Este artículo se publicó hace 3 años.
Miles de personas protestan en Viena y Melbourne por las medidas de sus Gobiernos contra la covid-19
Los manifestantes cuentan con el apoyo de la ultraderecha en ambos países, cuyos Gobiernos han impuesto confinamientos totales y una batería de medidas para luchar contra la pandemia.
Madrid-Actualizado a
Miles de personas se han manifestado en Melbourne y Viena contra las medidas tomadas por los Gobiernos de ambos países para lucha contra la pandemia del coronavirus.
Las protestas en Australia han tenido lugar frente al Parlamento de Victoria, situado en Melbourne, donde han demandado de manera pacífica la retirada de las leyes contra la pandemia de la covid-19.
Melbourne es la ciudad del mundo con más días acumulados bajo confinamiento estricto, superó en octubre su última ola de contagios y fallecidos por el virus y trata de recuperar la normalidad entre leyes que penalizan a las personas que han optado por no vacunarse contra la covid-19.
El legislativo del estado de Victoria aprobó esta semana una batería de medidas que buscan sustituir desde mediados de diciembre el estado de emergencia, vigente desde marzo de 2020 y que expira el día 15 de diciembre, que permite al gobierno regional implementar restricciones para la lucha contra la pandemia.
Entre las medidas impulsadas se encuentran limitaciones de movimiento y entrada en negocios a las personas sin vacunar y la obligación de vacunación para trabajadores de un amplio rango de sectores.
Los manifestantes, que cuentan con el apoyo de un puñado de políticos de corte ultraconservador, exigen la retirada de todas las restricciones en la jurisdicción, donde más del 91 por ciento de los alrededor de 5 millones de habitantes se encuentran vacunados con la pauta completa del fármaco contra la covid-19.
Mientras, en el estado Nueva Gales del Sur, cuya capital es Sídney y donde se inició el último rebrote en el país austral, las autoridades sanitarias observan atentamente la evolución de los casos confirmados con la variante ómicron, de la que ya acumulan 13 infectados, incluido al menos una persona por transmisión local.
El pasado lunes, las autoridades australianas retrasaron la apertura parcial de las fronteras a los trabajadores cualificados y estudiantes extranjeros vacunados hasta el 15 de diciembre tras detectar los primeros casos de la nueva variante.
Más de 40.000 manifestantes protestan en Viena
En Viena también han salido miles de manifestantes a las calles para protestar contra el confinamiento vigente en Austria y los planes del Gobierno de introducir la vacuna obligatoria contra la covid.
De entre la veintena de manifestaciones que habían sido convocadas para este sábado en la capital austríaca, la principal contó con más de 40.000 participantes, según los cálculos de la policía, que desplegó 1.200 agentes y procedió a "varias detenciones".
Ultranacionalistas, conspiracionistas, negacionistas del coronavirus, defensores de diversas teorías esotéricas, movimientos de extrema derecha y neonazis se mezclaron en su marcha por la avenida del Ring, que rodea el casco antiguo de la ciudad, y se congregaron luego en la céntrica Plaza de los Héroes.
Muchos iban sin la mascarilla exigida y sin mantener la distancia de seguridad. Aunque algunos lanzaron objetos pirotécnicos y la policía recurrió al gas pimienta, no se produjeron incidentes graves, según informó la televisión pública ORF.
La mayoría de los eslóganes manifestaban rechazo a las vacunas anticovid y a la ley que prepara el Gobierno de democristianos y ecologistas para hacerlas obligatorias a partir de febrero de 2022.
"Las vacunas son un genocidio", "No vacunado, naturalmente sano", "No a la vacuna obligatoria, mi cuerpo me pertenece", "Detened a este Gobierno" o "Jesús protege a los niños, no las vacunas" eran algunos de los lemas que se leían en los carteles.
Desde el pasado 21 de noviembre, en Austria rige un confinamiento para frenar los contagios por coronavirus, con el cierre de restaurantes, hoteles, museos, eventos y el comercio no esencial, adoptado para frenar la cuarta oleada de la pandemia.
Las restricciones han comenzado a surtir efecto: la incidencia de contagios acumulados en siete días por cada 100.000 habitantes ha bajado hasta 667 casos, de los más de 1.000 que llegó a registrar a mediados de noviembre.
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