el candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Enrique Peña Nieto, líder en los sondeos, y el aspirante de una alianza izquierdista, Andrés Manuel López Obrador, segundo en las encuestas. Peña Nieto y López Obrador utilizaron el debate televisado para desgranar sus propuestas, aunque no tuvieran nada que ver como el tema que se estaba analizando, y la mayoría de las veces repitieron las ideas en las que vienen insistiendo desde que comenzó la campaña, a fines de marzo pasado.

También participó Gabriel Quadri, del minoritario Partido Nueva Alianza (Panal), que tiene cerca del 2% de las preferencias de voto y quien tampoco escapó a las censuras de Vázquez Mota. La aspirante del PAN acusó a Quadri de 'pedir permiso a su mamá para expresar cualquier idea', aludiendo a la líder vitalicia del más importante sindicato de maestros de México, Elba Esther Gordillo. Quadri sí que respondió y pidió a los televidentes que buscaran en internet un vídeo, titulado 'Querida amiga', calificativo que dedica Vázquez Mota a Gordillo durante un acto público sin fecha en la que ambas compartieron mesa.

La candidata del PAN, reiteró sus ataques a Peña Nieto por 'representar el autoritarismo' y pertenecer a un partido que tolera la corrupción. A López Obrador, dirigente del Partido de la Revolución Democrática (PRD), una escisión izquierdista del PRI, lo acusó de representar la 'intolerancia, el rencor y la confrontación', ataques en los que ha venido insistiendo Vázquez Mota especialmente desde que López Obrador le arrebató el segundo lugar en las encuestas. Peña Nieto y López Obrador ignoraron la mayoría de las veces las recriminaciones de Vázquez Mota, y de plano ignoraron a Quadri.

El debate giró principalmente sobre la corrupción y la economía. Entre las propuestas que surgieron figura la promesa de López Obrador de fomentar el crecimiento de país con recursos de tres fuentes: terminando con la corrupción, aplicando un programa de austeridad pública y subiendo los impuestos a quienes ganan más.

'O usted nos miente o piensa endeudar al país, las cuentas no salen', le respondió, con semblante duro, Vázquez Mota. La candidata del PAN llegó a acusar al líder izquierdista de afiliarse al 'PRI represor' a fines de los sesenta o comienzos de la década de los setenta, lo que López Obrador, de 58 años, desmintió, porque entonces 'estaba jovencito' y andaba aún en la escuela.

Vázquez Mota, en un último esfuerzo por ampliar su apoyo, pidió que le voten 'los 'priístas' que no están al lado de la corrupción' y a 'quienes cree en la izquierda moderada', y se despidió enseñando en la palma de su mano izquierda una X pintada con rotulador, aludiendo a la marca de la papeleta de voto.

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