Los equipos de rescate de China continúan rastreando el condado de Tengxian con la esperanza de encontrar algún superviviente de las 133 personas que iban a bordo del avión de la aerolínea China Eastern, que se estrelló este lunes en las montañas del sur de la provincia de Guangxi.

El vuelo se dirigía de Kunming —capital de la provincia suroccidental de Yunnan— a la ciudad portuaria de Cantón, cuando se desplomó repentinamente desde la altitud de crucero en el momento en que normalmente comenzaría a descender antes de su aterrizaje. Por el momento, ninguna fuente oficial ha aclarado si viajaban extranjeros a bordo del aparato malogrado.

El siniestro provocó un incendio forestal en la zona, de difícil acceso para los equipos de rescate por su escarpada orografía y su remota ubicación. Los medios de comunicación estatales han indicado que no se puede descartar la posibilidad de que todos los que iban a bordo perecieran.

El Ejército Popular de Liberación (Ejército chino) ha movilizado a 80 soldados para colaborar en las labores de rescate, que se sumaron a más de 700 bomberos de la provincia local y otros 500 enviados por la provincia vecina, Cantón. Cuando el incendio fue sofocado, los equipos de rescate pudieron acercarse al lugar del suceso y fueron colocando marcadores donde se encontraban restos.

Caída de la bolsa y alrededor de 19.000 vuelos cancelados

El accidente aéreo, el primero en China desde 2010, cuando fallecieron 44 personas en un siniestro en Yichun (noreste), ha provocado la caída en picado del valor bursátil de la aerolínea operadora del vuelo, China Eastern.

La empresa ha caído este martes un 5,98% en la Bolsa de Shanghái y un 4,36% en la Bolsa de Hong Kong, donde también cotiza.

China Eastern ordenó, pocas horas después del siniestro, que todos los aparatos del modelo del avión accidentado permanecieran en tierra hasta que se tenga más información sobre lo ocurrido. Lo que supone la cancelación de 19.000 vuelos que debían operar este martes en todo el territorio chino.

Medidas similares han sido adoptadas por el aeropuerto de la ciudad sureña de Kunming, desde donde despegó el avión siniestrado, que ha cancelado aproximadamente el 60% de los vuelos que debía gestionar a lo largo de esta jornada.

Por su parte, el presidente chino, Xi Jinping, ha pedido una investigación para esclarecer tanto las causas del accidente como otros posibles problemas de seguridad "lo antes posible".